El presidente peruano Pedro Castillo deberá enfrentar un nuevo juicio político

Por segunda vez en siete meses, el Congreso buscará destituir a un presidente cada vez más arrinconado

La ofensiva es otra vez llevada adelante por las fuerzas de derecha

El presidente peruano, Pedro Castillo, en una foto reciente.

El presidente peruano, Pedro Castillo, en una foto reciente. / EFE/ Elvis González

Abel Gilbert

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"Me apena que sigan las zancadillas y no se escuche al pueblo, porque acaban de aprobar la moción de vacancia", El presidente peruano, Pedro Castillo, no pudo disimular su enojo después que el Congreso aprobara una nueva moción de censura en su contra. "No hemos venido a robarle un centavo al pueblo. Nadie nos distrae porque el que nada debe, nada teme", dijo, confiado en que pasará la prueba. La amenaza de su destitución vuelve a instalarse en el centro de la escena política. En diciembre pasado, cuando todavía mantenía medianamente unida a la coalición de Gobierno, pudo resistir la embestida parlamentaria. Los analistas se abstienen por el momento de hacer proyecciones, pero el pesimismo parece ser por estas horas parte del sentido común.

Desde 2018, la moción de censura devino una suerte de deporte nacional. El presidente Pedro Pablo Kuczynski prefirió dimitir antes de ser expulsado por el Parlamento. Lo sucedió Martín Vizcarra, quien también probó la misma medicina legislativa y fue finalmente destituido. Castillo deberá presentarse el próximo 28 de marzo ante los congresistas para defenderse de una segunda tentativa de acusarlo de "incapacidad moral permanente". El mandatario podrá asistir a la sesión o enviar a un abogado para que lo represente ante el plenario. Se requieren 87 de los 130 votos de los congresistas para destituirlo.

Castillo asumió el pasado 28 de julio. Su gestión ha transcurrido en medio de constantes crisis, al punto de que ya va por su cuarto Gobierno. Lo que comenzó claramente como una gestión inclinada hacia la izquierda se ha convertido, tras el paso de cuatro primeros ministros, en un mandato sin rumbo ideológico. Perú Libre, el partido que le permitió a Castillo ganar las elecciones el año pasado, está prácticamente fuera del Gobierno. A pesar de las desavenencias con el maestro rural, ha rechazado su destitución.

Impopularidad

Cada remezón interno no hizo más que deteriorar la imagen del jefe de Estado. En la actualidad, un 66% de los peruanos rechaza su figura, de acuerdo con la consultora Ipsos. Lo llamativo de ese sondeo es que el Congreso, escenario de una nueva prueba de resistencia para Castillo, tiene incluso una peor imagen que el presidente: en ese caso la desaprobación llega al 70%.

La moción de vacancia presidencial ha sido promovida por los partidos de derecha y se ha fundamentado en algunas "contradicciones y mentiras" de Castillo durante las investigaciones fiscales que lo han involucrado. Se le cuestionan a su vez los ministros designados, la existencia de un supuesto “gabinete en la sombra” y la intención de someter a consulta popular una salida al mar para Bolivia. "El propio señor Castillo ha reconocido públicamente que no se encuentra preparado para el cargo", dijo el almirante retirado, Jorge Montoya, integrante del partido ultraderechista Renovación Nacional.

Definiciones previas

Antes que se discuta la destitución, la fiscalía quiere interrogar a Bruno Pacheco, el ex secretario general de Palacio, a quien se le encontraron en un baño 20.000 dólares. El pasado sábado, Pacheco, ubicado en ese cargo por el propio Castillo, compartió un video en Twitter. "Ante tanto atropello y desprestigio contra mi persona y mi familia, y ahora amenazas de muerte, del cual temo por mi vida y mi integridad, quiero dirigirme a las autoridades y al pueblo en general para decir lo siguiente: estoy dispuesto a ser colaborador con la justicia y contar la verdad en todos los casos que se me vinculan”.

Por lo pronto, Castillo debe presentarse en el Congreso este martes. Su informe a los legisladores estaba previsto antes de que se decidiera un nuevo juicio político. La presidenta del Parlamento, María del Carmen Alva, le pidió al mandatario de que no haga ninguna referencia a lo que podrá suceder el 28 de marzo.

En este contexto, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac),  expresó su "preocupación por la situación institucional que atraviesa Perú" y pidió que se “respeten el orden democrático y la voluntad popular expresada en favor del Presidente Pedro Castillo hace siete meses".

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