Cumbre de Roma

El G-20 logra un tímido acuerdo para limitar el calentamiento global

India y China asumen el compromiso de limitar el calentamiento global a 1,5 grados aunque sin una clara referencia temporal

La reunión de los líderes se salda con acuerdos concretos sobre fiscalidad internacional y vacunación global

Los dirigentes del G-20 albergaban la esperanza de sellar un acuerdo sobre emisiones cero en 2050

Los dirigentes del G-20 albergaban la esperanza de sellar un acuerdo sobre emisiones cero en 2050 / ANDREAS SOLARO / AFP

Rosa María Sánchez
Irene Savio
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Pocas veces una cumbre de líderes mundiales del G-20 finaliza con compromisos concretos, fáciles de trasladar a la sociedad. En esta ocasión, sin embargo, la cumbre de Roma se ha saldado con compromisos traducidos en, al menos, tres cifras: 15% de impuesto mínimo global para las multinacionales; 70% de población vacunada en el mundo a mediados de 2022 y, como sorpresa de última hora, 1,5 grados como máximo aumento de la temperatura del planeta a medio plazo.

El compromiso climático llegó, casi contra pronóstico, a última hora. Negociaciones 'in extremis' en la noche del sábado al domingo permitieron finalmente llevar al comunicado final de la cumbre un compromiso asumido también por China, India y Rusia que, aunque es insuficiente y vago para muchos, va más allá de lo que se esperaba en esta reunión, previa a la cumbre del clima que este lunes arranca en Glasgow. Este compromiso, en la primera cumbre de Joe Biden como presidente de EEUU, hubiera sido imposible de imaginar con su antecesor. Donald Trump fue un presidente que atacó el multilateralismo inspirador del G-20 desde que en 2008 este foro surgió para dar una respuesta coordinada mundial a la crisis financiera y a la gran recesión.

El acuerdo para una fiscalidad mínima global de la multinacionales llegó amasado a la cumbre de Roma, después del pacto alcanzado por la OCDE con 136 países. Eso no impidió al primer ministro de Italia y anfitrión de la cumbre, Mario Draghi, hablar de acuerdo histórico. También ha sido valorado así el acuerdo para una vacunación global del 70% como requisito para superar la crisis sanitaria y dejar paso a la recuperación económica.

De las palabras, a los hechos

Ahora toca pasar de las palabras a los hechos, vino a decir Draghi al glosar las conclusiones de la cumbre. "Esta cumbre ha llenado de sustancia nuestras palabras", dijo el mandatario italiano antes de asegurar, no obstante, que la credibilidad del G20 "depende de nuestras acciones". "Seremos juzgados por lo que hacemos no por lo que firmamos", añadió el político, cuya capacidad diplomática ha sido determinante para la asunción de compromisos entre potencias con intereses encontrados. En la clausura de la cumbre alguien preguntó si se sentía un verdadero líder del multilateralismo. "Es fácil, ¿no?", respondió con ironía el primer ministro italiano.

El presidente francés, Emmanuel Macron, valoró que la cumbre de Roma "ha demostrado su utilidad", a pesar de las "muchas diferencias" entre los participantes. "Debíamos conseguir resultados concretos y urgentes y lo hemos hecho", valoró satisfecho el presidente español Pedro Sánchez.

Sin hoja de ruta clara

El objetivo de evitar que la temperatura del planeta suba más de 1,5 grados centígrados por encima del nivel preindustrial, según las conclusiones finales de la cumbre de Roma, fue uno de los puntos más espinosos de la negociación entre las potencias, responsables del 80% de las emisiones de gases contaminantes. A ello se oponían India y China, dos países que, junto a Estados Unidos y la UE, son los mayores responsables de la producción de emisiones contaminantes en el mundo.

“El impacto del cambio climático con 1,5 grados es mucho menor que con 2”, festejaron los líderes en el comunicado final, de 20 páginas y 61 puntos. Los mandatarios advirtieron de esta manera que lo pactado es un logro más ambicioso que lo establecido por el Acuerdo de París, que en su momento (2016) había fijado los dos grados como límite para el aumento de la temperatura mundial. “Estamos muy orgullosos de los resultados conseguidos”, afirmó, en esta línea Draghi. “Quisiera dar las gracias a los activistas, que nos mantienen en el rumbo correcto”, añadió, haciendo un guiño a los movimientos de jóvenes ecologistas que este fin de semana han seguido manifestándose en las calles de Roma. 

El documento final reflejó los malabarismos lingüísticos habitualmente usados para conformar a todos. Aún así, en la parte relativa al ambiente, el acuerdo también establece que los estados se comprometen a no financiar las centrales energéticas de carbón en terceros países “para finales de 2021”. Además de ello, los líderes del grupo también acordaron destinar 100.000 millones de dólares anuales a los países en vías de desarrollo entre 2020 y 2025 (una promesa no cumplida hasta ahora), para que alcancen los compromisos climáticos. 

Aún así, pese a los resultados obtenidos -que sin duda dejan atrás las borrascosas cumbres de los años de Donald Trump-, los mandatarios no lograron un compromiso para fijar, por ejemplo, una fecha exacta en la que alcanzar la neutralidad de carbono, que significa que los países se comprometen a compensar las emisiones contaminantes con dosis equivalentes de oxígeno. De hecho, en el texto final, solo se menciona que la neutralidad de carbono se logrará “antes o alrededor de mediados de siglo”, una fórmula más vaga que la propuesta de la fecha del 2050 para este objetivo. 

Reacciones encontradas

“Si el G20 fue un ensayo general para la COP26, los líderes mundiales se equivocaron”, fue la sentencia de Jennifer Morgan, la directora general de Greenpeace, unas de las organizaciones más críticas con la cumbre. Las promesas de reducir las emisiones de carbono del G-20 son “vacías” y ponen en riesgo la lucha contra el cambio climático", añadió, también crítico, el primer ministro británico, Boris Johnson, al referirse a la cumbre a la COP26 que empieza este lunes en Glasgow. 

La cumbre del G-20 deja “insatisfechas” las expectativas en la lucha contra el cambio climático, aunque no “enterradas”, matizó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. “Es la primera vez que hablamos de descarbonización en un G-20”, defendió Draghi .