La eurozona da más tiempo a Grecia para que concrete sus reformas

El Gobierno de Tsipras acepta la tutela de las instituciones europeas y el FMI sobre su plan

El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, se dirige ayer a la reunión del Ejecutivo, en Atenas.

El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, se dirige ayer a la reunión del Ejecutivo, en Atenas.

MONTSE MARTÍNEZ / BRUSELAS

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Los ministros de Economía de los países que comparten el euro han dado el visto bueno a la lista de reformas que ha presentado el Gobierno griego a cambio de prorrogar la asistencia financiera cuatro meses. Previamente, el plan del Gobierno de Syriza fue sometido, con éxito, al escrutinio de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la terna de acreedores que con más o menos reservas bendijeron unas propuestas muy genéricas que incluyen los proyectos que el primer ministro, Alexis Tsipras, presentó en su programa de Gobierno, aunque con concesiones y sin cuantificar costes.

El documento presentado por Grecia tiene seis páginas y es el resultado de complejas negociaciones y equilibrios que permiten salvar la cara a Tsipras sin burlar las exigencias de Bruselas y cuya principal virtud es dar más margen de negociación a las dos partes para llegar a un acuerdo definitivo. Alejado el espectro de una ruptura, la Bolsa de Atenas subió ayer casi el 10%.

La lucha contra la evasión fiscal y la corrupción y la modernización de la Administración pública a son los ejes de una propuesta de reformas en cuya concreción el Gobierno griego se compromete «en concierto» con las instituciones acreedoras, es decir, la troika sin llamarla troika. En este capítulo se anuncian la ampliación de los supuestos de fraude, el refuerzo de recursos destinados a perseguir la evasión y un mayor control y contención de gasto en todas las áreas de la Administración.

Las privatizaciones

En una clara concesión hecha a Bruselas, el Gobierno griego se compromete en no dar marcha atrás en las privatizaciones ya completadas y en curso pero sí anuncia que «revisará» las que están previstas. El Ejecutivo mantiene el compromiso de aumentar el salario mínimo, aunque no pone plazos, ni fija cuantías. Igual de inconcreta es la presentación de un plan para luchar contra la crisis humanitaria, que garantizará «acceso a la alimentaciónviviendaservicios sanitarios suministro de energía básico» sin que esto tenga «ningún efecto fiscal negativo», en alusión a un incremento del déficit.

Estas propuestas son solo la base para iniciar los trámites para prorrogar el rescate que termina el 28 de febrero , según se encargaron de subrayar los socios y los acreedores de Grecia. Antes de que termine el mes de abril, las instituciones acreedoras deberán validar el grado de cumplimiento de Grecia de los compromisos adquiridos para desbloquear los fondos del último tramo del programa de ayuda -unos 3.500 millones de euros a los que se han de añadir la última partida del FMI- con el fin de que el país pueda sastisfacer sus necesidades financieras.

Y el camino no será fácil. La Comisión Europea ha considerado el programa de trabajo griego como un «punto de partida válido» pero señaló que las autoridades griegas deberán concretar con más detalle unas reformas que deben traducirse en «claras acciones políticas». También el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, habló de «buen punto de partida» pero señaló al mismo tiempo que «los compromisos descritos por las autoridades griegas difieren de los compromisos existentes en el programa [de rescate pactado en el memorándum con el anterior Gobierno] en muchos aspectos».

En la misma línea, la jefa del FMI, Christine Lagarde, afirmó que en algunas áreas, «incluidas algunas de las quizás más importantes, la lista no ofrece claras garantías de que el Gobierno prevé acometer las reformas planteadas». Y el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, dejó claro que «el acuerdo del Eurogrupo no quiere decir la aprobación de las reformas».

El Gobierno griego, que ya ha rebajado mucho las pretensiones de su programa de Gobierno -y muchísimo más sus promesas electorales- defendió ayer un acuerdo, que según subrayó «entierra» las decisiones del Gobierno anterior y nuevos recortes.

«No habrá recortes de las pensiones, no habrá nuevos despidos en el sector público y no habrá un aumento de los impuestos para los pobres y las clases medias», se defendieron fuentes gubernamentales en Atenas a la agencia Efe, aún reconociendo que el acuerdo incluye puntos de vista «que el Gobierno no comparte. Pero «es evidente que en una negociación ninguna de las partes puede imponer el cien por cien de sus puntos de vista», aclararon.

El acuerdo, sobre todo, da un respiro a Grecia porque le evitará la asfixia financiera a la vez que le ofrece tiempo para que acometa reformas. «Hemos ganado unas semanas», admiten en el Ministerio de Finanzas griego. Superada la prueba de fuego Eurogrupo, Tsipras obtuvo también anoche la aprobación de sus ministros.