Crisis humanitaria

Marruecos traslada forzosamente a centenares de los migrantes de Melilla al interior del país

La policía, que a veces se queda con sus pertenencias y dinero, los mete en autobuses y envía a diferentes puntos en el interior del país

Las oenegés denuncian que es una práctica habitual de las autoridades de Rabat

Protesta en Rabat contra la violencia de las autoridades marroquís durante el salto a la valla de Melilla.

Protesta en Rabat contra la violencia de las autoridades marroquís durante el salto a la valla de Melilla. / AFP

Marc Ferrà

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Las autoridades de Marruecos han trasladado forzosamente a centenares de migrantes, que el viernes intentaron saltar a Melilla, a diferentes puntos del interior del país. En la ciudad de Beni Mellal, a más de 600 kilómetros de la valla, fueron enviados al menos unos 300 de ellos en siete autobuses, explican fuentes locales. Más de la mitad fueron al hospital de la región por las heridas y lesiones que sufrieron. La mayoría se han quedado en la calle sin recursos y dependen de las oenegés locales.

En la localidad de Chichaoua, cerca de Marrakech, el lunes había un grupo de 35 personas que las autoridades había alejado de Nador hasta esta remota población, según un testimonio de la zona. Estos migrantes explicaron que la policía los metió en un autobús después del intento de salto y se los llevó hasta este punto. Entre ellos había varios heridos, relatan que los llevaron a un médico, pero que no tenían dinero para poder comprar los medicamentos.

Otros grupos de migrantes han sido mandados a las regiones de Safi, Juribga, Errachidía, Fkih Ben Saleh o Tarudant. Según señala la agencia Efe, unos 1.300 migrantes han sido alejados de Nador, una cifra que también incluye los detenidos en redadas los días posteriores al intento de salto. Según denuncian las oenegés, esta es una práctica habitual de las autoridades marroquís. Desde hace años a los migrantes que detienen en ciudades de donde habitualmente salen las pateras o próximas a Ceuta y Melilla, son alejados al interior del país. En algunos casos, la policía se queda con sus pertenencias y dinero, según explican los mismos migrantes. Para ellos supone volver a empezar el camino para intentar cruzar a España.

"Todavía sufrimos"

Enfrente de las oficinas de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en Rabat, se concentraron una setentena de migrantes este lunes. La mayoría eran de Sudán, Eritrea y Chad. Explicaron que estuvieron en el intento de salto a Melilla, algunos de ellos estaban todavía heridos y pedían asistencia y protección. "¿Dónde están los derechos humanos en Marruecos?", escribió uno de ellos en una pancarta. En un momento, varios se tumbaron en el suelo y otro hacía como que les pegaba, recreando lo que explicaron vivieron en la valla de Melilla. Denuncian que la policía les agredió con fuerza.

"Todavía sufrimos después de lo que pasó en Melilla, todavía estamos heridos", explicó Awad. "He venido de Sudán porque no hay seguridad en mi país", explica este joven, quien además criticó el "silencio" de ACNUR. Otro chico sudanés pidió que se les traslade a otro país en el que "se respeten los derechos humanos". "Aquí no estamos seguros", lamentó.

ACNUR expresó en un comunicado su "tristeza" y su "más profunda preocupación por la pérdida de vidas y el número de heridos". También pidió "evitar el uso excesivo de la fuerza y de respetar sus derechos fundamentales" y garantizar la seguridad de los migrantes y refugiados. ACNUR ofreció asistencia a al menos una quincena de estas personas, aunque por el momento no han confirmado la cifra exacta.

Los que han logrado escapar

Otros migrantes que han logrado escapar, se han establecido en localidades más próximas a Melilla. Moverse por el país se ha complicado mucho, incluso en algunas estaciones están pidiendo los papeles a los migrantes para poder subir a un autobús.

A Oujda ha llegado una cincuentena de sudaneses que actualmente están escondidos, sin salir a la calle, por miedo a nuevas detenciones. Otro grupo, de al menos 40, se han establecido en un campamento sin recursos a 80 kilómetros de Melilla. "Llegaron huyendo de los autobuses de la policía", explica un responsable humanitario, y añade que esta región noreste del país no es segura actualmente para los migrantes.

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