Cumbre en Lituania

La OTAN invitará a Ucrania a ser miembro cuando "los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones"

500 días de guerra en Ucrania: Zelenski visita la isla de las Serpientes

500 días de guerra en Ucrania: Zelenski visita la isla de las Serpientes / UKRAINIAN PRESIDENTIAL PRESS SERVICE / AFP

Silvia Martinez

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El futuro de Ucrania está en la Alianza Atlántica. Los Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN han acordado este martes que cursarán la invitación de adhesión “cuando los aliados lo acuerden y las condiciones se cumplan”, según ha confirmado el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, durante la primera jornada de la Cumbre que celebran este martes y miércoles en la capital de Lituania. El compromiso, recogido en la declaración final, no incluye plazos concretos ni calendario, tal y como había reclamado el presidente ucraniano, Volodimir Zelensy, aunque según ha subrayado el dirigente aliado “nunca había habido un lenguaje tan fuerte sobre la adhesión”, ni un mensaje tan “fuerte, unido y positivo para Ucrania”.

No tiene precedentes y es absurdo que no se fije un calendario ni para la invitación ni para la adhesión de Ucrania (a la organización euroatlántica) mientras al mismo tiempo se incluye un lenguaje vago sobre las condiciones para invitar a Ucrania”, reprochaba con dureza un decepcionado Zelensky horas antes de llegar a Vilnius. “Parece que no hay disposición ni para invitar a Ucrania a la OTAN ni para convertirla en miembro de la Alianza. Esto significa que se está dejando una ventana de oportunidad para negociar la adhesión de Ucrania en la OTAN en las negociaciones con Rusia. Y para Rusia, esto significa motivación para continuar con su terror. La incertidumbre es debilidad”, insistía el político ucraniano pidiendo "respeto" para su país. 

Ucrania cuenta con una promesa de adhesión desde la cumbre de Bucarest de 2008. Aquella cumbre abrió las puertas de la organización a Albania y Croacia pero Ucrania y Georgia se quedaron a la espera, sin fecha y sin una hoja de ruta clara. Zelenski esperaba en esta ocasión mucho más de los 31 aliados que se han limitado a reafirmar que el futuro de Kiev está en la organización euroatlántica. "Ucrania se ha vuelto cada vez más interoperable y políticamente integrada con la Alianza, y ha logrado un progreso sustancial en su camino de reforma (...) Estaremos en condiciones de extender una invitación a Ucrania para unirse a la Alianza cuando los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones", señala el comunicado final.

Plan plurianual

La declaración no incluye la concreción que pedía Zelensky pero sí ofrece nuevos elementos que acercarán a Kiev al cuartel general de la OTAN. En primer lugar, un nuevo programa de asistencia plurianual para Ucrania para garantizar la interoperabilidad de las fuerzas armadas y que trasiten desde la soviética a los estándares, entrenamiento y doctrinas de la OTAN. Un plan que también permitirá "reconstruir el sector de seguridad y defensa de Ucrania" y cubrirá "necesidades críticas como combustible, equipo de desminado y suministros médicos".

De hecho, la tarea más urgente, según el dirigente aliado, es "garantizar que ucrania prevalezca" porque de lo contrario no habrá ningún tipo de adhesión "que discutir". Stoltenberg ha acogido con satisfaccion los nuevos paquetes de ayuda militar prometios a Kiev: Francia misiles crucero de largo alcance, Alemania defensas aéreas y vehículos blindados y Estados Unidosotro paquete de ayuda a lo que se suma la coalición para formar pilotos en el manejo de F16s.

En segundo lugar, los aliados se han comprometido a crear un nuevo Consejo OTAN-Ucrania, una plataforma para consultas de crisis y toma de decisiones en el que aliados y Kiev se reunirán de "igual a igual" y cuya inauguración se producirá este miércoles con la presencia de Zelensky. Por último, los aliados se comprometen a retirar el Plan de Acción para la Adhesión lo que eliminará uno de los pasos y simplificará el proceso de adhesión del país, en guerra desde hace año y medio tras la invasión de Rusia.

Condiciones de adhesión

Stoltenberg no ha aclarado con exactitud las condiciones que Kiev tendrá que cumplir para obtener la invitación aunque en rueda de prensa ha mencionado la interoperabilidad, el fortalecimiento de lazos políticos, de las instituciones de seguridad y defensa y la gobernanza. También ha mencionado el artículo 10 del Tratado de Washington que dice que "las partes pueden, por acuerdo unánime, invitar a ingresar a cualquier Estado europeo que esté en condiciones de favorecer el desarrollo de los principios del presente Tratado y de contribuir a la seguridad de la zona del Atlántico Norte".

Y, con una guerra en su territorio, Ucrania no estaría en condiciones. "Las fuerzas ucranianas han demostrado una valentía y competencia que ha impresionado a todo el mundo, pero al mismo tiempo hay una guerra en marcha. Todos los aliados están de acuerdo en que cuando hay una guerra en marcha no es el momento de convertir a Ucrania un miembro de la Alianza", ha admitido el secretario general.

Fuentes aliadas reconocían hace unos días que el texto final de la cumbre tendría que ir “más allá de lo que se dijo en Bucarest en 2008” pero insistían al mismo tiempo en que “hoy por hoy no se dan las condiciones” para abrirle automáticamente las puertas pese a la creciente presión en los países bálticos y de países como Polonia. Una adhesión, mientras la guerra continúa en Ucrania, supondría que la claúsula de defensa colectiva recogida en el artículo 5 de la OTAN podría ser activada y llevar a una cronfrontación directa con la vecina Rusia.

La cumbre de Lituania también ha servido para reforzar los planes de disuasión y defensa "más completos desde la Guerra Fría", diseñados para hacer frente a las dos principales amenazas a las que se enfrentan los aliados: Rusia y el terrorismo, para aprobar los nuevos planes regionales que contemplan disponer de 300.000 soldados en alerta, y dar luz verde al un nuevo Plan de Acción de Producción de Defensa con el que acelerar las compras conjuntas de armamento, aumentar la capacidad de producción y mejorar la interoperabilidad de los aliados. Además, los países se han comprometido a que destinar el 2% del PIB a defensa sea un "mínimo" y no un techo.