Crisis de Gobierno en Italia

Draghi pierde el apoyo parlamentario para seguir gobernando

Sus aliados de la derecha y la izquierda le retiran el voto durante la moción de confianza

Draghi

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Irene Savio

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La petición de Mario Draghi a los partidos de su coalición había sido clara. Su permanencia al frente de Italia podía mantenerse con un amplio apoyo a su mandato y un nuevo pacto de Gobierno. Así el primer ministro se había expresado al abrir la jornada en el Senado. Pero, finalmente, la rama de olivo tendida por Draghi no ha tenido este miércoles el efecto esperado y el Ejecutivo liderado por el exjefe del Banco Central Europeo ha perdido el apoyo parlamentario necesario para seguir gobernando. Italia vuelve a hundirse así en el desconocido terreno del caos político, después de haber recuperado liderazgo en Europa y en el mundo.

El resultado se ha sabido tras una larga jornada plagada por rumores sobre los posibles desenlaces de la crisis italiana. Después de horas de acaloradas discusiones en el Senado, la realidad de la política italiana terminó por superar la imaginación de los analistas. Draghi decidió poner fin a los juegos, y pidió que a los partidos de votar una moción de confianza sobre su Gobierno. Pero solo el progresista Partido Democrático y el centrista Italia Viva se expresaron abiertamente a favor del exbanquero, mientras que el resto de los grandes partidos de la coalición optaron por no pronunciarse sobre la moción. Los derechistas de Forza Italia y de la Liga salieron del aula durante la votación, y los populistas del Movimiento 5 Estrellas, artífices de la crisis, permanecieron pero no votaron.

El escamoteo político sirvió para permitir que Draghi ganara la moción de confianza, pero dio igual. Así quedó igualmente claro que ya no cuenta con el sostén que necesita para mantener a su Gobierno en vida. Aún así, el todavía primer ministro italiano decidió no acudir inmediatamente a presentar su dimisión ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, posiblemente para darle más tiempo para encontrar una solución. De hecho, Draghi tiene previsto presentarse este jueves ante el Congreso italiano, donde se espera que se abra un nuevo capítulo cuyo desarrollo ya cada vez menos politólogos se aventuran a vaticinar.

La ultraderecha sonríe

Los socios de la coalición y el único gran partido que no era parte del grupo, el ultraderechista Hermanos de Italia, pugnarán ahora por repartirse la túnica de Draghi, quien hace unos meses parecía invencible, y que finalmente fue engullido por la maquiavélica política de su país. “La derecha moderada ha muerto hoy”, sintetizó Matteo Renzi, líder de Italia Viva. “Es un día dramático”, añadió Enrico Letta, líder del Partido Democrático. En verdad, fue la heterogeneidad de la coalición de Draghi, las posturas opuestas de los partidos que integraban su Gobierno, lo que finalmente ha pasado factura al exbanquero. Un poder al que él accedió sin pasar por las urnas, pero que sí ha perdido dentro del Parlamento.

Después de un martes de relativa calma, en el que la bolsa había cerrado en alza y el clima no era exageradamente negativo, las aguas volvieron a agitarse después de la intervención de la mañana de Draghi en el Senado. Desde allí, el político dijo que había reconsiderado su decisión —tomada el pasado jueves—de tirar la toalla, y citó todos los desafíos que Italia aún tiene por delante. Entre ellos: las reformas que ha pedido la Unión Europea (a cambio de los hasta 230.000 millones de euros otorgados al país), la galopante inflación y la crisis energética, así como la respuesta que el país tiene ante la invasión rusa de Ucrania. Estas son las “emergencias” por las cuales el Gobierno no debería romperse, sostuvo Draghi. 

Crisis por Ucrania

Pero el político también volvió a defender el envío de armas a Ucrania, medida que los 5 Estrellas han rechazado reiteradas veces, e incluso anunció cambios a la ley sobre “la renta de ciudadanía”, un subsidio que esta formación considera una de sus medidas-estrella. Una postura, esta, que le valió que la mayoría de los senadores de los grillistas no le aplaudiesen su discurso. Lo mismo hizo la Liga, aunque en este caso sin que quedara claro el porqué. Fue el comienzo del fin. “Ha pronunciado un discurso para no ganar la moción de confianza”, dijo un senador de la Liga. Luego, Forza Italia y los legüistas incluso solicitaron un Gobierno sin los 5 Estrellas, algo que Draghi no aceptó.

Al revés, en su réplica en el turno de la tarde en el Senado, el exbanquero volvió a insistir en el gran apoyo ciudadano y de líderes europeos recibido en los últimos días. Pero la prima de riesgo pareció intuir lo que estaba por venir. En el transcurso del primer discurso de Draghi bajó de los 200 puntos, pero al final de esa intervención volvió a subir por encima de ese valor, y así cerró el día. Y así finalmente también el propio Draghi transmitió la sensación de que, escuchadas las declaraciones de sus exaliados, había entendido lo que se acercaba. “Quisiera agradecer a los que han apoyado a este Gobierno”, dijo entonces, cuando el mayúsculo terremoto ya se estaba convirtiendo en un hecho.