Terremoto

El desastre sorprende a Marruecos con un rey ausente y un gobierno silente

El terremoto pilló a Mohamed VI en París de vacaciones. El rey aún no ha hablado a sus súbditos, salvo a través de un comunicado que emitió casi un día después del seísmo

Mohamed VI.

Mohamed VI. / EP

Mario Saavedra

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El terremoto que ha acabado con la vida de al menos 2.000 personas en Marruecos se produjo el viernes a eso de las 11 de la noche. A mediodía del sábado, el rey

Felipe VI

envió a

Mohamed VI

un sentido telegrama de condolencias por el seísmo (“querido hermano: desolado por el violento terremoto”). En ese momento, el monarca alauí aún no se había dirigido a su pueblo tras el desastre. Las primeras palabras del rey marroquí llegaron vía comunicado de la Casa Real a las ocho de la tarde, casi 24 horas después del desastre. Al cierre de este artículo, Mohamed VI no ha realizado aún ninguna comparecencia en televisión. 

Mohamed VI se encontraba en París de vacaciones cuando ocurrió la desgracia, según el diario francés Libération. Allí suele pasar buena parte del año. El sábado por la mañana llegaron a la capital francesa dos aviones de la Casa Real marroquí para llevarle de vuelta a casa, según el medio. Mientras, el primer ministro, Aziz Ajanuch, y el resto del Ejecutivo, guardaban silencio. Nadie habla antes que el monarca, que ostenta de facto la última palabra en la gobernanza del país.

Tras su llegada a Rabat, el rey Mohamed VI, acompañado por el príncipe heredero Moulay Hassan, de 20 años, presidieron una reunión ejecutiva de emergencia en el Palacio Real de la capital. Estaban presentes representantes de las Fuerzas Armadas Reales (de las que Mohamed VI es “jefe supremo”), las autoridades locales, los servicios del orden y los equipos de la protección civil, así como los departamentos ministeriales concernidos, según el comunicado de la Casa Real. Se decretaron tres días de luto nacional y se ordenó poner las banderas del país a media asta por la “catástrofe natural de grandes proporciones”. El rey ordenó reforzar los equipos de búsqueda y rescate, suministrar agua potable y kits alimentarios a las zonas afectadas y tratar de reanudar lo antes posible los servicios públicos.

Un rey ausente

Mohamed VI, de 59 años, pasa largas temporadas fuera del país, en sus residencias vacacionales de Gabón, país del África central, o en Francia, donde posee un enorme castillo en la localidad de Betz y una mansión a los pies de la Torre Eiffel que compró hace tres años por 80 millones de euros, según Libération. 

En febrero del año pasado, se ausentó de la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos en la que estaba previsto que se reuniera con

Pedro Sánchez

, tras el deshielo producido a cambio del giro español en apoyo de las tesis marroquíes sobre el

Sáhara Occidental

En la prensa francófona de la órbita marroquí se especula constantemente sobre la posibilidad de que Mohamed VI abdique en el príncipe heredero, debido a sus problemas de salud. En la última Fiesta del Trono, en la que celebró sus 24 años de reinado, se le vio más delgado y pálido [ver foto superior]. 

En los últimos meses, sin embargo, ha tratado de estar más presente y ha realizado numerosas apariciones públicas por todo el país. Ha permanecido en Marruecos cerca de medio año seguido, justo antes de irse de vacaciones a París. 

Cambios geopolíticos en la región

El terremoto ha cogido a Marruecos también en pleno frenesí diplomático por la cuestión del Sáhara Occidental, la ex provincia española que ocupó en 1975 y para el que Naciones Unidas defiende un referéndum de autodeterminación. 

En tan sólo unos días han circulado por la región altos representantes de Estados Unidos y de Naciones Unidas, dando la impresión de que algo se cuece entre bambalinas. Staffan de Mistura, enviado especial para el Sáhara Occidental, visitó Rabat y consiguió entrar, tras años de impedimentos, en el propio territorio disputado controlado por Marruecos.

Se entrevistó con activistas saharauis pro independencia, según ha podido saber este diario, aunque desde el entorno del alto diplomático no han querido dar más detalles. En unas semanas, presentará un esperado informe sobre la situación del eterno conflicto ante el secretario general de la ONU,

António Guterres

, que lo usará para defender de nuevo un intento de solución al conflicto.

El subsecretario de Estado de Estados Unidos, Joshua Harris, también acaba de hacer una gira por la zona: ha estado visitando al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia); en Argel, principal valedor de los saharauis en el exilio; y en Rabat. La embajada estadounidense en la capital marroquí publicó al terminar las conversaciones un comunicado en el que exponía la postura de Estados Unidos sobre el conflicto: el plan autonomista con el que Marruecos quiere quedarse el Sáhara es sólo un "enfoque potencial"; serio y creíble, pero no el único. 

En ese sentido, la Administración Biden parece estar modulando la postura radicalmente pro-marroquí de su predecesor, Donald Trump, que proclamó “la soberanía marroquí” sobre el Sáhara Occidental. Y distanciándose también de Israel, que recientemente se ha puesto públicamente del lado de Marruecos en el conflicto, proclamando a su vez la "soberanía marroquí" sobre el territorio.

En este contexto, Marruecos se va a tener que enfocar en las próximas semanas en el rescate de los ciudadanos atrapados bajo los escombros y, después, en el proceso de reconstrucción. Le coge el mortal terremoto arropado por una ola de apoyo internacional: toda la comunidad internacional le ha dado las condolencias y ha ofrecido ayuda, incluidos sus enemigos Argelia y Frente Polisario