Nuevo curso político en Francia

Macron se reúne con jefes de la oposición en busca de un nuevo impulso a su mandato

El presidente francés busca ideas para la “iniciativa política de gran alcance” que prometió en julio y para abordar la difícil 'rentrée'

Darmanin, el ambicioso (y polémico) ministro del Interior que anima la 'rentrée' en Francia (elperiodico.com)

Macron meets with opposition parties leader in Saint Denis

Macron meets with opposition parties leader in Saint Denis / EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON

Enric Bonet

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Atrapado en una pinza entre la convulsión social y la pérdida de relevancia. El presidente francés, Emmanuel Macron, intenta salir de este callejón y darle un nuevo impulso a su accidentado segundo mandato. Después de un primer semestre muy ajetreado —marcado por la oleada de protestas contra la reforma de las pensiones y los intensos disturbios en las "banlieues"—, el dirigente centrista prometió a mediados de julio una “iniciativa política de gran alcance” a partir de septiembre. Una promesa recibida con cierto escepticismo por la opinión pública gala.

El presidente ha dado este miércoles su primer paso —¿será el primero y el último? — para recuperar la iniciativa. Durante esta tarde y noche se reúne con los distintos responsables de los partidos de la oposición en la escuela de la Legión de Honor en Saint-Denis, en la “banlieue” norte de París. Sin la presencia de cámaras de televisión ni de teléfonos móviles, Macron debate allí con los dirigentes de once formaciones, tanto de la oposición como de la coalición presidencial. También participan en el encuentro la primera ministra Élisabeth Borne y los presidentes de la Asamblea Nacional, el Senado y del Consejo Económico Social y Medioambiental.

En el menú de la reunión, hay política internacional, la “eficacia de la acción pública” y “construir la nación”. Macron dijo a los responsables de las distintas formaciones que el encuentro servirá para impulsar “textos legislativos construidos conjuntamente” y, “en el caso en que esto no sea posible”, referéndums. Así lo prometió en una carta que les envió la semana pasada. A finales de junio del año pasado, ya había recibido a las oposiciones en el Elíseo —entonces para explorar la posibilidad fallida de un Gobierno de coalición con la derecha republicana—. Pero es la primera vez en que se reúnen todos juntos en un mismo lugar durante la presidencia macronista.

“Cortocircuitar la vida parlamentaria clásica”

Pese a su carácter inédito, el pesimismo predominaba entre los responsables y analistas políticos sobre la repercusión de esta reunión. “Estamos aquí para decirle el daño que hace su política al país. (…) Venimos sin ilusión, pero con determinación”, declaró Manuel Bompard, presidente de la Francia Insumisa (afines a Sumar de Yolanda Díaz) y que llegó a la escuela de la Legión de Honor acompañado por sus socios socialista, ecologista y verde. “No somos ingenuos ante esta operación de comunicación”, afirmó Olivier Faure, secretario general del Partido Socialista.

“Hay un riesgo evidente de que esta iniciativa quede en poca cosa”, asegura a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA el politólogo Luc Rouban, autor del libro Le Paradoxe du macronisme. Según este director de investigaciones en el CNRS y en Sciences Po París, “Macron siempre intenta recuperar la iniciativa creando un nuevo espacio a su alrededor. (…) Suele intentar cortocircuitar la vida parlamentaria clásica, ya que no dispone de un partido fuerte, como lo eran antes Los Republicanos (LR, afines al PP) y el Partido Socialista”. 

El “gran debate” tras la revuelta de los chalecos amarillos en 2019, la Convención Ciudadana por el Clima, el Consejo Nacional de la Refundación (CNR)… Es larga la lista de iniciativas sui generis impulsadas por el presidente. Aunque sobre el papel parecían interesantes en una Quinta República que peca de un exceso de verticalidad, no desembocaron en grandes medidas y decepcionaron a la ciudadanía. “Del CNR prácticamente ya no se habla”, recuerda Rouban. Y eso que fue impulsado hace apenas un año.

¿Macron apostará por el referéndum?

Un sentimiento de déjà vu impera en Francia ante el inicio del nuevo curso político. Los problemas de esta rentrée resultan casi un calco de los del año pasado: la inflación persistente —la falta de poder adquisitivo es la principal preocupación de los franceses—, la urgencia climática tras un verano caluroso y el sentimiento de inseguridad, acentuado por las espectaculares imágenes de los disturbios en las "banlieues". Como ya sucedió el pasado otoño, el macronismo deberá dedicar buena parte de sus esfuerzos al debate y aprobación de los presupuestos en una Asamblea Nacional en que no dispone de mayoría absoluta —algo poco habitual en el país vecino—. Probablemente, los sacará adelante por decreto y sin un voto parlamentario. 

La coalición presidencial también podría recurrir al polémico 49.3 para aprobar una nueva ley migratoria. Presentada a principios de año en el Consejo de Ministros, su tramitación se ha visto postergada en varias ocasiones ante la dificultad de la coalición presidencial de lograr el respaldo de la derecha republicana. “Me temo que tengamos que ser unos aguantavelas en una cena que en realidad será una cita con Éric Ciotti”, ironizó Faure sobre la posibilidad de que Macron utilice el encuentro en Saint-Denis para acercar posiciones con el responsable de LR.

“El presidente está en búsqueda de un objeto político fuerte”, reconoció un consejero del Ejecutivo al diario Le Figaro. Macron quiere sacarse algo de la chistera. Una iniciativa que lo saque de la actual inercia negativa y le devuelva el control de los tiempos en un momento en que cada vez más dirigentes de su espacio —el más ruidoso de ellos es el ministro del Interior, Gérald Darmanin— piensan en su sucesión, aunque todavía faltan cuatro años para las presidenciales de 2027. 

Desde el Gobierno, se han referido en los últimos días a la posible convocatoria de un referéndum o consulta ciudadana. Una idea que ya había sido mencionada en varias ocasiones en el pasado por el dirigente centrista, pero que nunca se concretó. “El presidente está dispuesto a hacer un referéndum e incluso un preferendum”, declaró el martes Olivier Véran. Al hablar de un "preferendum", el portavoz del Gobierno se refería a la posibilidad de hacer una consulta con más de dos posibles respuestas, distinta de un plebiscito clásico. 

Desde la izquierda, le piden que consulte a la ciudadanía sobre la impopular subida a 64 años de la edad mínima de jubilación, que se aplicará de manera progresiva desde este viernes. A la ultraderecha le gustaría un referéndum sobre la inmigración. En el macronismo, no ven con demasiados buenos ojos estas opciones y prefieren una votación sobre una reforma institucional o sobre cuestiones sociales, como la legalización de la eutanasia o el cannabis. “Francia no es como Italia y el marco constitucional para organizar referéndums es limitado”, explica Rouban. Según este politólogo, “no ha habido ninguna votación de este tipo desde 2005 (con la Constitución europea), dado el riesgo de que se conviertan en un plebiscito sobre el presidente”. Y se imponga el “No”.

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