Terremoto

Españoles en Marruecos: "No sabíamos si se había estrellado un avión...empezó la policía a gritar y todos a correr"

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Terremoto en Marruecos: el testimonio de un valenciano que acababa de llegar al aeropuerto.

Terremoto en Marruecos: el testimonio de un valenciano que acababa de llegar al aeropuerto.

Redacción

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Lo que iban a ser una vacaciones con retraso para el valenciano Betto Gardur se han convertido en una verdadera pesadilla. El joven tomó anoche un vuelo con destino

Marrakech

y fue justo cuando aterrizó en Marruecos

 cuando la tierra comenzó a temblar por el terremoto de 6,7 grados que ha azotado el país.

El valenciano asegura estar bien pero reconoce que se vivieron momento de auténtico pánico en la terminal internacional como consecuencia del terremoto que ha golpeado Marruecos. Eran las 3 de la mañana, hora local, cuando el vuelo procedente de València tocaba tierra en Marrakech. Betto acabana de pasar el control de aduanas y entonces comenzó la pesadilla: "Yo estaba justo recién puesto el cuño en el pasaporte y que iba a meter la maleta por el escáner cuando se fue la luz y empezó el temblor y era como si se fuera a caer la cúpula del aeropuerto"-

Fueron momentos de pánico dentro del aeropuerto y mucho desconcierto. El valenciano lo narra con cierto nerviosismo por la falta de información al principio: "Empezó la policía a gritar y todos a correr. Es que no sabíamos si se había estrellado un avión, si era un atentado…"

"Fue un minuto escaso pero se hizo eterno"

"Fue un minuto escaso pero se hizo eterno". Así vivió Frank Moreno, un valenciano de vacaciones en Marrakech, el terremoto de magnitud 7 en la escala Richter que anoche se registró en la provincia marroquí de Al Hauz, donde se han concentrado la mayoría de víctimas mortales del suceso que, por ahora, superan las 630. A Moreno el temblor le sorprendió ya acostado en el riad en el que está pasando unos días "que iban a ser de relax", bromea, junto a su pareja.

"Estábamos ya en la cama intentando descansar y de pronto oímos un ruido muy intenso. 'El metro que va a pasar', bromeé", cuenta Frank. Pero el ruido, en vez de decaer, fue a más "hasta que fue ensordecedor y la cama empezó a moverse de lado a lado".

"Ahí fuimos conscientes de lo que estaba pasando. La decoración de la habitación empezó a caer al suelo y nos quedamos ahí viendo cómo se movía todo. No nos dio tiempo a reaccionar, fue un minuto escaso pero se hizo eterno", relata el valenciano. En cuanto el temblor se calmó, cogieron sus pasaportes y salieron al patio interior del riad, que no sufrió daños "porque son estructuras muy sólidas". En el patio, se juntaron con el resto de huéspedes, todo turistas. "De ahí me fui a la calle y era todo polvo en suspensión y todas las familias en la puerta", relata.

"Un enorme susto colectivo"

La imagen del momento después del terremoto fue para Moreno "muy impresionante. Niños, mamás, abuelos en pijama... todos en la puerta llorando asustados. Las motos no paraban pero dentro de todo se notaba la capacidad de aguante de la población. No hemos visto heridos, pero sí un enorme susto colectivo", asegura.

"Están abriendo los comercios"

La pareja reconoce que no han podido dormir y esta mañana se han echado a la calle a la espera de saber si el vuelo de vuelta que tenían reservado para mañana domingo, finalmente saldrá. En su paseo por Marrakech sí están viendo cómo el temblor ha afectado a estructuras en construcción o más débiles pero la ciudad "está retomando la actividad. Los comercios están abriendo sus puertas en la Medina. Mucho cascote pero no hemos visto heridos, y muchas ganas de volver a la normalidad".

Por ahora, la pareja no sabe qué pasará mañana con su vuelo de vuelta. "Aún no tenemos información. Esperamos saber algo conforme pasen las horas", aseguran.

Según las informaciones de las que se dispone hasta ahora, de los más de 630 fallecidos contabilizados hasta ahora, la mayoría se han registrado en la provincia de Al Hauz, mientras que la segunda más afectada es Tarudant, con 190 muertos. Por detrás se encuentran Chichaua, con 89 fallecidos, Uarzazate, con 30, Marrakesh, con 13, Azilal, con 11, Agadir, con 5 y Casablanca, donde hay por el momento tres muertos a los que se suma un deceso registrado en Yusufiya.

