Giro a la izquierda

La oposición de centroizquierda vence en las legislativas de Noruega

La victoria de los laboristas y su posible coalición con los verdes y otros partidos de izquierdas desbancará del poder a los conservadores tras ocho años de mandato

La ultraderecha retrocede tras varios años en la coalición gubernamental y se queda con el 11% de los votos

noruega elecciones

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El Periódico / Agencias

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El bloque opositor de centroizquierda logró un triunfo rotundo en las elecciones legislativas de Noruega de este lunes, una victoria que permitirá al Partido Laborista recuperar el poder ocho años después, y situar la lucha contra el cambio climático y la desigualdad económica en el centro de la agenda política.

Con el 98% del voto escrutado, la oposición obtuvo más del 55% de los votos frente apenas el 40% del bloque de derecha de la primera ministra conservadora, Erna Solberg, que gobernaba desde 2013, confirmando lo que anunciaban los sondeos desde hacía meses. El Partido Laborista de Jonas Gahr Støre mantuvo su condición de fuerza más votada, que ostenta desde 1924, pero con el 26,4% y 48 escaños, un punto porcentual menos respecto a los anteriores comicios de 2017 y un escaño menos, el peor resultado en ocho décadas.

La subida del Partido Centrista (el que más creció en las elecciones) y del Partido de Izquierda Socialista permitirá al laborismo sumar una mayoría cómoda de 89 diputados, cuatro por encima de la mayoría absoluta, con estas formaciones y no depender así de Rojo, una amalgama de fuerzas comunistas y socialistas, y Los Verdes.

El triunfo laborista supone también que toda Escandinavia estará gobernada por fuerzas de corte socialdemócrata, una situación habitual en la segunda mitad del siglo XX, pero que dejó de serlo en las dos últimas décadas.

Retroceso de la ultraderecha

Las cuatro fuerzas que conformaron el Gobierno de Solberg la pasada legislatura perdieron apoyos, lo que se tradujo en un retroceso conjunto de más de ocho puntos porcentuales. El Partido Conservador perdió más de cuatro puntos y 9 escaños para quedarse en el 20,5% y 36 escaños, pero se mantuvo como el segundo con más respaldo electoral.

El xenófobo Partido del Progreso, en el Gobierno desde 2013 hasta 2020, perdió su condición de tercera fuerza política, cayendo al 11,7% (4,5 puntos menos) y cediendo seis diputados hasta 21.

El Partido Liberal obtuvo un resultado casi idéntico, con el 4,4% y 8 diputados, mientras el Democristiano no superaría la barrera mínima del 4% y perdería cinco escaños, aunque mantendría tres por su buen resultado en algunos distritos.

Por segundas elecciones seguidas, el Partido Centrista creció en votos y fue la fuerza que más subió, casi cuatro puntos, hasta el 13,6%, y ganó nueve escaños para sumar 28. Más modesta fue la subida de la Izquierda Socialista (SV), que ganó un punto y medio y dos escaños para quedarse en el 7,5% y 13.

Rojo duplicó porcentaje de votos (4,8%) y pasó de uno a nueve escaños, pero la mayoría cómoda que suman laboristas, centristas y el SV apunta a una influencia menor de la esperada. Los Verdes se quedaron al borde del 4%, aunque lograrían al menos tres diputados por el resultado en los distritos.

Su excepcional resultado en el distrito de Alta (norte) permitiría lograr un escaño al partido Foco en los Pacientes, una formación cuyo único interés es impulsar la construcción de un nuevo centro de urgencias hospitalarias en esa zona.

Temas centrales de la campaña

La campaña electoral de Gahr Støre, un millonario de 61 años, se centró en la lucha contra la desigualdad social y el cambio climático, una estrategia que le ha abierto las puertas a posibles pactos con los verdes y otros partidos de izquierda de cara a la formación de un Gobierno de coalición.

"Tengo un buen presentimiento", dijo Støre mientras depositaba su voto en un colegio de Oslo este domingo, ya que la votación se abrió un día antes en las principales ciudades. Una cifra récord de más de 1,6 millones de noruegos, el 42,3% del electorado, recurrieron al voto anticipado.

La "alerta roja para la humanidad" emitida a principios de agosto por los expertos en clima de la ONU (IPCC) puso el calentamiento global en el centro de la campaña electoral y ha obligado a los políticos a reflexionar sobre el futuro de las actividades petroleras que han hecho de Noruega un país inmensamente rico. El informe alentó a aquellos que, a la izquierda y, en menor medida, a la derecha quieren diversificar la economía del país y que la riqueza no dependa tanto de la explotación del petróleo. En Noruega, el sector petrolero representa el 14% del producto interior bruto (PIB), más del 40% de las exportaciones y 160.000 empleos directos.

El oro negro ha permitido a este país de 5,4 millones de habitantes amasar el mayor fondo soberano del mundo, con casi 12 billones de coronas en activos (1,2 billones de euros).