La Eurocámara reclama una estrategia para castigar las injerencias extranjeras

Autocracias como Rusia o China manipulan la información para desestabilizar la democracia europea sin que gobiernos ni ciudadanos sean conscientes de la amenaza que representan los agentes extranjeros. Es la conclusión del Parlamento Europeo que este miércoles ha aprobado por amplia mayoría -552 votos a favor, 81 en contra y 60 abstenciones- el informe que acusa a la extrema derecha europea de estar al servicio de Vladimir Putin y que apunta a los contactos de funcionarios rusos con representantes de un grupo de “secesionistas catalanes” y la campaña del ‘Brexit leave’. El informe pide aclarar las relaciones “muy inapropiadas” entre determinados partidos políticos europeos y Rusia y prohibir la financiación extranjera de los partidos políticos europeos.

El informe menciona por ejemplo los acuerdos de cooperación firmados por partidos como el austríaco FPÖ, el francés Reagrupamiento Nacional o la Lega italiana con la formación Rusia Unida de Putin así como los “estrechos contactos” que el alemán AfD, el Fidesz y el Jobbik de Hungría o el Partido del Brexit mantienen con el Kremlin. Todos los grandes grupos de la cámara -Populares, Socialdemócratas, liberales o Verdes- han dado su apoyo al texto, resultado de año y medio de trabajo y cerca de 50 audiencias con alrededor de 130 expertos. Entre los eurodiputados que se han abstenido figuran los representantes de Vox, Izquierda Unida, Podemos y Anticapitalistas mientras que han votado en contra el representante de EHBildu, Pernando Barrena, así como los representantes de Junts, Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí.

El informe, que ha dedicado el último año y medio a investigar cómo manipulan la información las potencias extranjeras, cómo influyen en las elecciones, ejecutan ciberataques o captan a políticos de alto nivel para hacer presión y defender sus intereses en la UE, alerta del desconocimiento generalizado que existe en la UE de la gravedad de la injerencia y la manipulación de la información, principalmente por parte de Rusia y China, algo que se ve agravado por las lagunas en la legislación europea y la insuficiente coordinación entre los Estados miembros.

Régimen de sanciones

Sus recomendaciones para combatir la larga lista de amenazas incluye la creación de un régimen de sanciones específicas contra la injerencia extranjera y las campañas de desinformación, la posibilidad de revocar las licencias de las organizaciones que difunden propaganda estatal extranjera, obligar a las plataformas de las redes sociales a dejar de impulsar cuentas no auténticas, que actúan como vectores de la injerencia extranjera, y no solo para los contenidos en inglés, así como revisar la cooperación entre las universidades europeas y los institutos Confucio, que China utiliza como plataformas para hacer presión. 

La Eurocámara también reclama campañas de concienciando a la ciudadanía, la financiación con fondos públicos de medios de comunicación de gran difusión, plurales e independientes así como a periodistas, verificadores de datos e investigadores, mejorar con urgencia la ciberseguridad y dificultar la captación por agentes extranjeros de políticos de alto nivel una vez que dejan sus cargos.

“Las plataformas digitales y las compañías tecnológicas tienen que tomar posición y suspender las cuentas que niegan, glorifican o justifican la agresión, los crímenes de guerra y contra la humanidad. En el largo plazo, necesitamos una estrategia de la Comisión Europea y reglas vinculantes en la UE sobre transparencia y rendición de cuentas para estas plataformas. Debemos dotarnos de un escudo protector, hay que invertir a gran escala para apoyar a los medios independientes de calidad, también en la vecindad de la UE”, ha reclamado la ponente del informe, la letona Sandra Kalniete