Deraa, la ciudad donde nació la rebelión siria, a punto de caer en manos de Asad

La bandera del régimen vuelve a ondear en el ayuntamiento de esa localidad

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El Periódico / Barcelona

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Deraa, la ciudad del sur de Siria donde en el 2011 comenzó la revuelta en ese país árabe, está a punto de caer en manos del régimen de Bashar el Asad. Este jueves, la bandera del régimen ha vuelto a ondear en el ayuntamiento de la ciudad.

Mientras, una delegación de militares rusos ha entrado en la parte antigua de la ciudad para negoción con los resistentes del Ejército Libre Sirio, la armada rebelde, los términos para concretar una rendición que ya se pactó el pasado viernes y que incluye la evacuación de los rebeldes y su entrega de armas.

La conquista de Deraa, cuna de la revuelta, supone una nueva y decisiva victoria para Asad, que definitivamente ha logrado ganar la guerra que amenazó con echar a su régimen del poder. En una ofensiva que comenzó hace un mes, las fuerzas del régimen, con apoyo militar ruso, han avanzado imparables en esa provincia, fronteriza con Jordania.

Pasillo humanitario

En la ciudad quedan unos 2.000 rebeldes con sus familias que están negociando con la delegación rusa un pasillo humanitario para salir de esa zona y, posiblemente, ser trasladados a Idleb, la última zona controlada por los rebeldes.

Desde que comenzara la ofensiva contra la provincia meridional de Deraa el pasado 19 de junio, las fuerzas leales al Gobierno del presidente sirio Bashar al Asad se han hecho con el control del 84% del territorio de la zona, ha señalado el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH).

El régimen ha conseguido reconquistar la provincia mediante ataques aéreos lanzados contra las posiciones rebeldes, y en algunas localidades, estableciendo con los opositores acuerdos de rendición.  El control de esta provincia de alto nivel simbólico supone un importante revés para la rebelión contra Asad, que desde hace dos años encadena derrotas y se muestra más vulnerable que nunca ante la potencia de fuego del régimen. Gracias al apoyo de Rusia e Irán, el régimen de Asad controla ya más del 60% del país en guerra.

En paralelo a esta situación, continua el regreso de los civiles a sus hogares después de que al menos 320.000 personas huyeran desde el comienzo de la ofensiva militar gubernamental, según datos de la ONU. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido acceso a 210.000 desplazados en el sur del país que necesitan asistencia urgente.