DURO CONTRASTE ENTRE FICCIÓN Y REALIDAD

Una veintena de niños que aparecen en 'Slumdog millionaire' se quedan sin casa

Uno de ellos cautivó a Hollywood la noche de los Oscar

JOSEP SAURÍ
BARCELONA

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Una película es un billete de ida y vuelta a un sueño. A su fin, cuando aparecen los títulos de crédito y se encienden las luces de la sala, emprendemos, lo queramos o no, el regreso a la realidad. Y si esto vale para los que reímos o lloramos (o ambas cosas) en el patio de butacas, a veces la realidad se ensaña con quienes la han desafiado en la pantalla.

"No tenemos adónde ir. Ahora mismo estamos sentados en la calle, bajo un sol abrasador. Han tirado o han roto todo lo que teníamos. No sabemos qué comeremos hoy", decía ayer entre lágrimas Azharuddin Ismail Mohammed Shaikh, el niño de 10 años que en Slumdog millionaire encarna a Salim, el hermano de Jamal, el protagonista. Su casa era una de las cerca de 50 chabolas que acababan de ser demolidas en Garib Nagar, un arrabal de la megalópolis de Bombay, en el oeste de la India.

Póster entre los escombros

Como él, una veintena de los chavales que salen en la película, la gran triunfadora de los Oscar de este año, malvivían en las casuchas --de chapa y tela asfáltica y sin agua corriente-- que ayer los empleados municipales redujeron a escombros tras desalojar precipitadamente a sus habitantes. "Cuando han venido, yo estaba durmiendo. Me han zarandeado para despertarme y un policía incluso me ha amenazado", explicaba desolado Azharuddin mientras un póster de la película firmado por su director, Danny Boyle, ondeaba en la única pared de la chabola que seguía en pie.

Jamal, el héroe de Slumdog millionaire, persigue un sueño de amor que le acaba convirtiendo, en efecto, en millonario. La brillante carrera comercial del filme, que ha recaudado más de 150 millones de euros, habrá hecho, sin duda, millonario a más de uno. Pero nada de eso importa ahora en Garib Nagar. Un portavoz municipal explicó que el Ayuntamiento había ordenado el derribo de todas las chabolas construidas "demasiado cerca" del principal canal de desagüe de la zona. "Puede haber sucedido que las casas de estos niños famosos estuvieran en esa categoría, pero debemos cumplir las órdenes", argumentó.

El mismo portavoz aseguró que los afectados serán acomodados en otras viviendas antes de que llegue a Bombay el monzón con sus lluvias torrenciales --a principios de junio--, "en caso de resultar elegibles por la Administración". En teoría, la adjudicación de los pisos se ha retrasado por la celebración de las elecciones indias. Pero Yakub, otro vecino de Garib Nagar, recordaba que esta es la segunda demolición de chabolas en el barrio en los últimos cinco años, y que las familias desalojadas en la primera siguen viviendo en parques y aceras.

El monzón inunda Bombay de junio a septiembre. Y los barrios de chabolas, donde quizá vivan la mitad de los 18 millones de habitantes de la capital económica de la India, son obviamente los que más lo sufren. A todo ello, tanto la familia de Azharuddin como la de su compañera de reparto Rubina Alí, de 9 años (Latika de niña en el filme), siguen esperando el piso que les prometió el Gobierno regional tras la inolvidable noche de los Oscar. "Todavía no nos han dado nada. Espero que alguien del Gobierno nos ayude", decía ayer Shamim, la madre del chaval.

Fondos para educación

"No soy un héroe. Solo soy una pequeña estrella", dijo Azharuddin cuando cautivó a Hollywood, junto a Rubina, en la ceremonia de los premios de la Academia del Cine. Su desbordante simpatía no acalló una de las variadas polémicas que han rodeado a la película --mucho menos apreciada en la India que en el resto del mundo--, y que lo ocurrido ayer sin duda reavivará: la supuesta explotación de los niños que intervienen en ella. Las familias de Azharuddin y Rubina recibieron una pequeña cantidad, y a ellos se les pagó por 30 días de trabajo. Además, una fundación administra unos fondos destinados a garantizar su educación y su futuro. En su día, el distribuidor de la película en EEUU, Christian Colson, dijo de esos fondos que eran "sustanciosos", pero sin cuantificarlos. Los productores también han donado 560.000 euros para asistencia sanitaria y educación de niños pobres.

"Lo que me hace más feliz es que el hijo de un hombre pobre haya logrado hacerse un nombre por sí mismo", decía en la noche de los Oscar el padre de Azharuddin desde Garib Nagar. Lejos, muy lejos de la alfombra roja.