LA CRÓNICA EUROPEA

La UE hace promesas vagas tras el castigo electoral

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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Los líderes de los Veintiocho prometieron anoche cambios imprecisos en la política y en la forma de gestionar la Unión Europea (UE) tras el enorme voto de castigo a los partidos tradicionales que se ha producido en muchos países durante las elecciones del fin de semana. «Necesitamos una agenda positiva para la UE», reconoció el presidente de la UE, Herman Van Rompuy.

Los líderes europeos prometieron potenciar el crecimiento, la competividad y el empleo, reducir la dependencia energética europea, proteger las libertades y luchar contra la inmigración ilegal, el crimen y el fraude,  indicó Van Rompuy tras concluir la cumbre. Sin embargo, los líderes no dieron ningún detalle concreto sobre cómo van a impulsar el crecimiento y el empleo, ni cómo van a responder al malestar expresado por los ciudadanos en las urnas.

Los Veintiocho se limitaron a encargar a Van Rompuy que prepare una propuesta de estrategia política de la UE cara a la próxima cumbre europea del 26 y 27 de junio.

Los líderes de los países más afectados por el voto de castigo de los ciudadanos sobre cómo se ha gestionado la crisis, como Francia y Gran Bretaña, eran quienes más abogaban por un cambio, aunque las prioridades y el enfoque de los diferentes países eran divergentes.

RESPONDER A LOS MIEDOS / «Quiero que Europa cambie. Europa debe comprender lo que ha pasado en Francia», destacó al llegar el presiente francés, François Hollande, totalmente derrotado y desorientado por el triunfo de la extrema derecha. «Hay un problema y no solo en Francia, sino también en Europa», añadió Hollande. «Si en unos años Europa no ha respondido a los miedos y preocupaciones, habrá otras votos que se producirán contra Europa en otros países», aseguró Hollande.

«Ha llegado el momento de cambiar las políticas europeas», defendió también el primer ministro italiano, Matteo Renzi, fortalecido por su histórica victoria electoral. Renzi abogó por una política de reactivación económica, empleo y gestión de los flujos migratorios.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, también coincidió en reclamar una mayor apuesta de la UE a favor del empleo y del control de la inmigración y añadió la tradicional reivindicación de ampliar las interconexiones energéticas de la península con el resto de Europa.

La cancillera alemana, Angela Merkel, a pesar de reconocer que para combatir el descontento «la mejor respuesta es una política de crecimiento y empleo», su énfasis en la política de competitividad mostró que Berlín sigue primando las reformas económicas y laborales como instrumento para lograr el crecimiento sobre los planes de reactivación que desean otros países.