CONVULSIÓN EN EL NORTE DE ÁFRICA

Los imanes advierten en Bengasi que no aceptarán la intervención de otros países en la guerra contra Gadafi

Manifestantes ondean una pancarta palestina durante una protesta en Bengasi.

Manifestantes ondean una pancarta palestina durante una protesta en Bengasi. / SJS/ES

MARC MARGINEDAS / DANNY CAMINAL Enviados Especiales Bengasi

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El nuevo orden empieza a dibujarse en Bengasi, en el este del país. La revolución ha consolidado el control de la segunda ciudad libia y sus protagonistas intentan afianzar la nueva situación. Mientras los disparos todavía son los protagonistas en la capital, Trípoli, en Bengasi los imanes han tomado la palabra. En un acto celebrado en la plaza de los Mártires, decenas de miles de personas han escuchado el mensaje y la línea a seguir en el futuro. "No aceptaremos ninguna intervención del exterior, ningún país árabe, ningún país occidental debe entrar en nuestro país", ha dicho el imán a los congregados. "I Alá", ha terminado (por Alá). El funeral de tres personas fallecidas durante los enfrentamientos de los últimos días se ha incluido en el acto, tres mártires más en un cambio que parece imparable.

La sede delLibro verde de Gadafide Bengasi ha sido quemada durante la revuelta. El manual de política de tres volúmenes escrito por el dictador Muamar el Gaddafi entre 1975 y 1979 expone las ideas del pensamiento político del régimen, de un modo similar a como lo hizo Mao Tse Tung con suLibro rojo. Las cenizas del edificio son ahora el símbolo de una revolución que pretende acabar con la forma de gobierno actual,la Yamahiriya, la república de comités populares de Gadafi. Lo que vendrá después todavía es una incógnita. Una pancarta colgada en las ruinas del edificio delLibro verdees clara: "El sistema tiene que caer desde Gadafi".

Volver para luchar

Muchas esperanzas se han abierto para los libios que apoyan ahora la revolución. Suleimán es uno de ellos. Asegura que estudió Ingeniería en la universidad en 1996, pero que tuvo que abandonar la carrera obligado por el régimen. Ahora está dispuesto a todo para conseguir un cambio para su país. Ayman Naas ha llegado desde Alemania dispuesto a participar en primera línea de la revolución. No es el único. Mientras algunos huyen del país, otros han decidido volver desde otros países para luchar por el nuevo orden y contribuir a la reconstrucción del país.

La labor de los periodistas internacionales ha cambiado radicalmente en la zona controlada por los revolucionarios. El número de enviados especiales ha aumentado y la gente en general ayuda en todo lo que puede a los recién llegados. Una de las consignas de la revolución es que el mundo debe conocer lo que sucede y el triunfo que supone que la mitad del país (la población se concentra en la zona costera) haya conseguido alzarse contra Gadafi y sentar las bases para facilitar la salida del dictador del país.