CARRERA ARMAMENTÍSCA DE LAS POTENCIAS ASIÁTICAS

Japón dispara su gasto militar en un clima de crispación con China

Shinzo Abe.

Shinzo Abe.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La carrera militar se desboca en Asia Oriental, uno de los puntos más calientes del planeta. Japón anunció ayer un plan de rearme motivado por las crecientes hostilidades con China y Corea del Norte. Tokio aumentará su presupuesto de Defensa un 5 % en el próximo quinquenio, que pasará de 23,37 billones de yenes (160.000 millones de euros) a 24,67 billones de yenes (170.000 millones de euros).

La lista de la compra del Ejército japonés  incluye 17 aviones híbridos Osprey de despegue vertical o en pista, 52 vehículos anfibios y tres drones, entre otros.  El plan finiquita una década de bajadas continuadas en el presupuesto militar nacional y supone el gesto más decidido del Ejecutivo de Shinzo Abe por dotarse de un Ejército más poderoso y acorde a las tensiones regionales.

Diferentes gobiernos japoneses han ido estirando los límites de la ejemplar Constitución pacifista aprobada tras su derrota en la segunda guerra mundial. Abe, que ha fijado en el rearme una de sus prioridades, ha ido más allá que ningún predecesor e incluso pretende levantar la prohibición de luchar en territorio extranjero, de ayudar a un aliado en peligro o de exportar armas, lo que agradecerían compañías estatales como Mitsubishi Heavy Industries o Kawasaki Heavy Industries.

Japón, la tercera economía del mundo, tiene el sexto presupuesto de Defensa, según el Instituto Internacional de Investigación por la Paz de Estocolmo. En los últimos años, Tokio ha visto cómo Corea del Norte encadenaba desmanes nucleares y Pekín quintuplicaba su gasto en Defensa hasta pasar del séptimo al segundo puesto global.

«China está intentando modificar por la fuerza la situación en los cielos y los mares de China Oriental y del Sur de China y en otras zonas, basándose en sus propias reivindicaciones, que son incompatibles con el orden internacional», justificó Japón ayer tras anunciar el nuevo presupuesto. «La actitud de China hacia otros países y los movimientos militares, unido a una falta de transparencia en sus políticas militar y de seguridad nacional, son una preocupación para Japón y la comunidad internacional y exigen una vigilancia más próxima», continuó.

CRECE LA TENSIÓN / La temperatura entre las dos grandes potencias asiáticas ha aumentado desde que llegó al poder Abe, un nacionalista que suele enervar a Pekín. La reciente y unilateral decisión china de establecer una zona de control aéreo que obliga a cualquier aeronave a comunicar su rumbo o sufrir unas «medidas defensivas de emergencia» ha acabado de arruinar las relaciones bilaterales. Esa zona aérea sobrevuela las islas Diaoyu (en mandarín) o Senkaku (en japonés), el último litigio que enfrenta a ambos a países.

Aviones militares estadounidenses y surcoreanos han ignorado la decisión china y provocado que muchos en el gigante asiático pidan al Gobierno medidas contundentes. Algunos expertos alertan de que cualquier incidente involuntario pueda derivar en un enfrentamiento abierto.