NAVE DE LA OENEGÉ ALEMANA

La capitana del 'Sea Watch', en un lugar secreto por amenazas

La jueza la libera sin cargos y descarta los delitos de resistencia y violencia

La justicia italiana deja en libertad a Carola Rackete, la capitana de 'Sea Watch'

La justicia italiana deja en libertad a Carola Rackete, la capitana de 'Sea Watch'. / periodico

Rossend Domènech

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Carola Rackete, capitana del Sea Watch, nave de una oenegé alemana, quedó  libre sin cargos el martes por la noche y ha sido trasladada a un lugar secreto por amenazas. Rackete permanecía en régimen de arresto domiciliario desde el sábado, bajo la acusación de haber supuestamente puesto en peligro una lancha, que no era de guerra como se dijo, de la policía de aduanas. 

La jueza para las diligencias previas se excluye el delito de resistencia y violencia a una nave de guerra y se justifica que la resistencia a un oficial público fue debido  a que la capitana actuó "para cumplir su deber", es decir salvar vidas humanas en el mar. El auto añade que la decisión de desembarcar a 42 inmigrantes  en Lampedusa no fue casual, sino porque era el "puerto seguro" –así reza la ley de salvamento en el mar—más cercano a la nave.

Entrando sin permiso y con una prohición explícita en el puerto de la isla de Lampedusa, con 42 inmigrantes de bordo que desde hacía 17 días no podían desembarcar por orden del ministro de Interior, Matteo Salvini, "actuó para salvar a los emigrantes", reza la sentencia. Por esta razón los cargos sobre el supuesto delito contra una lancha policial han sido desestimados. La lancha en cuestión intentaba impedir físicamente que el buque humanitario pudiera atracar en el muelle de la isla, un estratagema que el tribunal no ha apoyado.

Expulsión inmediata

Salvini ha anunciado la expulsión inmediata de la joven de 31 años, pero la orden no podrá ser aplicada, ya que el próximo día 9 Carola Rackete deberá presentarse de nuevo ante el juez para responder del segundo delito del que es acusada, es decir de favorecimiento de la inmigración clandestina. Se trata de un delito aprobado en su día por el Gobierno de centroderecha presidido por Silvio Berlusconi, que no existe en ningún país europeo y que en Italia podría ser impugnado como anticonstitucional, ya que contradice todos los tratados internacionales sobre migraciones que Roma ha firmado y que tienen un valor superior a las leyes nacionales. La fiscalía de Agrigento ha confirmado que "la orden de expulsión existe", pero que no podrá ser aplicada hasta el día nueve.

Un portavoz de la oenegé informó que la capitana ha sido trasladada a un lugar secreto "porque había algunas amenazas generales contra Carola".

El ministro de Interior está que trina por la sentencia y el martes por la noche se deshizo en un mensaje vía skype en el que dijo que es "una pésima señal". Añadió que "si un juez no aplica las leyes, puede siempre abandonar la toga y meterse en política con la izquierda y cambiar las leyes". "La fiesta se ha terminado", añadió el ministro, subrayando que  "Italia ha vuelto a levantar la cabeza y estamos orgullosos de defender nuestro país y de ser diferentes de otros pequeños líderes europeos que piensan que nos pueden tratar todavía como una colonia suya".

Distraer a los italianos

Nicola Zingaretti, secretario del progresista Partido Demócrata (PD) ha interpretado la sentencia como "otra señal de que el caso Sea Watch ha sido creado expresamente para distraer a los italianos de los fracasos y parálisis del Gobierno". El expresidente del Gobierno progresista, Paolo Gentiloni, se pregunta si Salvini "ha perdido la calma o también la cabeza por disparar contra la magistratura por no haber obedecido a sus ordenes".

Durante una visita oficial del Presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, realizada este martes, varios jóvenes le saludaron con pancartas en las que pedían la libertad para Carola Rackete.