ESTADOS UNIDOS

La guerra política por el informe Mueller se enquista en el Congreso

El fiscal general de EEUU, William Barr, durante su comparecencia en el Senado.

El fiscal general de EEUU, William Barr, durante su comparecencia en el Senado. / periodico

Idoya Noain

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Washington es desde hace tiempo un campo de batalla cada vez más polarizado con una división que se radicalizó todavía más con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump. La gran guerra que se libra ahora en ese escenario tiene en su núcleo el informe preparado por el fiscal especial Robert Mueller, que ha investigado y probado la injerencia de Rusia en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos, ha descartado que la campaña de Trump cometiera un delito de conspiración con el Kremlin y, aunque sin tomar una determinación jurídica, ha enumerado 11 episodios que podrían representar intentos de Trump de obstruir a la justicia. La publicación del informe el 18 de abril no ha resuelto la contienda; al contrario: el combate se ha enquistado en el Congreso. Y la comparecencia este miércoles del fiscal general, William Barr, ha hecho evidente el enconado e irresuelto choque entre los dos frentes, una lucha donde el titular de Justicia está jugando un papel clave y ampliamente cuestionado.

A la aparición de Barr ante el comité judicial del Senado, que controlan como toda la cámara alta los republicanos, le había precedido una información explosiva. El martes por la noche se supo que Mueller, que el 22 de marzo entregó el informe de 448 páginas a Barr, le mandó una carta cuestionando el resumen que el fiscal general preparó e hizo público dos días después. En ese documento del 24 de marzo, de solo cuatro páginas, Barr prácticamente daba por absolutamente exonerado a Trump. Pero cuando finalmente el 18 de abril se hizo público el informe completo (aunque con cerca del 12% del contenido clasificado), quedó claro que Barr había dado una versión del contenido claramente favorable a los intereses de Trump.

En la carta que envió a Barr el 27 de marzo Mueller no andaba con rodeos. Aseguraba que el "el sumario" de cuatro páginas "no capturaba completamente el contexto, la naturaleza y la sustancia" de las pesquisas ni tampoco "las conclusiones". El fiscal especial afirmaba que el resumen de Barr había contribuido a crear "confusión pública sobre aspectos críticos de los resultados de nuestra investigación" y alertaba de que eso "amenaza con minar un objetivo central por el que el Departamento (de Justicia) nombró al fiscal general: asegurar la confianza pública total en el resultado de nuestras investigaciones".

Defensa sin fisuras

Para Barr el problema no es solo la carta, que este miércoles ha intentado reinterpretar a su conveniencia definiéndola no como una crítica de Mueller a su actuación sino a la lectura que hicieron los medios de comunicación. Recibió la misiva del fiscal especial el 28 de marzo, días antes de otra comparecencia ante el Congreso donde a preguntas de demócratas dijo expresamente que no era consciente de que Mueller tuviera objeciones a su resumen y su interpretación.

Los republicanos, en control del comité, han defendido sin fisuras a Barr y han tratado de crear una armadura frente a las críticas demócratas pero no las han logrado frenar. Una de las intervenciones más demoledoras ha sido la de la senadora por Hawai Mazie Hirono, que ha acusado al titular de Justicia de haber "usado todas las ventajas del cargo para crear la impresión" de que Trump había sido exonerado y le ha dicho: "Usted mintió al Congreso. Usted lo sabía. Y ahora lo sabemos nosotros. Debería dimitir", ha dicho la senadora, una reclamación que también han hecho dos de los candidatos presidenciales demócratas, Elizabeth Warren y Julian Castro, que también ha sugerido que al menos el fiscal general sea investigado por su actuación.

Barr no da ninguna señal de ir a dimitir y defiende tanto su actuación como a Trump. Este jueves está convocado a testificar ante el comité judicial de la Casa de Representantes, la cámara que controlan los demócratas, pero al cierre de esta edición no está claro que vaya a acudir pues ha rechazado ser interrogado por abogados de los equipos de los congresistas, aunque es perfectamente legal.

Quien sí acudirá ante los congresistas en una fecha no determinada aún pero en el mes de mayo será el propio Mueller. El trabajo del fiscal especial, claramente, no concluyó con el informe.