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Bernard Arnault, así es el hombre más rico del mundo

El magnate francés del imperio del lujo adelanta a Elon Musk como primera fortuna mundial

El presidente ejecutivo del grupo francés del lujo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), Bernard Arnault.

El presidente ejecutivo del grupo francés del lujo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), Bernard Arnault. / EFE

Marta López

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Hasta hace unos días hablar del hombre más rico del mundo era hablar del patrón de Tesla y de Twitter, Elon Musk. Y antes de él, era hacerlo del otro gran gurú tecnológico, Jef Bezzos, el jefe de Amazon. Hasta que este diciembre se ha colocado en lo más alto del podio el representante del lujo más clásico, Bernard Arnault, francés de 73 años, presidente del imperio LVMH, inicialmente las siglas de Luis Vuitton Moët Hennesyy , que cuenta con unas 70 marcas de moda, espumosos, cosmética, relojes y joyas, entre ellas Christian Dior, Dom Pérignon, Sephora, Givenchy o Fendi.

Calculada por la agencia Bloomberg en 171.000 millones de dólares, hace solo unos días que la fortuna de Arnault ha pasado por encima de la de Musk (164.000 millones). Pero más que unos miles de millones, dos mundos separan a estos dos magnates. La discreción del primero contrasta con las excentricidades del segundo. Y mientras Musk quiere enviar coches al espacio, Arnault se vendió el avión privado para evitar ser rastreado en las redes sociales.

El negocio del lujo es pilar de su fortuna y una frase suya, pronunciada, en 2014 describe a la perfección el valor que da a su negocio. “Comparo a menudo nuestra industria a otras industrias de rápido crecimiento. Admiro profundamente a Apple y yo mismo tengo un iphone. Pero, ¿ puede decir que dentro de 20 años la gente utilizará todavía iphone? Quizá sí y quizá no. Tal vez tengamos un nuevo producto o algo más innovador. Lo que puedo decir hoy es que estoy bastante convencido de que dentro de 20 años, la gente seguirá bebiendo Dom Perignon”.

La conversación con el taxista

Nacido en la localidad francesa de Roubaix el 14 de marzo de 1949, su padre era un rico empresario de obras públicas al que él, ingeniero, logró convencer para redirigir su actividad hacia la promoción inmobiliaria, lo que le llevó a vivir unos años en Florida. Fue en un viaje a Nueva York donde en una charla con un taxista le preguntó si conocía al presidente francés y este le dijo que no, pero que sí sabía quien era Christian Dior.

Esa conversación cambió su vida. En 1984, compró el grupo propietario de la firma textil, que estaba quebrado. Vendió todos los negocios ajenos a Dior y con ese dinero compró participaciones de lo que hoy es LVHM. Cinco años después, se convertía en su presidente y consejero delegado. A partir de ahí se fueron sucediendo las diferentes adquisiciones de empresas relacionas con la moda y la belleza. La última ha sido la joyería estadounidense Tiffany & Co.  

Casado dos veces, tiene cinco hijos: Delphine, Antoine, Alexandre, Frederic y Jean. Todos trabajan en el conglomerado LVMH y es común verles juntos en distintos eventos empresariales. Discreto en su vida diaria y alejado de las redes sociales, es un amante del arte y posee obras de Basquiat, Hirst, Wharhol y Picasso. Amigo personal del expresidente francés Nicolas Sarkozy, tiene fijado su domicilio en Bruselas desde 2011, en el exclusivo barrio de Uccle y trató de obtener la nacionalidad belga cuando el socialista François Hollande, anunció el impuesto del 75% para las grandes fortunas. 

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