PRIMER ANIVERSARIO DE LA CONTIENDA BÉLICA

Rusia defiende su intervención en la guerra de Osetia y Georgia

Tiflis destaca el desprestigio político que la confrontación le ha causado a Moscú

Una enfermera junto a restos de coches quemadas que aún no han sido retirados de las afueras de Tsjinvali.

Una enfermera junto a restos de coches quemadas que aún no han sido retirados de las afueras de Tsjinvali.

EL PERIÓDICO / AGENCIAS
TIFLIS / MOSCÚ

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Osetia del sur, Rusia y Georgia conmemoraron ayer con tonos distintos --amargura en el Cáucaso, triunfalismo en Moscú- el primer aniversario de la guerra de cinco días que sostuvieron el verano pasado y en la que perdieron la vida, según fuentes oficiales, casi un millar de personas entre ambos bandos. De los 200.000 desplazados quedan unos 30.000 georgianos de Osetia que no pueden vover a sus casas.

Tanto en Tiflis como en Tsjinvali, pese el pretendido triunfalismo de ambas partes --las dos se acusan mútuamente de haber desencadenado el conflicto-- no ocultaron la amargura de aquellos hechos y sus negativos efectos posteriores. Pero en Moscú, la intervención decisiva en la corta contienda se celebró por todo lo alto junto a la Catedral de Cristo Salvador de Moscú.

Unos 8.000 activistas se congregaron con velas ante al templo para denunciar la agresión georgiana y alabar la decisión del Kremlin de invadir Georgia y reconocer la independencia de las separatistas Osetia del Sur y Abjasia. El presidente ruso, Dmitri Medvedev, justificó su orden de invadir Groggy con la necesidad de salvar del exterminio a los habitantes de la región separatista.

SATISFACCIÓN EN EL KREMLIN /«Actuamos acertadamente», dijo el presidente ruso. «No me avergüenzo de ello. Las decisiones fueron efectivas. Y lo más importante, salvamos la vida de muchas personas. Rusia se comportó con honestidad y responsabilidad. Ese fue un período muy importante para nuestro país», añadió satisfecho.

En Georgia, todos los actos comenzaron con un minuto de silencio en memoria de las víctimas, pero hubo varios escenarios. El presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, se desplazó a Gori -la patria chica de Stalin--, que fue bombardeada por la aviación y ocupada por las tropas rusas hasta que la mediación europea permitió detener la guerra el 12 de agosto. Durante el día, miles de personas tendieron una cadena humana desde Gori hasta Zugdidi, cerca de Abjasia, y por la noche encendieron hogueras en todas las ciudades georgianas y se celebraron conciertos. El presidente del Parlamento, David Bakradze. quiso destacar el daño político que la incontestable victoria militar rusa le ha causado a Moscú. «El reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur condujo a Rusia a un callejón sin salida, comparable a la incursión de la URSS en Checoslovaquia o Afganistán. Ningún Estado democrático apoya tales acciones», declaró a Efe.