Una información de Amparo Soria, Victoria Salinas e I. Roy / Valencia

"Corríamos mientras se oían gritos desde la calle"

"Todo a mi alrededor comenzó a moverse: el suelo, las camas, las lámparas. Las paredes parecían cajas de cartón. Fue impactante. Tremendo. Terrible". Son palabras del murciano José Carlos Vicente, exdirector general de Salud Pública en la Región de Murcia, que vivió de lleno el seísmo de magnitud 7 que, hace unas horas, asoló Marruecos.

José Carlos Vicente aterrizó el pasado viernes junto con un grupo de siete amigos, procedentes de diferentes puntos de España, para pasar cuatro días en la ciudad de Marrakech haciendo turismo. Un día después, siguen consternados y les cuesta describir la pesadilla que han tenido que vivir.

Según el Instituto Nacional de Geofísica marroquí, el terremoto sacudió el sur Marrakech y se produjo a las 23:11 hora local, a 8 kilómetros de profundidad. Tuvo su epicentro en la localidad de Ighil.

"Salimos corriendo del hotel mientras se oían gritos desde de la calle. No sabíamos qué nos íbamos a encontrar", cuenta a este medio el murciano, aún sobrecogido por la experiencia vivida.

No fue hasta las 05.00 de la madrugada que las autoridades marroquíes permitieron a las personas volver al interior de sus domicilios u hospedajes, obligado hasta entonces a permanecer en la intemperie en caso de que hubiera réplicas.

"Afortunadamente, el hotel en el que nos alojamos no cayó, pero sufrió graves desperfectos", apunta Vicente. Las calles están repletas de heridos, y las fuerzas de seguridad y protección civil trabajan a contrarreloj para poner a salvo a la mayor cantidad de personas posibles.

"Fueron unos treinta segundos, pero de una intensidad que yo no había visto nunca", narra el murciano, que asegura que la gente "guardó serenidad, pero eran conscientes de la gravedad de la situación". Entre su grupo de viaje no hay ningún herido, pero no tienen claro si volver a casa o continuar con su viaje. "Yo aún no sé qué haré", dice, atónito por el panorama desolador de su alrededor. "Las réplicas apenas se han apreciado, al menos en nuestra zona: algunos se van a quedar y otros se irán".

Antonia María Carrión es de Pozo Estrecho y el terremoto la sorprendió en su casa de Rabat, mientras cenaba con su familia, sobre las 23.13 horas, a unos 400 kilómetros del epicentro. A pesar de la distancia esta socióloga y consultora en diversos proyectos de cooperación al desarollo y acción humanitaria señala que cuando "todo empezó a temblar", buscó protección bajo la mesa de mármol de su terraza.

"En ese momento, el temor de todos era que hubiera réplicas, pero finalmente nos fuimos a la cama pensando que sí, había sido importante, pero como el que sufrió Lorca; sólo cuando nos enteramos a la mañana siguiente de dónde fue el epicentro empezamos a darnos cuenta de la magnitud del desastre, si a la distancia a la que nos encontramos se dejó sentir tan fuerte no me quiero imaginar cómo se vivió en el epicentro", señala esta cartagenera, que lleva cerca de 10 años viviendo en Marruecos. Carrión no recuerda un terremoto igual en el país vecino y señala que ha sido el peor de su historia reciente.

Una información de Santiago Cabrera Catanesi / Murcia

"Me quedé paralizado sintiendo cómo el edificio se tambaleaba"

Said Méndez nunca olvidará la noche del 8 de septiembre de 2023. Este malagueño de 20 años recién cumplidos, pasa unos días de vacaciones en Marruecos donde se ha visto sorprendido por el siniestro terremoto que ha sacudido al país vecino y que, de momento, ya ha dejado 820 víctimas mortales. Ahora puede describir el pánico que experimento mientras la tierra se sacudía: "Me quedé paralizado sintiendo cómo el edificio se tambaleaba".

