Crisis en el país caribeño

La oposición venezolana, ante una nueva oportunidad

El diálogo entre el Gobierno y la oposición en México levanta nuevas bases para solucionar la grave crisis del país

Hasta dirigentes de reconocida intransigencia como Freddy Guevara apuestan esta vez por una salida consensuada

guevara

guevara / Miguel Gutiérrez / EFE

Abel Gilbert

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"¿Por qué antes no y ahora sí?". Al escuchar la pregunta, el socialdemócrata Henry Ramos Allup tragó saliva e intentó explicar cómo buena parte de la oposición venezolana ha pasado de boicotear el proceso electoral a competir unida en las elecciones regionales del 21 de noviembre. El giro tiene en principio una explicación: el comienzo en México del cuarto intento de diálogo con el madurismo para encontrar, con el patrocinio noruego, una salida consensuada a la monumental crisis que afecta al país. Ramos Allup, expresidente de la Asamblea Nacional (AN) y uno de los primeros en forzar los tiempos para que Nicolás Maduro abandonase el poder, también se ha contagiado de ese novedoso espíritu. "Los procesos políticos no son lineales", dijo Allup.

Plataforma Unitaria, la coalición que agrupará a distintas vertientes opositoras, quiere repetir la fórmula exitosa de diciembre de 2015, cuando le propinó al Gobierno una paliza en las elecciones legislativas. Esa victoria dio paso, sin embargo, a un ciclo de sucesivas derrotas: primero se buscó convocar un referendo revocatorio para Maduro. Más tarde, derrotarlo en las calles y, por último, desconocer su autoridad sobre la base de la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como "presidente encargado". Con la protección de Donald Trump, Guaidó promovió sin suerte un golpe de Estado. Apostó a su vez por doblegar al Palacio de Miraflores respaldando durísimas sanciones económicas de Washington.

Plataforma Unitaria nace del reconocimiento de aquellos fracasos y el peligro que corre el país si el pulso por el poder queda congelado en un escenario de empate permanente. Un embrollo que dejaría un único perdedor: la sociedad. Por eso se ha señalado que la contienda de noviembre será "un terreno de lucha útil para fortalecer a la ciudadanía" y promover "elecciones presidenciales y legislativas libres".

Para el analista Luis Vicente León, las reuniones en México, cuya segunda ronda finaliza este domingo, deben servir para mejorar las condiciones de participación en los comicios regionales. "Ese es el acuerdo parcial más importante que puede lograrse y no debe mezclarse con objetivos de largo plazo". Europa ya ha mostrado su disposición a participar como observador en las elecciones de noviembre.

Así lo entendió también nada menos que Freddy Guevara. Nacido en 1986, Guevara despuntó a los 20 años como líder estudiantil. En 2009 participó en la fundación de Voluntad Popular (VP), el partido de Leopoldo López y Guaidó. Elegido como diputado, en 2017 promovió las protestas callejeras que provocaron más de 100 muertos. El madurismo se radicalizó y Guevara solicitó protección en la embajada de Chile en Caracas. El pasado 12 de julio fue arrestado por fuerzas policiales. Lo encerraron más de un mes en la sede del servicio de inteligencia, donde se agravaron sus problemas de salud.

El giro impensado

"Aquí hay una dictadura que ha robado elecciones, que ha cometido delitos de lesa humanidad. Ahora, que yo tenga ese diagnóstico no quiere decir que no haya que buscar una negociación", le dijo al portal Contrapunto. Guevara, quien participa de las reuniones en México, quiere tender puentes con el Gobierno con un doble propósito: que VP deje de ser considerada una "organización terrorista" y, a la vez, que VP renuncie a lidiar con el partido fundado por Hugo Chávez como si fuese una homogénea banda de corruptos y asesinos.

"No puedo perdonar por las madres a las que les han matado sus hijos, ni por los presos que han torturado. Puedo perdonar por mí". Guevara reflexionó sobre los errores de la oposición. "Creía que podríamos lograr una vuelta a la democracia a través de presión, que llevase a una ruptura política o militar".

Durante su arresto, Guevara leyó también textos canónicos de la izquierda. "A veces creo que hemos tenido una caricatura del chavismo", afirmó. Ahora reconoce que "hay mucha gente que tiene una convicción política", por lo que "si no entendemos qué es lo que motiva ese proyecto" será imposible "que ambos proyectos políticos puedan vivir en Venezuela”. Por el momento, Guaidó y López, históricos abanderados de la intransigencia, no se han pronunciado al respecto.

Las reuniones de México tienen este inédito trasfondo. El Grupo de Contacto Internacional, impulsado por la UE, saludó las conversaciones "integrales". Este proceso de "diálogo incluyente", añadió, puede "sentar las bases" para salir del empantanamiento. 

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