Condena sin precedentes

La justicia brasileña condena a 8 años de inhabilitación a Bolsonaro

La justicia de Brasil deja a Bolsonaro camino de la inhabilitación política

Former Brazilian President Jair Bolsonaro speaks to members of the media in Belo Horizonte, Minas Gerais state, Brazil, on June 30, 2023. Brazil's Superior Electoral Tribunal on Friday reached the majority it needs to bar far-right former president Jair Bolsonaro from politics for eight years over his unfounded claims against the voting system. (Photo by DOUGLAS MAGNO / AFP)

Former Brazilian President Jair Bolsonaro speaks to members of the media in Belo Horizonte, Minas Gerais state, Brazil, on June 30, 2023. Brazil's Superior Electoral Tribunal on Friday reached the majority it needs to bar far-right former president Jair Bolsonaro from politics for eight years over his unfounded claims against the voting system. (Photo by DOUGLAS MAGNO / AFP) / DOUGLAS MAGNO / AFP

Abel Gilbert

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Todo sucedió según lo esperado. Los ruegos celestiales de Jair Bolsonaro no conmovieron al Tribunal Superior Electoral (TSE), que por cinco votos contra dos lo condenó a ocho años de inhabilitación en el ejercicio de un cargo público. Hasta 2030 no podrá participar en unas elecciones. El expresidente fue encontrado culpable de haber abusado de su poder al poner públicamente en duda la transparencia de las urnas electrónicas de los comicios de 2022 ante la comunidad diplomática. La estocada definitiva la dio la jueza Cármen Lúcia, quien en 2021 había tenido una incidencia crucial para que fuera anulado parcialidad el juicio por corrupción contra Luiz Inácio Lula da Silva. "La conciencia pervertida de Bolsonaro ha puesto en riesgo la propia democracia", dijo este viernes durante su alegato. La mayoría en favor de la sanción se amplió más tarde.

El excapitán del Ejército comparó el dictamen con el puñal que un demente incrustó en su estómago durante la campaña electoral de 2018 que lo llevó a la presidencia. "Hoy me apuñalaron por la espalda con inelegibilidad por abuso de poder político. Me han condenado por mi obra.". A pesar de su desagrado, advirtió: "el juego no ha terminado. En política, esa frase no es mía, nadie mata, nadie muere". Se desconoce si Bolsonaro apelará la sentencia ante el TSE o lo hará frente al Tribunal Supremo Federal (STF).

Los argumentos de los magistrados tuvieron una contundencia impensable hace un año, cuando gobernaba la ultraderecha. "¿Qué puede ser más grave que burlarse del régimen democrático ante representantes extranjeros y decir que uno de sus pilares, las elecciones libres, están falsificadas y astutamente manipuladas? Un tipo puede ser terraplanista, formar parte del club del borde infinito, pero no puede predicar eso como profesor en la escuela pública", señaló el juez Floriano Marques ante sus colegas. Marques no hizo más que refrendar los conceptos del relator del juicio, André Ramos Tavares. Bolsonaro, había señalado el pasado martes, "profirió graves acusaciones sin estar respaldadas por un mínimo de pruebas que sustenten tales conjeturas, incorporando a su discurso invenciones, burdas mentiras, hechos fabricados, graves distorsiones". El excapitán del Ejército solo encontró la indulgencia de Raul Araújo, uno de los magistrados más cercano a su credo. La intervención del entonces mandatario ante la comunidad diplomática, dijo, "no era tan grande como para justificar la medida extrema de inelegibilidad".

Bolsonaro osciló entre el pesimismo y el pedido de compasión y la expectativa de un milagro de último momento. El jueves por la noche, rezó para que "Dios toque el corazón" de Alexandre de Moraes, la principal autoridad del TSE y su enemigo declarado cuando ejercía la presidencia. "Dijeron que había interferido en el resultado de las elecciones. Si hubiera interferido, debería haber ganado? ¿Reunirse para hablar sobre el sistema electoral es un crimen capital?". También le pidió al tribunal un nuevo "juicio justo". Pero sabedor de que sus palabras caerían en el vacío, añadió, también, en tono desafiante: "el juego no ha terminado". De Moraes no acudió en su ayuda. "Nuestra respuesta confirma nuestra fe en la democracia y el Estado de derecho frente al degradante populismo, los discursos antidemocráticos y la desinformación".

Un país partido en dos

Las elecciones de octubre pasado mostraron hasta qué punto la sociedad está dividida en torno a la figura de Bolsonaro. Lula venció por menos de dos puntos. Su rival no lo pudo tolerar y abandonó al país, dejando en el aire la ceremonia de transición y parte de su capital político. Frente al juicio, cerca del 37% de los brasileños expresaron su solidaridad con el excapitán. Ese respaldo latente no deja de ser una señal inquietante para el politólogo Fernando Limongi. "No me gusta Bolsonaro, me parece terrible, no puedo entender cómo alguien vota por él. Pero es un actor político con mucho apoyo. Decir 'hagamos como que Bolsonaro no existe' no va a resolver el problema". En ese sentido, remarcó que la superación de la ultraderecha debe darse por completo en las urnas y no a través de los fallos judiciales. "Si se le van a retirar los derechos políticos, tiene que ser algo muy sólido y fundamentado para que no se vea como una venganza o una partidización del Poder Judicial. El Poder Judicial no está teniendo este cuidado. No lo hizo durante todo el Lava Jato, que culminó en el impeachment (de Dilma Rousseff), ni en el encarcelamiento de Lula, y no lo está haciendo de nuevo. Esto acaba restando legitimidad a este tipo de acciones".

Las opciones del bolsonarismo

La ultraderecha intentará promover una amnistía de su líder en el Congreso y, a la vez, capitalizar la inhabilitación. De acuerdo con Bela Megale, columnista del diario carioca O Globo, el Partido Liberal (PL), la agrupación que promovió su candidatura el año pasado, confía en ganar las elecciones municipales del año venidero. Pero para eso necesita que Bolsonaro no "arroje la toalla" como sucedió cuando perdió el segundo turno electoral. Valdemar Costa Neto, el principal dirigente del PL, cree que si el expresidente se sumerge otra vez en la depresión los planes del bolsonarismo se verán amenazados. A diferencia de lo que sucedió después de la derrota electoral, esta vez el bolsonarismo más intransigente no se encuentra en las calles y, a la vez, da señales por el momento de confusión y pesimismo.

En tanto, Mónica Bergamo, columnista del diario paulista Folha, aseguró que el "núcleo más próximo" al expresidente "ya discute con profesionales de la campaña la viabilidad de nombres" que podrían sustituirlo en las elecciones generales de 2026, entre ellos los gobernadores de los estados de Paraná, Ratinho Jr, Minas Gerais, Romeu Zema, San Paulo, Tarcísio de Freitas, y, además, la senadora Tereza Cristina. A su vez, el propio Bolsonaro volvió a plantear la posibilidad de que su esposa Michele se postule en su nombre.

Foro de Sao Paulo

Las instancias finales del juicio contra Bolsonaro encontaron a Lula como anfitrión del Foro de Sao Paulo, una instancia que suele reunir periódicamente a las fuerzas de izquierda de la región. Allí, el mandatario prodigó elogios a los extintos Fidel Castro y Hugo Chávez. "Es mejor tener a un colega nuestro cometiendo errores que podamos criticar que a alguien de la derecha que ni siquiera nos permite el espacio para criticar", dijo. El Foro de San Pablo fue precisamente uno de los grandes demonios en los relatos del bolsonarismo.