El asesino de Virginia fue internado en un psiquiátrico a finales del 2005

JOAN CAÑETE BAYLE / ENVIAT ESPECIAL / BLACKSBURG

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Algunos de sus compañeros lo llamabanel chico del interrogante, porque una vez que el profesor les pidió que escribieran su nombre él se limitó a garabatear el signo de interrogación. El perfil que quienes lo conocían dibujan de Cho Seung-hui, el joven surcoreano que el lunes mató a 32 estudiantes en la Universidad Politécnica de Virginia (UPV), es oscuro, hasta el punto de que la policía del campus informó ayer de que los agentes interrogaron en dos ocasiones a Cho a finales del 2005 por molestar a dos compañeras. A raíz de la investigación, Cho fue internado en un psiquiátrico por haber manifestado tendencias suicidas, aunque la policía no dijo cuánto tiempo estuvo en tratamiento.

"No hubo amenazas, sino molestias", puntualizó Wendell Flinchum, el atribulado jefe de la policía de la universidad, para justificar que no se arrestara entonces a Cho. Ninguna de las dos chicas presentó cargos, y no fue hasta la segunda denuncia por "molestias" cuando se emitió una orden de detención temporal por las tendencias suicidas del joven. "Después de esto ya no tuvimos más contacto con él", dijo Flinchum.

PRECEDENTES

Poco antes, en agosto del 2005, la profesora Lucinda Roy había trasladado a la policía su preocupación por la ira que transmitían los escritos de Cho. Otra profesora, la poeta Nikki Giovanni, declaró que exigió a la dirección que Cho fuera apartado de sus clases porque intimidaba a sus compañeros "fotografiándolos y escribiendo una poesía obscena y violenta". "Había algo malvado en este chico", dijo Giovanni, quien añadió que la policía no se involucró porque no había amenazas directas en sus escritos.

Joe Aust, un compañero de Cho en la habitación 2121 del dormitorio Harper Hall, describió al asesino como una persona "extraña", que apenas se relacionaba con el resto. Según Aust, el día de los asesinatos Cho se levantó a las cinco de la mañana, trabajó en su ordenador, se aseó y tomó una medicina, probablemente para tratar problemas psicológicos. Nada fuera de lo habitual. La policía informó de que en un brazo Cho se escribió en tinta rojaIsmael Ax.Hasta el momento se desconoce el significado de estas palabras.

ESCRUTINIO

Tras el escrutinio de la personalidad de Cho, de sus acciones, humores y pasiones al que la sociedad estadounidense se ha lanzado subyace el deseo de hallar no solo un motivo de la tragedia, sino indicios de que podría haberse evitado. Todo ello en medio de la polémica sobre si los rectores de la universidad y la policía actuaron de la forma correcta.The New York Timespublicó ayer que, tras el primer tiroteo, la policía siguió una pista falsa --el novio de una de las chicas muertas--, lo que explicaría la inacción en las dos horas que transcurrieron entre los dos tiroteos.

El gobernador de Virginia, Timothy M. Kaine, anunció ayer que, a petición de la propia UPV, ha nombrado una comisión para estudiar las decisiones que se tomaron.

Y, mientras, el campus continúa conmocionado. Canceladas las clases, los estudiantes que no se han ido tratan de volver a la normalidad. Ayer, se organizaron varias plegarias en honor de las víctimas y del propio Cho, cuya condición de surcoreano ha alarmado --por temor a sufrir problemas racistas-- a la comunidad asiática estadounidense y al propio Gobierno de Seúl.