Conmemoración de la tragedia de los Balcanes

Srebrenica no olvida

Una mujer musulmana llora ante la tumba de un familiar rodeada de féretros, ayer en el Memorial de Potocari.

Una mujer musulmana llora ante la tumba de un familiar rodeada de féretros, ayer en el Memorial de Potocari.

EL PERIÓDICO
SARAJEVO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Bosnia revivió ayer la matanza de Srebrenica con un nuevo entierro colectivo de víctimas musulmanas de la masacre cometida en 1995 por las tropas serbobosnias. Cerca de 30.000 personas acudieron al Memorial de Potocari, a pocos kilómetros de Srebrenica, para participar en la ceremonia de sepultura de 520 nuevas víctimas identificadas, y conmemorar así el 17º aniversario de la masacre, calificada de genocidio por la justicia internacional.

Por primera vez desde el fin de la cruenta guerra de Bosnia (1992-1995), que provocó 100.000 muertos y más de dos millones de desplazados, el triste aniversario de Srebrenica coincidió con los dos principales responsables de la masacre, Ratko Mladic y Radovan Karadzic, detenidos y juzgados en La Haya por el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY).

Ayer, en ocasión de este aniversario, varios dirigentes internacionales instaron a no olvidar la masacre, en la que fueron asesinados a sangre fría 8.000 varones musulmanes. El presidente de EEUU, Barack Obama, denunció los intentos de «negar el hecho indiscutible de que este crimen fue un genocidio», afirmó en un comunicado. Se refería a las declaraciones, en junio, del nuevo presidente nacionalista de Serbia, Tomislav Nikolic, quien puso en duda la existencia del genocidio y provocó de inmediato la condena de EEUU, la UE y el resto de países balcánicos.

MARCHA POR LA PAZ/ En Potocari, construido para no olvidar jamás aquella ignominia, estaban ayer 7.000 participantes de la denominada Marcha de la Paz, que recorrieron a pie el mismo camino, en sentido inverso, emprendido en 1995 por 15.000 musulmanes en su huida desesperada por las montañas. Muchos de ellos, entonces, fueron capturados y sistemáticamente ejecutados.

A las exequias también acudieron otros miles de bosnios procedentes de todo el país, que presenciaron una ceremonia emotiva pero sin discursos políticos, a petición de las familias de las víctimas. El entierro se celebró según el rito islámico y fue oficiado por el gran muftí de Bosnia, Mustafa Ceric. Tras la oración, los ataúdes con los restos de las 520 nuevas víctimas halladas e identificadas desde el aniversario anterior recibieron sepultura, entre lágrimas y escenas de dolor de los familiares.

«Es un dolor sin fin. Y cuando llega el 11 de julio, cada año, el dolor se convierte en insoportable», admitía llorando Sevdija Halilovic, de 50 años, mientras enterraban a su padre. «Los restos de mi padre fueron exhumados de dos fosas comunes, pero mis dos hermanos también fueron asesinados y todavía no los han encontrado», suspiraba esta mujer.

Tras la ceremonia de ayer, el Memorial de Potocari alberga ya 5.657 víctimas de Srebrenica, halladas en diferentes fosas comunes e identificadas por el ADN. Se estima, sin embargo, que todavía falta por identificar los restos de unos 2.400 hombres y adolescentes musulmanes, ya descubiertos o por desenterrar de las fosas donde fueron ocultados por las fuerzas de Mladic.

COMPARACIÓN CON SIRIA/ «Para aquellos que cometieron este crimen, no puede haber absolución alguna», declaró el rabino Arthur Scheneier, superviviente del Holocausto y primer clérigo no musulmán que acude a la ceremonia anual de Potocari. Scheneier comparó Srebrenica con la situación actual en Siria. «Es una lección que el mundo debe aprender de nuevo mientras asistimos a las masacres perpetradas por el régimen sirio contra su propio pueblo. Es hora de que la humanidad diga con voz alta y clara: estos crímenes deben acabar».

Tras haber escapado a la justicia durante años, Mladic y Karadzic, exjefe militar y político de los serbios de Bosnia, respectivamente, están ahora siendo juzgados por el TPIY, acusados del genocidio de Srebrenica y de otras atrocidades. Las familias de las víctimas, sin embargo, lamentaban ayer el retraso de la justicia. «Su proceso durará años, y al final, estos dos salvajes morirán antes de ser condenados, como Milosevic, y los serbios seguirán diciendo que no hubo ningún genocidio», decía Fatima Mujic, que vio asesinar a su marido y ayer enterró a su hermano.