TeNSIONES EN EL GIGANTE ASIÁTICO

Hong Kong reta a Pekín con una marcha masiva prodemocrática

Vista aérea de la manifestación que recorrió las calles de Hong Kong.

Vista aérea de la manifestación que recorrió las calles de Hong Kong.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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Una protesta masiva en Hong Kong desafió ayer a Pekín con la exigencia del sufragio universal. Las cifras oscilan entre las decenas y los centenares de miles, según las fuentes. Hay menos controversia en que fue la mayor protesta desde la de 2003, cuando el anuncio de una ley contra la subversión que muchos juzgaron como inquietante sacó a medio millón de hongkoneses a la calle. Aquella ley no llegó a aprobarse y el conflicto dejó muy tocado a Tung Chee-hwa, el entonces líder político, que abandonó su cargo dos años antes de completar su ciclo de cinco años.

El contexto actual es igualmente conflictivo. Pekín recordó dos semanas atrás en su Libro Blanco que la autonomía que disfruta Hong Kong no es plena ni inherente sino que emana del Gobierno central. El anuncio pateó un avispero ya agitado por las suspicacias de que Pekín aumenta su influencia en los asuntos internos de la excolonia. Un referendo informal promovido por la organización civil Occupy Central (por el nombre del distrito financiero de la excolonia) terminó el domingo tras 10 días con 800.000 votos, casi la décima parte de la población total.

El éxito de afluencia convirtió la manifestación en concentración. Los primeros habían alcanzado ya el distrito Central, final del trayecto, cuando muchos continuaban en el Parque Victoria, el inicio previsto y escenario del encendido de velas en las vigilias del aniversario de la masacre de Tiananmén. Hubo altercados menores debido a la fuerte presencia policial que controló la marcha.

PETICIONES DE DIMISIÓN / Activistas de la Liga Socialdemócrata quemaron una copia del Libro Blanco y un retrato de Leung Chun-ying, el líder del territorio. Protege la autonomía de Hong Kong  y No tengas miedo de las amenazas del Partido Comunista de China eran algunas de las pancartas de la marcha, en la que se pidió la dimisión de Leung. Este prometió que haría «lo máximo» para lograr un consenso social que desembocara en el sufragio universal que Pekín se comprometió a permitir en la isla cuando acabó la etapa colonial en 1997.

El sufragio universal, tal como lo entiende Pekín, incluye a un consejo con derecho de veto de los participantes. Las organizaciones prodemocráticas entienden esa vía como incompleta y exigen la libre elección.

La democracia le ha sido esquiva a la sociedad hongkonesa, una de las más avanzadas del mundo y tradicionalmente preocupada solo por el enriquecimiento económico: de la elección a dedo por el monarca británico durante la época colonial pasó al sistema tutelado por Pekín.