Hasta el 11 de septiembre tiene previsto permanecer en Khemisset, la ciudad donde reside su padre, situada a 88 kilómetros de Rabat, la capital marroquí, y a unos 420 kilómetros del punto del eqpicentro del terremoto.

Said cuenta que a las 23.11 horas (hora de Marruecos) estaba en su habitación tumabdo en la campa y chateando por WhatsApp con una amiga de España. "De repente empecé a notar como si estuviera teniendo un mareo y pensaba que me iba a desmayar", explica.

Nada más lejos de la realidad. No sólo sentía él el temblor. La catástrofe se cernía ya sobre la región septentrional del país alauí. Según un boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí, el terremoto, de magnitud 7, sacudió esta zona de Marrakech a ocho kilómetros de profundidad. Tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada 63 kilómetros al suroeste de esta ciudad.

"Instantes después empecé a escuchar ruidos en mi casa y ahí es cuando me di cuenta de la situación que estaba viviendo. Era un terremoto. No supe reaccionar en ese preciso momento, estaba totalmente paralizado sintiendo como el edificio no paraba de tambalearse", continúa su relato.

"¡Corre, es un terremoto!"

Solo habían podido pasar diez segundos cuando por fin pudo reaccionar y salió de su habitación. "Todo se movía, los muebles, los cuadros, la vajilla…" "Mi padre salió de su habitación, me miró y me dijó: "¡Corre, es un terremoto!"

"Salimos corriendo por las escaleras hacia la salida y justo vi esa imagen de muchas personas con lo puesto en la calle. Algunas gritando, otros llorando…", explica Said, todavía preso de la conmoción por estas escenas vividas.

"Estaba en shock en ese momento. Cuando pasaron alrededor de 5 minutos ya pude ver en internet que se había reportado un terremoto de 5,7 minutos después ya era de 6,8". 

Una información de Ignacio A. Castillo / Málaga

"Fue como si un tren pasara por debajo de ti"

Marrakech es el principal polo turístico de Marruecos. La ciudad, al sur del país del Atlas, tiene conexión directa con Zaragoza, por lo que muchos aragoneses eligen a nuestro vecino del sur como destino vacacional, por lo que el terremoto que ha hecho temblar el suelo -y que ha dejado ya más de 800 muertos- pilló a muchos en suelo marroquí. "Ha sido una noche larga", relata Carlos Ortega, un zaragozano al que sorprendió en Marrakech el seísmo.

"El terremoto ocurrió en torno a las 11.00 horas y la sensación que se vivió fue como si un tren pasara por debajo de ti por un túnel y notaras toda la vibración. Duró entre 20 y 30 segundos y fue intenso, aunque es verdad que aquí en Marrakech estamos relativamente alejados del epicentro, lo que ha ayudado a que los daños hayan sido menores", relata el joven, acompañado por su pareja.

Cuando el suelo tembló, Ortega estaba ya en el hotel en el que se hospedan estos días. "Una vez pasó, el personal del hotel comprobó que todo el mundo estaba bien. Nos dijeron que había que acudir a la plaza principal de aquí de Marrakech, que es una zona amplia y que permite estar a resguardo de cualquier edificio y calle estrecha, como son típicamente los cascos históricos de las ciudades islámicas", cuenta.

En la plaza había "mucho turista" y también "mucha población local". "Muchos ciudadanos de Marrakech empezaron a traer a sus abuelos, a los niños, y empezaron a montar una especie de campamentos con alfombras y cartones para poder ponerlos en el suelo y estar más o menos cómodo y poder dormir o al menos descansar ligeramente, ya que las temperaturas por la noche bajan y puedes coger frío", explica. Las mínimas que se alcanzaron fueron de 18ºC.

La ciudad, cuenta Ortega, ha amanecido tranquila. "Los monumentos están hoy cerrados al público. Se ven desperfectos en elementos de calles que se habían caído fachadas, elementos ornamentales, desconchones, pero no hay que lamentar unos daños elevados en la ciudad de Marrakech", describe este zaragozano, que regresará hoy por la noche a España. "No nos han comunicado ninguna incidencia ni retraso del vuelo", añade.

