CRISIS POLÍTICA

El Gobierno del Líbano dimite en bloque seis días después de la catástrofe

El Gobierno del Líbano dimite en bloque tras la explosión de Beirut

El Gobierno del Líbano dimite en bloque tras la explosión de Beirut. En la foto, el primer ministro del Líbano, Hasán Diab, en su despacho.  / periodico

Andrea López-Tomàs

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno del Líbano ha dimitido tras la explosión en el puerto de Beirut del pasado martes. La negligencia de la clase política ha llevado a la sociedad libanesa a tomar las calles exigiendo la renuncia de sus gobernantes, incapaces de responder a la emergencia humanitaria que asola al país. Después del goteo de dimisiones de dimisiones de los últimos días, el primer ministro Hasán Diab ha anunciado la dimisión en bloque de su Ejecutivo mientras aumentaban las tensiones entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad a las puertas del Parlamento. 

“Hoy seguimos la voluntad del pueblo para que aquellos responsables del desastre que ha venido preparándose durante siete años rindan cuentas, y su deseo de un cambio real”,  ha confesado Diab en su discurso de renuncia. “Entre nosotros y el cambio hay una barrera poderosa”, ha concluido. A las puertas del Parlamento libanés, la multitud congregada durante las dos últimas jornadas ha celebrado la retirada del gabinete liderado por Diab aunque ha lamentado que tanto el presidente Michel Aoun como el presidente del Parlamento Nabih Berri no hayan mostrado ninguna intención de hacerlo. 

Como respuesta, entre las ruinas de Beirut se ha vivido otra jornada violenta. Las fuerzas policiales han intentado dispersar con gases lacrimógenos a los manifestantes que reclamaban la renuncia de los dos otros dirigentes, provocando varios heridos. El pueblo tumba otro gobierno en nueve meses.

Diab, de confesion suní, llevaba en el poder desde enero tras la renuncia de Saad al-Hariri por las movilizaciones contra la corrupción de la clase política iniciadas el 17 de octubre de 2019. Como respuesta a las demandas de la juventud libanesa, Diab formó gobierno gracias al apoyo de la milicia chií Hizbulá y sus aliados. Un gabinete nada innovador.

Tras la explosión en el puerto de Beirut que ha dejado 163 muertos, 6.000 heridos y decenas de desaparecidos, los libaneses ocuparon las plazas rabiosos con unos líderes ausentes e incompetentes. En los últimos días, la fuerza del movimiento ciudadano se ha llevado por delante las dimisiones de cuatro de los 30 ministerios, Información, Medio Ambiente, Finanzas y Justicia, junto con la renuncia de nueve diputados.

Sistema sectario

"Todos, que caigan todos", exigía una sociedad que reniega de la convocatoria de elecciones anticipadas, anunciada por Diab este sábado, ya que el sistema electoral y la tradición política libanesas benefician a los partidos tradicionales. El acuerdo de Taif firmado en 1989 para poner fin a la guerra civil libanesa (1975-1990) garantizaba la perpetuación del sectarismo político. Desde entonces, el primer ministro tiene que ser un musulmán suní -hasta ahora, Hasán Diab-, el presidente libanés debe ser un cristiano maronita -Michel Aoun-, y el presidente del Parlamento, un musulmán chií -Nabih Berri-. A su vez, el Parlamento libanés reserva la mitad de sus escaños a políticos musulmanes y la otra, a cristianos, dificultando la entrada de nuevos partidos.

Ante la perpetuación de un sistema corrupto e ineficiente anclado en una tradición política del pasado, el movimiento 17 de octubre insistía en la caída del régimen y defendía su no alineación con ningún partido político y su carácter antisectario. Los señores de la guerra tienen que irse, aunque ellos no están dispuestos a abandonar el poder tan fácilmente. “Antes he dicho que la corrupción está atrincherada en todas partes del estado pero descubrí que la corrupción es más grande que el estado”, ha dicho el exprimer ministro. “Los oligarcas deben ser cambiados porque ellos son la verdadera tragedia”, ha insistido tras culparlos de la crisis económica y la corrupción de los últimos años. 

Pese a las demandas de una investigación internacional para esclarecer la presencia de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut durante seis años, el presidente libanés, Michel Aoun, ha considerado que estas exigencias solo tienen "como objetivo perder el tiempo, y el Poder Judicial debe ser rápido y, sin apresurarse, confirmar quién es un culpable y quién es inocente".

Decenas de desaparecidos

La conferencia de donantes internacionales, que acordó este domingo la donación de 253 millones de euros como respuesta inmediata a la emergencia humanitaria, insistió en la necesidad de una investigación externa. "Este ofrecimiento de ayuda incluye igualmente un apoyo a una investigación imparcial, creíble e independiente sobre las causas de la catástrofe", insistió el presidente francés, Emmanuel Macron, durante el discurso de inauguración. "Es una petición fuerte y legítima del pueblo libanés, es una cuestión de confianza. Los medios están disponibles y deben ser movilizados", concluyó.

A su vez, el fiscal general libanés ha tomado declaración este lunes a los responsables de los aparatos de seguridad del Estado en relación a  la explosión. Entre ellos destaca el director general del Servicio de Seguridad del Estado, el general Tony Saliba. Por otro lado, los rescatistas han dado por finalizadas las labores de rescate. Tras prácticamente una semana, la esperanza de encontrar a las decenas de personas desaparecidas con vida es casi nula. Muchas de ellas son trabajadores del puerto.