ADIÓS A UNA FIGURA HISTÓRICA

Akihito se despide con un mensaje de paz

El emperador Akihito durante su ceremonia de abdicación.

El emperador Akihito durante su ceremonia de abdicación. / periodico

Adrián Foncillas

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El emperador Akihito se ha despedido este martes del Trono el Crisantemo con la sencillez y las invocaciones a la paz que sintetizan sus tres décadas de reinado. En su último discurso al pueblo engarzó agradecimientos con reivindicaciones de su labor y buenos deseos para la era que estrenará Japón mañana con su hijo Naruhito. Fueron apenas 12 minutos que descubrieron al hombre más que al emperador y que finiquitó ayudando a su esposa a bajar del atril y dirigiendo su beatífica sonrisa a los 300 presentes en la Sala del Pino del Palacio Imperial.

"Desde que ascendí al trono 30 años atrás, he desarrollado mis deberes como emperador con un profundo sentido de confianza y respeto al pueblo, y me considero el hombre más afortunado por la oportunidad de haberlo hecho", dijo en una alocución televisada que paralizó al país. "Agradezco sinceramente al pueblo que me aceptó y apoyó en mis funciones como símbolo del Estado. Y sinceramente deseo también, junto a la emperatriz, que la era Reiwa que empieza mañana sea estable y fructífera. Y rezo con todo mi corazón por la paz y la felicidad en Japón y el resto el mundo", añadió.

Perfil del emperador Akihito

Perfil del emperador Akihito. En la imagen, en un ritual previo a la ceremonia de su abdicación. / periodico

La milenaria monarquía japonesa afrontaba esta mañana un acto sin protocolo establecido. La abdicación es la primera de la historia moderna en una institución que solo contemplaba el relevo por defunción hasta que Akihito reclamó su jubilación alegando su declinante salud. Al salón fueron trasladados por chambelanes los legendarios símbolos que legitiman a su poseedor como emperador: la espada Kusanagi-no-Tsurugi y la joya Yasakani-no-Magatama, encerradas en cajas para preservar su misterio. El espejo Yata-no-Kagami ni siquiera salió del santuario de Ise. Sienta la leyenda que fueron entregados por la diosa del Sol en la que nace la línea imperial de 2.600 años.

Akihito había visitado a primera hora de la mañana el santuario de palacio para comunicar su retirada a los dioses cubierto con un "sakutai", el vestido que los emperadores reservaban para las ocasiones más señaladas entre los siglos VIII y XII. Esas liturgias no son un asunto menor en un país felizmente a salvo del virus de la globalización y que acomoda la tecnología más epatante con el reverencial respeto a sus ritos.

Agradecimiento de Abe

El primer ministro, Shinzo Abe, agradeció a Akihito su servicio al país recordando que él y su esposa compartieron "la alegría y la pena" con el pueblo y le dieron "coraje y esperanza" tras las varias desgracias naturales que asolaron Japón durante su reinado. No siempre los discursos de palacio y gobierno se han alineado, especialmente en la forma en la que Japón debe asumir su pasado imperialista.

La era Hesei ("Alcanzar la paz") concluirá esta medianoche y mañana empezará la era Reiwa ("Paz afortunada") de su primogénito Naruhito. La ceremonia también se prevé corta, con un discurso del heredero y la recepción de los mitológicos regalos. Faltarán las mujeres porque el Gobierno ha insistido en proteger la tradición del tsunami del #metoo a pesar de las críticas. Se esperan sus palabras para averiguar las prioridades de su reinado pero no se prevén rotundos virajes. Naruhito se ha mostrado fiel a los esfuerzos paternos por desacralizar la monarquía hereditaria más antigua del mundo. También ha desposado a una plebeya y ha sido el primero en educarse en familia, sin la corte de educadores, tutores y niñeras que ordenaba la tradición.

Cuchillos en el pupitre de Hisahito

Tokyo ha extremado la seguridad después de que dos cuchillos fueran encontrados en el pupitre de Hisahito, nieto del emperador. La policía ha detenido a un hombre de 56 años que entró en el colegio con el rostro oculto y guantes. La monarquía es apoyada mayoritariamente por la sociedad japonesa pero grupúsculos contrarios han aprovechado los eventos para hacerse escuchar.

El modernizador del trono milenario ha recibido cariñosos mensajes de los líderes mundiales. Desde China se ha recordado su contribución a normalizar sus relaciones bilaterales y su briosa lucha por la paz. La abdicación de Akihito coincide con las órdenes de Tokyo de desplegar misiles para proteger las islas Senkaku/ Diaoyu que se disputan China y Japón.

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