La situación en la península

Sin noticias en Crimea

Las nuevas autoridades prorrusas de Simferópol han logrado bloquear las emisiones de los canales de televisiones independientes

Dos hombres leen dos carteles electorales en una plaza de Simferópol.

Dos hombres leen dos carteles electorales en una plaza de Simferópol.

IRENE SAVIO
SIMFERÓPOL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Son las 11.30 de la mañana. En un restaurante poco concurrido de los suburbios de la capital de Crimea, Simferópol, cuatro ancianos beben cerveza. Sobre la barra hay una radio que emite música pop rusa y, un poco más allá, en el espacio reservado a la cocina, una televisión que transmite una telenovela picante con mujeres ligeras de ropa. De repente, el programa termina y en la pantalla aparecen las imágenes de una protesta callejera. La camarera no lo duda ni un segundo, busca el mando del televisor y se apresura a cambiar de canal.

En ocasiones, la vida en Crimea estos días se asemeja a una película de ciencia ficción. En las calles, la tensión entre las comunidades se palpa en el ambiente.

Se ve a grupos de soldados que entran en los edificios y milicianos que deambulan por las calles. Incluso hay uniformados que toman posiciones en las azoteas de los inmuebles.

No son pocos los habitantes de la capital de Crimea que apenas saben lo que está pasando realmente en las calles, conocen tan solo la versión oficial. Y es que desde que el Gobierno prorruso se hizo con el poder, la gran mayoría de los canales de televisión independientes han dejado de emitir.

Lyuolmila Zhuravlyova tiene 28 años pero mucha pesadumbre en el rostro. La razón es que el canal televisivo independiente que dirige, Chernomorskaya (Mar Negro), no emite desde el pasado 3 de marzo. Así y todo, en su redacción -unos 40 periodistas, que se ocupan de todo tipo de programas en los dos idiomas, ucraniano y ruso- siguen trabajando. No pierden la esperanza. «Es evidente que alguien nos considera molestos, tal vez porque siempre hemos hecho reportajes de investigación», cuenta Zhuravlyova.

Frecuencias ocupadas

Desde Kiev, Sergiy Tovstenko, el jefe de prensa de Ukraine TV, también confirma esta versión. «La señal de nuestro canal fue interrumpida sin previo aviso y sin que nadie nos diera explicaciones», dice Tovstenko. Una suerte parecida han sufrido también los canales K1, TET, Mega, M1, New Channel, NTN y 2+2.

Sus frecuencias de emisión fueron bloqueadas parcial o completamente, y después y en algún caso,  ocupadas por otros medios cercanos al Gobierno crimeano. Un caso único es el canal tártaro ATR, que ha seguido misteriosamente emitiendo.

Censurar la información libre, en opinión de estos periodistas, forma parte del engranaje puesto en marcha por parte de los nuevos dueños de la península de Crimea.

De lo que no hay duda es que así se votará el domingo. «Se trata de una estrategia muy inteligente pues es silenciosa. Nos han bloqueado las frecuencias y, como todo es un caos, no hay forma de poder rebelarse», argumenta Zhuravlyova, añadiendo que también fue hackeada la página de internet de su canal. «Hemos contratado a una empresa estadounidense para resolverlo, pero todavía no hemos podido arreglarlo. Eso demuestra que se trata de profesionales que disponen de herramientas muy potentes», agrega.

Contra canales rusos

Curiosamente, el Gobierno crimeano no niega nada. «La desconexión de esos canales es temporal. Después de la celebración del referendo y el ingreso de Crimea en la Federación de Rusia, estos canales podrán acreditarse de acuerdo con las leyes rusas y continuar con su trabajo», dijo el miércoles el viceprimer ministro de Crimea, Rustam Termigalíev.

También el Gobierno ucraniano ha hecho de las suyas. El pasado martes, Kiev ordenó a varios proveedores por satélite ucranianos dejar de emitir canales rusos, lo que, sin embargo, no ha sido casi respetado.