Crisis sanitaria global

Italia pone en marcha una desescalada gradual tras meses de confinamiento

A partir de hoy pueden abrir cines, teatros, bares y restaurantes

El comité científico del Gobierno estima la medida precipitada

Italia reapertua pandemia

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Rossend Domènech

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Roberta abre las puertas del cine Beltrade en vía Oxilia, en Milán. Enciende las luces y los primeros espectadores con mascarilla ya están haciendo cola para entrar. Lo podrán hacer solo 70 personas, por aquello de mantener las distancias. Proyectan 'Caro Diario' de Nanni Moretti todo el día. Aplauden al final de la proyección y lo que había sido normal se vuelve novedad. Después de un año, Italia empieza a abrir este lunes de forma gradual las puertas a la vida social, con algunas restricciones. La reapertura se ha puesto en marcha a pesar del parecer del comité científico del Gobierno, que considera pocos los 18 millones de vacunados, 5,2 millones con dos dosis.

Abren cines, teatros, tiendas, salas de conciertos, museos, bares. restaurantes, piscinas y se permite hacer todo tipo deportes al aire libre. También se ha dado luz verde para que se reanude el curso presencial en las escuelas de todo "orden y grado", como reza la ordenanza. Aún tendrán que esperar las piscinas cubiertas y las discotecas. También las residencias de ancianos que, a pesar estar todos vacunados, no se pueden hacer visitas ya que las direcciones de los centros, de forma incomprensible, no las han organizado.

Catorce de las 21 regiones han pasado a color amarillo y la "apertura" se ha vuelto un acontecimiento nacional. Se habla, escribe y comenta desde hace semanas. Eminentes psicólogos, psiquiatras y sociólogos elucubraban sobre las consecuencias del cierre. El Ministerio de Interior ha brindado las cifras de feminicidios, único delito en aumento durante los confinamientos junto con las agresiones colectivas cometidas por menores.

Los escolares se preparaban desde hacía días y los adultos trinaban. El domingo, como un pulpo de millones de tentáculos, los italianos invadieron las zonas clásicas de la movida. Los romanos también se echaron a la calle antes de tiempo.

Sillas relucientes

A partir de ahora las terrazas quedan abiertas para el café y las comidas. Este lunes por la mañana, las mesas y sillas relucientes, como nuevas, han reaparecido en las terrazas del Panteón y Navona. La plaza del Vaticano ha vuelto a poblarse. En el gran centro barroco romano -el mayor de Europa- han aparecido cinco o seis grupos, no más, de turistas con guía, mascarillas y distanciados.

La asociación de hoteleros ha registrado las primeras reservas. Italia se ha abierto a los estadounidenses vacunados. La compañía de aviación Alitalia viaja a Nueva York con pruebas anticovid en los aeropuertos. Los trenes de la península hacen los test en los andenes. Se ha aprobado un "certificado verde" (vacunados, covid-19 superado, PCR o antígeno negativo) para desplazarse libremente por el país, pero nadie sabe donde recabarlo.

Permanece el toque de queda a las 10 de la noche, sin tiempo para salir a cenar. "Esperemos que ahora la gente venga", dice Arturo, en la puerta de un restaurante cerca de Piazza del Popolo de Roma, delantal impecable y servilleta en el brazo. El 22 de mayo el Gobierno decidirá si abrir más o volver a cerrar.

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