CONMOCIÓN EN ARGENTINA

Messi y Mascherano animan a las Abuelas a seguir luchando

A. G.
BUENOS AIRES

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Javier Mascherano sorprendió a los argentinos con su mensaje a Estela de Carlotto: «A seguir por los [nietos] que faltan», escribió en su cuenta de Twitter. «Hay que continuar la lucha. Cuentan con nuestro apoyo», escribió Lionel Messi. Mascherano y Messi hicieron campaña por las Abuelas el mes pasado. «Hace 12 mundiales que te estamos buscando», se le escuchó decir a Leo. De Carlotto se acordó de estos gestos: «Nos ayudaron una barbaridad», dijo.

El papel de las Abuelas en la sociedad argentina ha sido de un fuerte peso simbólico y, también, del orden político y ético. La incesante búsqueda de los hijos de los desaparecidos y el hallazgo de 114 las encuentra en una paradójica situación: más ancianas y todavía muy vitales.

Sus logros no habrían sido posibles sin las políticas públicas que se iniciaron con el retorno de la democracia y se fortalecieron desde la llegada al poder del kirchnerismo. En 1984 se creó el Banco Nacional de Datos Genéticos. Este organismo, revitalizado a partir del 2009, garantiza la obtención, almacenamiento y análisis de la información necesaria como prueba para el esclarecimiento de delitos de lesa humanidad. Los organismos de derechos humanos hicieron a su vez lo suyo construyendo los árboles genealógicos de miles de afectados por la dictadura.

En 1992, el Gobierno de Carlos Menem creó la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que impulsa, con la cooperación de las Abuelas, la búsqueda de hijos e hijas de desaparecidos. Los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner le dieron a este organismo los recursos que antes no tenían. A la vez, el Gobierno puso en marcha una intensa campaña publicitaria de la que primero participaron buena parte de los principales actores de este país en la que se invitaba a los jóvenes nacidos entre 1975 y 1983 con preguntas sobre sus orígenes a acercarse a la sede de las Abuelas o la CONADI. «No le dejes a tu hijo la herencia de la duda. Resuelve tu identidad, ahora», rezaba una de las publicidades. Fue de así a que el nieto de Carlotto comenzó a preguntarse quién era.