Crisis económica

El alza de precios y la escasez de alimentos agravan la crisis de Cuba

La inflación experimenta un alza inédita y en el mercado negro el coste puede llegar a multiplicarse por 10

Las dificultades auguran una dura Navidad en la isla

Una trabajadora sirve comidas en un proyecto comunitario en el barrio Los Sitios de La Habana.

Una trabajadora sirve comidas en un proyecto comunitario en el barrio Los Sitios de La Habana. / ADALBERTO ROQUE

Abel Gilbert

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La profunda crisis económica que está atravesando Cuba hace prever unas difíciles Navidades para los habitantes de la isla caribeña. Los problemas comenzaron antes de la llegada de la pandemia, pero el confinamiento, con la paralización del turismo internacional, la principal fuente de divisas, los ha acentuado a niveles cercanos a los que sufrió Cuba tras la disolución de la Unión Soviética, a principios de la década de los 90. El PIB se contrajo más del 13% entre inicios de 2020 y septiembre de 2021, admitió el pasado miércoles el ministro de Economía Alejandro Gil, quien atribuyó el derrumbe a las "condiciones excepcionales" impuestas por el covid-19 y el "endurecimiento del bloqueo". Gil había augurado un crecimiento del 6% en 2022, pero los nuevos cálculos sitúan las mejoras en un 2,2%.

Los alimentos experimentan un alza de los precios que los cubanos no conocieron en los tiempos de la libreta de racionamiento ni cuando funcionó el llamado mercado libre campesino. La inflación acumulada en los primeros 10 meses del año es del 63,4%. Pero en el mercado negro todo puede costar hasta 10 veces más. La pérdida de poder adquisitivo no tiene precedentes desde la unificación monetaria y cambiaria.

Las autoridades decidieron prorrogar hasta el 30 de junio de 2022 la exención arancelaria para alimentos, así como productos de aseo y medicamentos. El beneficio se prolonga debido a "que persisten las limitaciones de ofertas" atribuidas a las sanciones norteamericanas, y que incluyen limitaciones para el envío de remesas.

Sumidos en la escasez

Así las cosas, las Navidades de este año llegan con los cubanos sumidos en la escasez y otras dificultades de aprovisionamiento. Muchas familias no podrán repetir los rituales culinarios que se llevaron a cabo incluso en los años en los que Fidel Castro vetó la Navidad, entre 1969 y 1997. No faltarán, sin embargo, visitantes que traigan en sus maletas algunos de los manjares esperados el 24 de diciembre.

La Nochebuena en Cuba sin cerdo asado sabe a muy poco. La cocción del puerco ha sido siempre una fiesta en sí misma: hasta ocho horas de un lento preparado para que pueda trocearse con extrema facilidad. La naranja agria, el ajo y la cebolla, el orégano, la pimienta molida y el laurel, sazonan un plato que suele acompañarse con plátano, yuca, arroz y el frijol negro. La pregunta que se formulan en estos momentos los cubanos de a pie es cómo materializar el deseo carnívoro si no se cuenta con la moneda libremente convertible (MLC) para comprar el cerdo en las tiendas accesibles a unos pocos, o a través de los sitios digitales que ofrecen sus productos desde el exterior.

La escasez del cerdo se debe en buena parte al derrumbe de los planes gubernamentales. El economista Pedro Monreal ha revelado que entre enero y septiembre de este año se redujeron a la mitad tanto la producción de esa carne como del pienso que alimenta al ganado porcino. La propia Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI) ha reconocido, además, que se ha producido un 15% menos de frijoles. En cuanto a la leche fresca, la caída ha sido del 23%.

El pollo del 'enemigo' y los turrones

En caso de faltar el cochinillo, en muchas mesas de la isla no quedará otra alternativa que suplirlo con el pollo que se importa desde Estados Unidos. Las compras al país vecino que el Gobierno considera el principal causante de los padecimientos económicos se incrementaron un 17% en octubre, respecto al mes anterior. "La estadística oficial más reciente indica que, con un valor de 319,2 millones de dólares, la carne de ave es, por margen considerable, el primer alimento importado por Cuba y es un producto para el cual existe muy poca capacidad de oferta de origen nacional".

La búsqueda del cerdo no es, de momento, el único desvelo: los frutos secos, nueces, almendras, turrones y chocolates también se tienen que pagar en los precios dolarizados que, en el mercado negro, experimentan saltos exponenciales. En el caso que alcanzarse la proeza, queda otra carrera de obstáculos: el café. La empresa Cuba-Café acaba de informar que la distribución minorista del producto se realizará antes de que concluya diciembre. La elaboración del café mezclado de diferentes orígenes se afectó por atrasos en las llegadas de las importaciones, y en las entregas de las empresas procesadoras del grano.

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