Ponerse en contacto con el consulado

Según su vivencia, los locales hoy domingo están actuando con "aparente normalidad", aunque hay mucho turista "nervioso". "La sensación es de que la vida sigue. Y aunque hoy no se vaya a hacer turismo, creíamos que no tenía sentido correr hacia el aeropuerto para coger el primer avión, porque además seguramente no los haya. "Ayer miramos y ya salía que tanto los vuelos del sábado como los del domingo estaban agotados", afirma Ortega. "La gente local ha demostrado actuar con profesionalidad, calma y educación y poco a poco parece que la ciudad retoma su actividad diaria", zanja el joven.

Desde el Gobierno de España han comunicado que no tienen constancia "por ahora" de que haya ningún español fallecido o herido en el terremoto de Marruecos, según ha afirmado el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares. No obstante, desde el Ejecutivo central han pedido a todos los españoles que se encuentren en la zona afectada por el seísmo ya sea por motivos de turismo, trabajo o de tránsito, y que no están en el registro consular, que se pongan en contacto con los teléfonos de emergencia del Consulado.

Marroquíes en Aragón

El fuerte terremoto registrado en Marruecos ha encogido el corazón a muchos aragoneses, y sobre todo a aquellos a los más 20.000 que proceden de este país. Se trata de la segunda nacionalidad extranjera más numerosa en la comunidad autónoma.

Said Fatah es uno de ellos. Vive en el municipio turolense de Mas de las Matas desde hace más de 20 años y esta mañana se ha levantado sobresaltado al escuchar el audio que su madre le envió por Whatsapp desde Marruecos ayer de madrugada tras el seismo. “Ha sido un susto gordo, pero toda mi familia está bien”, asegura. Buena parte de su familia vive en la localidad alauita El Kelaa de Sagn, a media hora en cohe de la turística Marrakech. 

“Me han contado que empezó a temblar todo y tuvieron que salir corriendo a la calle”, explica. “No les ha pasado nada, pero han tenido que pasar la noche en la calle por precaución ante el riesgo de que hubiera otro terremoto”, apunta.

Una información de Iván Trigo y Jorge Heras Pastor / Zaragoza

"Es horrible, hay niños y familias en la calle, lo han perdido todo"

Entre los numerosos turistas que hay en el área de Marrakech se encuentra la psicóloga mierense Irene Seixas, junto a su pareja. "Nosotros estábamos en un riad (palacete con piscina en el patio) en la medina. Se nos derrumbó todo encima alrededor de nuestro riad, que pudo resistir porque estaba reformado. No dejaba de entrar polvo y tuvimos que protegernos con los oclchones, luego hemos salido y hemos tenido que dormir al raso, con mucho frío y sin una manta", ha asegurado la psicóloga en un entrevista a RTVE.

"Es horrible, hay niños y familias en la calle que lo han perdido todo, es muy doloroso. No han dejado de somar las sirenas a lo largo de toda la noche, no dan abasto", añadió.

Salir de Marruecos no a a ser fécil. "Nosotros teníamos el regreso el miércoles y conseguir un vuelo para ahora nos ha costado mil euros, hemos tenido que buscar otro hotel en la parte nueva de Marrakech", aseguró la psicóloga mierense.

También indicó que llamó al Consulado y poco más o menos le dijeron "que no había ningún protocolo para estos casos y nos buscásemos la vida, a ver si podemos volver pronto".

Una información de Luis Ángel Vega / Oviedo

"Fueron 25 segundos de angustia e incertidumbre"

El recuento de víctimas del terremoto que azotó anoche Marruecos ascendía a las 10.00 hora local (GMT+1) no deja de crecer. Por el momento entre las víctimas no figura ninguna persona de nacionalidad española, aunque sí se empiezan a conocer testimonios de cómo lo han vivido en primera persona.

Uno de ellos ha sido el vigués Eduardo Domínguez, preparador físico de la selección de Marruecos, que durante el seísmo estaba en una terraza en Agadir, donde se encontraba alojado el equipo nacional a la espera de disputar hoy un encuentro de la Copa de África ante Liberia. Horas después atendía a FARO, del grupo Prensa Ibérica.

Una información de Beningno de la Torre / Vigo

Esta información contiene textos publicados en Levante-EMV, La Opinión de Murcia, La Opinión de Málaga, El Periódico de Aragón, La Nueva España y Faro de Vigo, diarios del grupo Prensa Ibérica