Tensión en Asia

China retoma las maniobras militares en torno a Taiwán ante una nueva visita de EEUU

El coronel Shi Yi, portavoz del Comando del Teatro de Operaciones del Este, afirmó que el EPL tomará las medidas necesarias para "defender resueltamente la soberanía nacional".

US lawmaker arrive in Taiwan

US lawmaker arrive in Taiwan / EFE / MOFA TAIWAN HANDOUT

Adrián Foncillas

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Regresan las maniobras militares a Taiwán cuando aún retumbaba el eco de las anteriores. Una delegación de políticos estadounidenses aterrizó en la isla apenas una semana después de que la abandonara la congresista Nancy Pelosi y China devolvió a sus barcos y aviones de guerra al estrecho de Formosa

La tremenda pataleta china por la visita de Pelosi aceita, como se preveía, el desfile de políticos estadounidenses hacia la isla. Los réditos no son escasos: la exposición mediática y el sello de audaz luchador por la democracia frente a la atroz dictadura china que valorará el electorado de un país donde crece la sinofobia sin freno. La vanidad sobrevuela las turbulencias generadas en la zona más erógena de Asia y no es improbable que la isla atraiga en los próximos meses el mismo aluvión de representantes estadounidenses que dos años atrás se fotografiaban al frente de las multitudinarias protestas en Hong Kong.

La delegación, formada por demócratas y republicanos, está encabezada por Ed Markey, senador por Massachussets y tenaz martillo de China. El demócrata ya había liderado el frustrado boicot contra los recientes Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín. Markey aclaró en Taipei que es “una obligación moral” hacer todo lo necesario por evitar “un conflicto innecesario”. Fuentes de Taipei añadieron que ambas partes habían discutido sobre las relaciones bilaterales, seguridad regional, comercio e inversiones, cadenas de suministro, cambio climático y otros asuntos. 

Indignación china

La puesta en escena revela cómo se toman los principales actores estos trámites: la infinita indignación china, el entusiasmo desbordante de los visitantes y la delicada labor de anfitrión de Taiwán, tan necesitada de apoyos internacionales como temerosa de irritar más de lo necesario a Pekín. La fugaz comitiva, apenas dos días en la isla, se ha movido en la semiclandestinidad. Markey y compañía aterrizaron por la noche en Taipei sin ninguna notificación previa y sólo a última hora fue desvelada su llegada por el Instituto Americano de Taiwán, una oficina que ejerce de semiembajada por la ausencia de relaciones oficiales. No fue invitada la prensa a su encuentro matinal con la presidenta, Tsai Ing-wen, a diferencia de lo ocurrido con Pelosi, y las cuentas oficiales del gobierno taiwanés sólo publicaron las fotografías del encuentro tras haber partido los estadounidenses a mediodía hacia un destino desconocido.

China reanudó los ejercicios militares en cuanto quedó confirmado el aterrizaje de la comitiva. Tuvieron lugar frente a las islas Penghu, administradas por Taipei y sede de una importante base aérea. Una quincena de cazas han cruzado hoy la línea media, la oficiosa frontera marítima, según cálculos del Ministerio de Defensa taiwanés. 

Perfil bajo

Las maniobras fueron definidas por Pekín como “una poderosa arma disuasoria hacia los trucos políticos de Estados Unidos y Taiwán con los que atentan contra la paz y la estabilidad del Estrecho” sin atender, aparentemente, a que son en realidad el más eficaz efecto llamada. No hay noticias de su final ni de su magnitud pero las primeras informaciones sugieren que Pekín las ha ajustado al perfil bajo de la comitiva. La reciente visita de Nancy Pelosi, el más alto cargo de la política estadounidense que pisaba en la isla en 25 años, fue respondido con las mayores maniobras en la Historia del estrecho.

“Estamos involucrados en la cooperación firme con aliados internacionales para monitorizar la situación militar. Al mismo tiempo hacemos todo lo que podemos para informar al mundo de que Taiwán está comprometido con la estabilidad y el status quo en el estrecho”, ha afirmado esta tarde la presidenta Tsai.