TENSIÓN EN EL PAÍS MUSULMÁN MÁS POBLADO

Protestas en Indonesia tras la ejecución de los terroristas de Bali

Un hermano del terrorista Imam Samudra lleva su féretro hacia el cementerio, ayer en Serang.

Un hermano del terrorista Imam Samudra lleva su féretro hacia el cementerio, ayer en Serang.

AGENCIAS
YAKARTA

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Miles de indonesios asistieron ayer a los funerales de los tres terroristas ejecutados poco después de medianoche, condenados a muerte por su responsabilidad en los atentados que en el 2002 causaron la muerte a 202 personas en Bali. Pese al temor de las autoridades a disturbios y nuevos atentados como represalia de los islamistas radicales, apenas se produjeron incidentes.

Solo a la llegada de los féretros a los pueblos de los tres fusilados se produjeron algunas escaramuzas entre la policía y la multitud. Los cuerpos de los hermanos Amrozi (46 años) y Ali Gufron (48) fueron llevados desde la isla-prisión de Nusakambangan a Tenggulun, en el este de la isla de Java, mientras que el de Imam Samudra (38) recibió sepultura en Serang, en el oeste de Java. El transporte de los ataúdes se hizo en helicópteros para evitar incidentes en el largo camino por tierra.

Fue en Tenggulun donde hubo más momentos de tensión, ya que en los últimos días habían llegado musulmanes radicales de otras partes de Indonesia para recibir a los hermanos fusilados como mártires. Unas 5.000 personas asistieron ayer al entierro de los dos, bajo los gritos de "Alá es grande" y "Yihad" (lucha). De los rezos se encargó el polémico clérigo Abu Bakar Bashir, que había estado preso como sospechoso de organizar los atentados aunque fue absuelto por falta de pruebas.

PATRULLAS POLICIALES

Igual que en Tenggulun, también en Serang la policía patrullaba las calles durante todo el día de ayer, en las horas posteriores al tumultuoso funeral de Samudra. El ataúd, cubierto por una tela con una inscripción coránica, fue llevado de la mezquita al cementerio por cientos de personas.

El supuesto testamento de uno de los terroristas condenados, Ali Gufron, fue difundido ayer por internet. En inglés y árabe, el texto incluye amenazas de muerte al presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, al vicepresidente y al fiscal general. La policía intentaba certificar ayer el origen y la autenticidad del mensaje.

En el ámbito político, varios partidos moderados aprobaron la aplicación de la pena de muerte. La viuda de un guardia de seguridad muerto en los atentados reflejó el sentimiento general: "Dejemos atrás el pasado y espero que no habrá ninguna venganza por parte de las familias y amigos de los tres", dijo Wayan Rasmi. El cuerpo de su marido nunca ha sido hallado tras los atentados que, entre otros, costaron la vida a 88 turistas australianos.

MUSULMANES MODERADOS

Indonesia es el país de mayor población musulmana en el mundo, más de 200 millones. La gran mayoría, sin embargo, profesa un islam moderado y desaprueba la violencia de la Yemaa Islamiya, el brazo de Al Qaeda en el sureste asiático al que pertenecían los terroristas. El mayor responsable del consejo de ulemas (sabios del islam), Umar Shihab, dijo que los tres fusilados no pueden ser considerados mártires, ya que "el que mata a otro no puede morir como mártir, al no ser que haya muerto en una guerra en nombre de la religión, que no es su caso".

Desde la matanza del 2002, no se han vuelto a producir atentados en Indonesia, aunque las fuerzas de seguridad mantendrán estos días el estado de máxima alerta. El Gobierno australiano desaconseja viajar a las islas, pero expertos minimizan la posibilidad de nuevos atentados.