Brutal homicidio

La ultraderecha francesa instrumentaliza el asesinato de una adolescente de 12 años

Centenares de personas se manifiestan en París tras el atroz homicidio de Lola

La extrema derecha denuncia que la supuesta asesina era una mujer argelina con una orden de expulsión del territorio francés

Protesta en París para reclamar justicia por el asesinato de Lola, este jueves en París.

Protesta en París para reclamar justicia por el asesinato de Lola, este jueves en París. / EMMANUEL DUNAND

Enric Bonet

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Una instrumentalización sin escrúpulos e "indecente". La ultraderecha francesa ha aprovechado el atroz asesinato de una adolescente de 12 años para esparcir su bilis xenófoba. Varios centenares de personas se manifestaron este jueves por la tarde en el sur de París, supuestamente, en homenaje a Lola, brutalmente asesinada el viernes de la semana pasada. Pero, en realidad, fue una protesta para exigir mano dura contra los inmigrantes, sobre todo aquellos que cometen delitos y los que no tienen la documentación en regla. Después de días de politización en redes y en la Asamblea Nacional de la trágica muerte de Lola, dirigentes y simpatizantes de la extrema derecha descendieron a la calle, aunque su protesta tuvo una escasa participación.

Francia continúa conmovida después de que un hombre sin domicilio encontrara en una maleta el cuerpo de una adolescente asesinada con un cuchillo. La fiscalía imputó a dos personas por este homicidio y las investiga por asesinato, violación, tortura o actos de barbarie. Una de ellas es la presunta asesina: una mujer argelina, de 24 años, residente en Francia desde 2016, sin antecedentes penales, que se encontraba sin empleo ni un domicilio fijo y había recibido a finales de agosto una orden de expulsión del territorio francés, al haber caducado su permiso de residencia.

El móvil del asesinato se desconoce. Este tuvo lugar, presuntamente, en el piso de la hermana de la principal sospechosa, en el mismo inmueble en que vivía Lola con su familia, en el distrito XIX de París, un barrio antaño popular, pero muy gentrificado desde hace años.

El detonante

La nacionalidad argelina de la principal sospechosa ha resultado el detonante de la campaña de instrumentalización por parte de la ultraderecha. Después de haber sido preguntado si "hubiera organizado la misma manifestación si la principal sospechosa no hubiera sido argelina, sino francesa", el dirigente ultra Éric Zemmour respondió: "No". "Simplemente porque esta mujer argelina es una extranjera que no debía estar en Francia y (...) no es el mismo tipo de crimen que uno cometido entre franceses", dijo en el plató de la cadena BFM TV el polemista xenófobo y ultranacionalista, que obtuvo el 7% de los votos en las presidenciales y cuyo entorno organizó la manifestación del jueves.

"Queremos denunciar que el Estado no protege a sus ciudadanos (...). No me parece normal que solo se efectúen un 10% de las órdenes de expulsión del territorio francés", de personas migrantes en una situación irregular, aseguró Hubert, 18 años, un estudiante de París presente en la manifestación, en declaraciones a El Periódico. "Todos los días desde hace años vemos con mayor regularidad delitos como los que sufrió Lola. Puedo entender que la familia de Lola no quería ver carteles con la imagen de su hija, pero los franceses estamos hartos de que sea peligroso andar por la calle pasadas las ocho de la tarde", añadió su compañero Agustin, 20 años, un estudiante en ingeniería, que vive en Versalles y reconoció no haber sufrido nunca ningún delito.

La voluntad de los padres

¡Es indecente

El intento de instrumentalización ha resultado tan evidente que ni los dirigentes de la Reagrupación Nacional (partido de Marine Le Pen) ni de Los Republicanos (LR, afines al PP en Francia) participaron en la protesta. A pesar de ello, Le Pen reprochó el miércoles al Gobierno en la Asamblea que "una vez más, la sospechosa de este acto bárbaro no debería encontrarse en nuestro territorio".

Aunque criticó la "demagogia" de la extrema derecha, el Ejecutivo francés aseguró que "nos esforzamos al máximo para que las expulsiones sean efectivas. (…) Pero debemos hacerlo mejor", refiriéndose al bajo porcentaje (un 10%) de las órdenes de expulsión que se efectúan. Un mea culpa que dio aún más alas a los ultras y sus constantes amalgamas entre inmigración y delincuencia. Y eso que, en el caso de Lola, no hay ninguna información que permita vincular la nacionalidad argelina de su supuesta asesina con el móvil de este atroz homicidio.