Los líderes del G7 alcanzan un acuerdo para reforzar la lucha contra el terrorismo

Una mayor coordinación de los servicios policiales y secretos contra el terrorismo y la exigencia de un compromiso explícito de la compañías de internet para eliminar los mensajes extremistas de las redes sociales. Estos son los aspectos más importantes del acuerdo para combatir el terrorismo alcanzado este viernes en la cumbre del G7 (las siete principales potencias económicas del mundo). Los mandatarios de EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón,Canadá e Italia han iniciado este viernes el encuentro (que concluirá el sábado) en Taormina (Sicilia). Es la primera cumbre del G7 en la que participan los nuevos presidentes de EEUU, Donald Trump, y de Francia, Emmanuel Macron. El acuerdo sobre terrorismo, primero de otros tres, ha sido bautizado como "Declaración de Taormina". 

La declaración conjunta sobre terrorismo era paradójicamente la más fácil, porque se trata de una cuestión que provoca una repulsa general, mientras que los acuerdos sobre cambio climático, migraciones y comercio internacional están aún siendo limados a última hora del viernes. Paolo Gentiloni, presidente del Gobierno italiano y anfitrión de la cumbre, ha subrayado, en cuanto al clima, que constituye “una parte de nuestro futuro”. Seis de los siete líderes apoyan el acuerdo alcanzado en París (2015), que constituyó un hito en la lucha contra el cambio climático. “De momento EEUU mantiene una posición de espera”, ha señalado Gentiloni. EEUU, pues, ha impedido que el G7 adopte una posición común sobre el respeto del Acuerdo de París.

EL ACUERDO DE PARÍS

El jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, ha afirmado que está “escuchando las posiciones de todos los líderes europeos” y que tomará una decisión a su regreso a Washington. La nueva Administración estadouniudense ya ha desmantelado varias iniciativas aprobadas por el anterior presidente, Barak Obama, en favor de otras sobre el uso de carburantes fósiles. “El acuerdo de París debe ser aplicado totalmente”, ha afirmado, levantando la voz en rueda de prensa, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

El acuerdo global que saldrá de Taormina constará de seis páginas. Además del terrorismo figurará el intercambio comercial planetario, al que hasta hoy se opone Trump a favor de acuerdos bilaterales entre países, mientras que la Unión Europea (UE) defiende los tratados internacionales como fuente de creación de puestos de trabajo y disminución de los precios de los productos.

Sobre las migraciones, circulaba entre los equipos de los participantes un borrador que señala: “Aún apoyando los derechos humanos de los inmigrantes y refugiados, reafirmamos los derechos soberanos de los estados de controlar sus fronteras y fijar límites claros a las tasas netas de inmigración como elemento clave para su seguridad y bienestar económico”. Sobre el control de los flujos migratorios, el documento hará hincapié en distinguir “entre la emergencia y la situación a largo plazo” y en establecer cooperaciones bilaterales para ayudar a los países a crear en sus fronteras condiciones que resuelvan las causas de  las migraciones”. En este contexto han sido invitados para el sábado en Taormina los jefes de Estado y de Gobierno de Chad, Niger, Nigeria, Túnez y Kenia. También estarán presentes las instituciones internacionales, como la ONU y el FMI.

RUSIA Y UCRANIA

Aunque tal vez no figuren en el documento final, los siete grandes han hablado también de las sanciones a Rusia, sobre las que la UE frena, y la situación en Ucrania tras la parcial invasión de las tropas rusas y la ocupación de Crimea. “Espero que el G7 demuestre unidad sobre estos temas y que las sanciones a Rusia prosigan”, ha afirmado Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo (máximo órgano de la UE).

A poca distancia los antimundialistas protestaban, enarbolando un cartel que decía: “Fuera los patronos del mundo que imponen paro, precariedad, guerra; rebelarse es justo”

Al caer de la noche, los siete escucharon piezas de la orquesta de La Scala de Milán en los graderios del teatro griego de Taormina y después los mandatarios cenaron pasta con albahaca y gambas, dentón con patatas hervidas y “cassata”, un dulce típico siciliano.