Guerra en el este de Europa

Putin encarga al exjefe del estado mayor de Wagner organizar unidades de voluntarios

Tributo a Yevgeni Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, en Moscú

Tributo a Yevgeni Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, en Moscú / Hannah Wagner/Dpa

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El presidente ruso, Vladímir Putin, encargó a Andréi Tróshev, exjefe del estado mayor de la compañía de mercenarios Wagner, la organización de unidades de voluntarios para combatir en Ucrania, según ha informado este viernes el Kremlin. "En la última reunión hablamos de que usted se ocuparía de la creación de unidades de voluntarios capaces de cumplir misiones de combate ante todo, claro, en la zona de la operación militar especial", dijo Putin a Tróshev en una reunión celebrada el jueves a la que también asistió el viceministro Defensa ruso Yunus-Bek Yevkúrov.

El presidente ruso destacó que el exjefe del estado mayor de Wagner combatió más de un año en ese tipo de unidades y "sabe los asuntos que hay resolver para que la labor de combate marche de la mejor y más exitosa manera posible". En la reunión, el mandatario subrayó que, independientemente del estatus de las personas que cumplen o cumplieron misiones de combate, toda ellas deben tener las mismas garantías sociales. "Para el país, para la patria, da igual el estatus en que la persona combatió para defender la patria", recalcó.

Tróshev, excoronel del Ejército ruso, conocido por su apodo 'Sedói' (canoso, en español), está considerado uno de los fundadores de Grupo Wagner, cuyo líder, el multimillonario Yevgeni Prigozhin, murió el pasado 23 de agosto junto a otros jefe de los mercenarios, al estrellarse su avión al norte de Moscú.

Rebelión impune

El siniestro, cuyas causas aún se desconocen, se produjo exactamente dos meses después de que Wagner protagonizaran un motín y comenzaran una marcha con blindados hacia Moscú para demandar la destitución de la cúpula militar rusa. La rebelión fue abortada al día siguiente mediante negociaciones con la mediación del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, tras la cuales Putin, que había calificado de traición las acciones de Prigozhin, se comprometió a no adoptar medidas contra los insurrectos.

El 27 de junio el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de Rusia dio carpetazo a la causa que había abierto por la rebelión de los mercenarios, en el curso de la cual murieron al menos 13 militares rusos.