Crisis política

Protestas prodemocráticas sacuden Esuatini, la antigua Suazilandia

El país africano es la última monarquía absoluta de África

El rey de Esuatini en una celebración en el años 2015.

El rey de Esuatini en una celebración en el años 2015. / Edwin Remsberg / Europa Press

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Esuatini, la antigua Suazilandia, está viviendo importantes protestas prodemocráticas en la última monarquía absoluta del continente. La intensidad de las manifestaciones ha ido creciendo después de que el primer ministro interino emitiera un decreto prohibiendo entregar peticiones prodemocráticas a los miembros del Parlamento del país -institución que en realidad no tiene poder efectivo-.

En las calles del pequeño país se producen choques entre la policía y los manifestantes, saqueos y quema de camiones. Quienes protestan claman también contra la brutalidad policial con la que se reprime la disidencia en este reino del sur de África, que cuenta con poco más de un millón de habitantes, en su mayoría jóvenes. Las protestas han crecido especialmente durante la noche del lunes, según reportaron tanto medios locales opositores como la prensa de la vecina Sudáfrica, y por las redes sociales circulan vídeos en los que se aprecia incluso quema de camiones y de tiendas.

Violencia en las protestas

La tensión es tal que el Gobierno ha impuesto el toque de queda y ha cerrado las escuelas para evitar mayores disturbios. La medida será aplicada de forma "inmediata". "Los trabajadores esenciales tendrán que presentar un permiso cuando viajen por la noche. No se espera que haya nadie en las calles después de las 18.00 horas", ha dicho el primer ministro, antes de apuntar que las clases quedan suspendidas "para proteger las vidas de los niños".

Los líderes de las protestas han afirmado que los incidentes son parte de una campaña de desobediencia iniciada ante la represión de las protestas. "La gente debe actuar contra las propiedades y empresas del rey Mswati", han defendido en declaraciones al portal de noticias Swaziland News. "Si se niegan a abrir negociaciones en dos semanas, los manifestantes deben empezar a incendiar escuelas y otras propiedades. Necesitamos escuelas, pero preferimos empezar de nuevo con un nuevo Gobierno que permitir que se tolere que se abra fuego contra los ciudadanos", han insistido. "Esto debe hacerse por etapas, así que las escuelas no son ahora un objetivo", han zanjado.

Masuku ha abogado por "trabajar juntos" para reducir las diferencias y ha señalado que "las protestas han sido secuestradas por elementos criminales". "Esto no es aceptable en ninguna circunstancia", ha añadido. "Se aplicará la ley contra todos aquellos que perpetúan la anarquía y amenazan las vidas y el sustento de la población de Esuatini", ha explicado. De esta forma, ha pedido a la población que "colabore" con las fuerzas de seguridad y que garanticen el mantenimiento de "la calma y la paz".

La huida del rey

En este contexto, algunos medios y el Partido Comunista han asegurado que el monarca Mswati III tomó anoche un jet privado y abandonó el país para refugiarse en Johannesburgo. "El Ejército de Mswati desata su violencia sobre ciudadanos desarmados. Un ciudadano desarmado fue tiroteado esta noche mientras Mswati abordaba su jet privado", afirmó en un comunicado emitido durante la noche esta formación política (que opera fundamentalmente desde Sudáfrica), además de denunciar la detención de numerosos activistas.

Aunque el rey no ha comparecido en público, el Gobierno desmintió rotundamente estas informaciones en un comunicado emitido en la mañana de este martes. "Está en el país y continúa al mando trabajando con el Gobierno para avanzar en las metas del Reino. El Gobierno dará actualizaciones a la nación sobre las intervenciones respecto a la actual situación según progrese la jornada. Mientras apelamos a la calma, la contención y la paz", ha asegurado el Ejecutivo.

Bajo el reinado de Mswati III desde 1986, este pequeño país del África austral figura como la última monarquía absoluta del continente. En abril de 2018, el propio monarca decidió cambiar el nombre oficial del país, sustituyendo Suazilandia por Esuatini, que en la lengua local significa "el lugar de los suazi", la etnia mayoritaria del país.