Entrevista

Nadim Houry: "La readmisión de Asad en la Liga Árabe sienta un precedente peligroso"

La Liga Árabe recibe a la Siria de Asad con una cálida bienvenida

Entrevista a Nadim Houry, el director ejecutivo de la Arab Reform Initiative (ARI)

Entrevista a Nadim Houry, el director ejecutivo de la Arab Reform Initiative (ARI) / Manu Mitru

Begoña González

Begoña González

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Nadim Houry es abogado y activista por los derechos humanos sirios. Actualmente es el director ejecutivo de la Arab Reform Initiative (ARI) y se encuentra en Barcelona, en el marcos de los MedCat Days, organizados por la Generalitat y el IEMed, en el Palau de Pedralbes. Este jueves participará en la conferencia europea sobre el futuro de Siria que tendrá lugar en Bruselas.

¿Qué implica la readmisión de Bashar el Asad en la Liga Árabe?

El proceso de normalización de relaciones entre los países árabes y Asad empezó realmente hace un par de años, cuando Emiratos Árabes Unidos decidió implicarse políticamente. Esto es solo la culminación de esas negociaciones. No solo es trágico, sino que además sienta un precedente peligroso. Asad es un hombre implicado en crímenes de guerra, que ha usado armas químicas sobre la población, que ha sido denunciado por organizaciones de derechos humanos, etc, y con este gesto parece que aceptamos que es posible pasar página y normalizarlo.

¿Por qué ahora?

Estamos viendo cómo están ganando los oligarcas árabes, como se han ido silenciando las protestas de las primaveras árabes. La región vive un momento de consolidación y a Asad no se le ha pedido compromisos en ninguna dirección para ser readmitido. Aún así, podemos decir que es un vínculo superficial y transaccional. Es una nueva relación dirigida a conseguir financiación. Asad necesita dinero para restablecer el control así como relanzar la economía. A su vez, a los países árabes les interesa reducir la influencia de Irán en Siria, y controlar el tráfico de drogas como el captagon, que lidera Siria. 

¿La readmisión de Siria en la Liga Árabe reducirá aún más la influencia en el país de las potencias occidentales?

Sí, de hecho las potencias occidentales ya perdieron su influencia en Siria en 2013 cuando Barack Obama puso una línea roja en el uso de armas químicas. Asad las usó y en el último momento tanto EEUU como sus aliados decidieron no hacer nada al respecto. En este momento Rusia intervino y desde entonces la geopolítica siria está dominada por Rusia, Irán, Turquía y, en menor medida, algunos países del Golfo. Esta inclusión en la Liga Árabe aparta más aún a las democracias occidentales porque Asad tiene ahora relaciones con otros países árabes, y las sigue teniendo con China, Rusia e Irán. 

¿Cuáles son ahora los principales aliados de Siria?

Irán y Rusia, sin duda. Son quienes han seguido apoyando al régimen llegando a cometer ellos mismos también crímenes de guerra. El error estratégico que tuvo Europa entonces fue creer que Rusia podría intervenir en Siria sin consideraciones geopolíticas. Lo que vemos ahora en Ucrania podría haberse anticipado de algún modo en Siria. Putin usó Wagner en Siria y puso un modelo a prueba sin que nadie le dijera nada. Todo eso se extrapoló a Ucrania después. Durante demasiado tiempo, Europa se desentendió estratégicamente de lo que ocurría en Siria y otros países mediterráneos. 

¿Fue Siria el patio de pruebas ruso antes de Ucrania?

Sí, Siria fue la primera ocasión en que Rusia se proyectaba fuera de sus fronteras como poder global desde la caída de la URSS. Las violaciones que hemos visto en Ucrania ya las vimos, y están documentadas, en Siria. Los bombardeos en infraestructuras esenciales, hospitales o redes de electricidad o agua ya los hicieron los rusos en Alepo. Esa intervención fue un fuerte golpe de propaganda, porque sus aliados ganaron la guerra mientras que en la región, los países europeos y EEUU eran vistos como poco confiables porque no hicieron nada. Rusia estuvo dispuesta a meter soldados, aviones, etc para apoyar a Asad. Eso reforzó a Putin y a la idea de que intervenir en conflictos sin consecuencias era posible.

¿Tiene Siria un papel en la guerra de Ucrania?

No, Siria está demasiado débil. El régimen aguanta porque ganó la guerra pero no ha conseguido la paz. Sigue siendo un país desastroso económicamente y tiene más de seis millones de refugiados y otros tantos desplazados internos sin lugar en el que vivir. Su economía es muy disfuncional y deslocalizada. La mayor fuente de ingresos nacional es el tráfico de captagon. A duras penas se mantiene de pie. La única fortaleza del régimen sirio ahora mismo es que la oposición no está unida y así ellos parecen más fuertes.

¿Podría darse en Siria una unión de opositores para echar a Asad como la que vimos recientemente en Turquía contra Erdogan?

No, porque el contexto es muy distinto. La estrategia de Asad para ganar la guerra fue hacer desaparecer, ejecutar o arrestar a la oposición moderada que tenía opciones de presentar una alternativa. Por lo que los borró del mapa y aquellos que sobrevivieron tuvieron que exiliarse. La democracia no existe en Siria. Asad intenta reestablecerse en el poder aunque no tiene ni la más mínima idea de cómo relanzar la economía y sus aliados tradicionales, Rusia e Irán, no tienen fondos para ayudarle. No es capaz de transformar su victoria militar en una victoria económica porque necesita financiación extranjera y él espera que venga de los países del Golfo. La única esperanza es que la diáspora que se encuentre fuera del país pueda sentar las bases contra el régimen, que consigan llevarles a juicio por lo que hicieron.

¿Qué espera de la conferencia que tendrá lugar este jueves en Bruselas sobre el futuro de Siria? 

No espero demasiado. Esta conferencia realmente va a centrarse más en aspectos humanitarios. No estará focalizada en la política del conflicto y de algún modo nos devuelve al punto inicial. Las democracias occidentales no se han convertido en actores estratégicos en Siria, políticamente hablando. Su enfoque es más humanitario. Así que habrá pequeños compromisos pero no será un momento estratégico. Europa ahora mismo tiene el foco en Ucrania y ni siquiera ha sido capaz de alinearse con EEUU en cuanto a Siria y el régimen de Bashar el Asad. Ayudará a los refugiados y desplazados pero no será un gran momento político. 

¿Cree que es necesaria la intervención extranjera en Siria?

Depende de lo que signifique "intervención extranjera". En el momento en que Europa se centra en la defensa de los derechos humanos en Ucrania ¿será capaz de normalizar y pasar página con Asad, cuando sus crímenes de guerra están también documentados? Seguramente dirán que no, pero entonces ¿qué harán? No estamos hablando de intervención militar, pero ¿qué están dispuestos a hacer concretamente sobre el terreno y qué implicaciones tendrá? Requiere una decisión estratégica que hoy en día Bruselas no está dispuesta a tomar.

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