Indignación popular

Italia desahucia a los supremacistas de Steve Bannon

El Consejo de Estado dictamina que la concesión de una cartuja del centro del país, dada por el ministerio de Cultura a la asociación Dignitas Humanae Institute debe ser revocada

Benjamin Harnwell en el complejo monumental de Collepardo

Benjamin Harnwell en el complejo monumental de Collepardo

Rossend Domènech

Rossend Domènech

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Consejo de Estado italiano ha dictaminado que la concesión de una cartuja del centro de Italia, dada por el Ministerio de Cultura para los próximos 19 años a la asociación Dignitas Humanae Institute (DHI) debe ser revocada "porque cuando presentó su candidatura no reunían los requisitos pedidos en la licitación".

Termina así un conflicto provocado principalmente por una docena de asociaciones del territorio de la Ciocciaria, al sur de Roma, que consideraban la concesión a DHI como "un embrollo". La asociación, junto con algunos obispos del lugar, apoyados por políticos conservadores italianos, habían pedido incluso al papa Francisco que presionara al ministerio para que fallase a favor de "unos jóvenes bravos, llenos de entusiasmo": "El Espíritu Santo está con ellos (…) y merecen la posibilidad de demostrarlo".

La indignación popular, la intervención de un solo político de la izquierda y una tímida campaña de prensa animada por 'Il Faro di Roma' pusieron en el punto de mira la decisión del ministerio que, de otra manera, habría pasado desapercibida. La concesión de la cartuja a la DHI había ya sido otorgada pacíficamente por Cultura, con el visto bueno de la comisión interna que debía dar su parecer, aunque todavía faltaba el permiso final, argumento al que pudo acogerse el ministerio para revisar su decisión a la luz de las protestas.

Ideólogo de extrema derecha

En la web de la DHI y de algunas otras asociaciones de políticos conservadores campa la imagen del exasesor de Donald Trump e ideólogo de extrema derecha Steve Bannon, que en su proyecto contemplaba la creación de una escuela de supremacistas europeos. El plan era crear un centro con unas 300 plazas para jóvenes de todo el mundo, que en la que fuera la patria de Cicerón habrían aprendido el abecé del soberanismo y del supremacismo que en estos años ha ido tomando tanta relevancia en Estados Unidos y en Europa. La "escuela de pequeños Salvini y pequeños Orbán", ironizaba la gente del lugar, que en varias ocasiones habían realizado protestas.

La cartuja del siglo XIII, surgida sobre las ruinas de una abadía del siglo X, es un colosal complejo monumental construido en el municipio de Collepardo (Frosinone) que ya no contaba con monjes y, tal como prevén las leyes italianas, había pasado al Estado. El último inquilino permaneció solitario hasta la llegada del británico Benjamin Harnwell, lugarteniente de Bannon y que se instaló en 2016 en el lugar.

Dado que una de las condiciones de la licitación era tener "una experiencia de cinco años" en gestión de bienes monumentales, la DHI inauguró un museo en el lugar. No estaba abierto al público. Para visitarlo era necesario realizar una reserva previa y se designó a una guía para atender a los visitantes. Ha sido precisamente esta circunstancia la que ha permitido al Consejo de Estado revocar la concesión. "Se ha hecho justicia", comenta Felice Maria Spirito, abogado de las 12 asociaciones contrarias a la concesión, lamentando "la total ausencia de los políticos locales" y "la conducta de gran ambigüedad de muchos personajes".

Suscríbete para seguir leyendo