Directora de la Cátedra de Cultura Científica y Comunicación Digital de la UdG

Sílvia Simon: "Hay una invisibilización de las mujeres en ciencia muy grande"

Licenciada en Química por la Universitat Autònoma de Barcelona (1992) y doctorada por la Universitat de Girona (1998). Profesora titular de la Universitat de Girona, dentro del área de Química Física, desde el 2003.

Actualmente es la directora de la Cátedra de Cultura Científica y Comunicación Digital. Miembro del grupo de investigación DIMOCAT del Instituto de Química Computacional y Catálisis.

“Cuando hablamos de mujeres en el mundo de la química se habla de Marie Curie, pero a mi me gusta mucho Lise Meitner”

Silvia Simon

Silvia Simon

Clara Julià

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-¿Cómo acabó dedicándose a la ciencia?

-Para mí era la única manera de encontrar respuestas, es decir, si algo me ha puesto siempre nerviosa es no saber el por qué de las cosas. Desde primaria siempre quedó claro que era más de ciencias y después, en COU, tuve una profesora de química muy buena, Emma Masó, y fue ella quien me mostró que yo necesitaba saber más y, por eso, decidí ir hacia el mundo científico.

-¿Cree que si no hubiera tenido a esta profesora, quizás no habría acabado estudiando química?

-La actitud de un profesor puede hacer que te decantes hacia un lado o hacia otro. Ella hizo que la química me acabara gustando mucho más y me despertó algo. Quizás si no la hubiera tenido como profesora, me habría ido a hacer física o matemáticas. Por eso creo que los referentes son muy importantes.

-¿Alguna vez sintió que no contaba con las mismas oportunidades que los hombres que estudiaban el mismo?

-No. Tengo la sensación que en ningún momento he notado ningún tipo de carencia de oportunidades por ser mujer. Pero como madre, sí: tuve que detener mi carrera cuando mis hijos eran pequeños. Actualmente los padres también paran, por lo tanto, se reparte algo mejor. Y hay que tener en cuenta que yo paré cuatro veces. Te diría que como mujer no, como madre sí.

-¿En qué notó las diferencias con sus compañeros cuando decidió ser madre?

-Ser madre perjudica porque tienes que parar durante un tiempo tu trabajo, cosa que paraliza mucho tu carrera porque llegas más tarde que el resto de los compañeros. Cuando los niños son pequeños, además, la carga de los cuidados la suele llevar la mujer. Hace 20 años esto era todavía más acentuado, indis-cutiblemente. Además es una cuestión que se alarga durante la crianza.

-¿Y este tiempo perdido se puede llegar a recuperar?

-Sí que lo puedes recuperar, pero el ritmo nunca será el mismo que tenías antes. En este sentido, hoy existen políticas que se adap-tan. Por ejemplo en la Universitat de Girona sí se tiene en cuenta. Si una investigadora tiene un hijo se le añade un año de intensificación con la investigación. De este modo, cuando vuelve, no da clases durante el primer año para recuperar el ritmo de la investigación. Estas actuaciones harán que, a la larga, se produzca una menor desigualdad.

-¿Cómo valora la situación de la Universitat de Girona en este sentido, cree que hay igualdad?

-No hay paridad. Si miramos los datos, hay que tener en cuenta que en ámbitos donde hay mucha desigualdad como, por ejemplo, los cargos de catedráticos, son plazas que ocupan personas con una media de edad de 50-60 años. Es decir, que cuando accedieron a sus puestos de trabajo la carencia de opor-tunidades para las mujeres era mucho más grande. Yo creo que con el tiempo se irán incorporando más mujeres. Obviamente que falta mucho todavía, pero las oportunidades de hace 30 años no son las mismas que las que hay ahora.

-¿Cree que se han invisibilizado las mujeres en el ámbito científico?

-Sí, creo que se ha producido una invisi-bilización de las mujeres en ciencia muy grande. Cuando estudiaba, todos los refe-rentes eran masculinos, pero no porque no hubiera mujeres, porque sí las hay. De hecho, hace años que llevo a cabo charlas dentro de una de mis asignaturas donde hablo de mujeres destacadas a lo largo de la historia.

-¿Cuál de ellas destacaría?

-Me gusta mucho Lise Meitner. Cuando hablamos de mujeres en el ámbito de la química, a menudo se habla de Marie Curie. Curie tuvo una cosa muy buena, por eso todo el mundo la conoce, porque estaba casada con un hombre que trabajó para visibilizar su trabajo. Mientras que Meitner vivió todo lo contrario. También hay muchas científicas invisibilizadas porque no pudieron estudiar una carrera científica y nunca desarrollaron su potencial... O Marguerite Perey, que quería estudiar medicina, pero no la dejaron y acabó de técnica de laboratorio. Gracias a ser ayudante de Marie Curie, descubrió uno de los últimos elementos químicos naturales. Y también tenemos que tener referentes para los más pequeños.

-¿Cree que tener referentes desde pequeños es una de las claves?

-Los referentes que me hicieron decantar hacia unos estudios científicos no son los del bachillerato, sino que vienen de antes, mucho antes. En primaria, por ejemplo. Cuando eres pequeño, que te enseñen matemáticas de una forma o de otra es importantísimo. En este sentido, Sílvia Osuna, del Instituto Ciencia Computacional, ha sido madre recientemente y tiene en mente como proyecto saber explicar cuál es su trabajo a los niños pequeños. De aquí la importancia de que los investigadores sepamos explicar las cosas para públicos de varias edades. Así, es como podemos poner nuestro granito de arena.