El calor veraniego aviva el debate sobre la falta de zonas verdes en L’Hospitalet

Ya sumergidos en plena ola de calor, con temperaturas que superan los 30 grados, Catalunya se prepara para una nueva escalada en los termómetros este viernes. Entidades ecologistas y vecinales metropolitanas piden a las respectivas administraciones más espacios verdes donde poder cobijarse de las altas temperaturas, que cada vez se producen con mayor frecuencia. Este mismo jueves 17 de julio, una veintena de vecinos de L’Hospitalet de Llobregat se han concentrado frente a la concejalía del Distrito II de la ciudad para reclamar al consistorio que no tale los árboles de la calle Dr. Martí Julià, uno de los pocos “pulmones verdes” de los que disponen los barrios de Collblanc-La Torrassa.

La falta de verde es un problema común en los grandes municipios del área de Barcelona. De los 23 municipios de más de 50.000 habitantes de Catalunya, 10 se encuentran por debajo del baremo de zonas verdes que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de un mínimo de entre 10 y 15 m² de zonas verdes por habitante. Pese a ello, destacan las cifras de L'Hospitalet de Llobregat, ya que, según los datos de 2021 del Mapa Urbanístic de Catalunya, L’Hospitalet de Llobregat es el municipio de Catalunya con menos zonas verdes por habitante (4’04 m²) de entre las urbes de más de 50.000 habitantes; y la segunda que menos de entre las ciudades de más de 10.000 habitantes, solo por detrás de Vilassar de Mar (3,1 m²).

El Plan Director del Verde Urbano de L’Hospitalet de Llobregat, aprobado en el Pleno en 2019, ya señalaba que en el municipio “se requiere una mejora en la composición de los espacios verdes” y “diseñarlos para permitir una superficie más grande cubierta por plantaciones”. En el momento de elaborar el Plan se usaron los datos del último trimestre de 2016, cuando había 5,14 m² de zona verde por habitante. Así, en los últimos años ha habido un decrecimiento de este indicador, algo que también ha ocurrido con el número total de árboles registrado en la ciudad, que en 2016 era de 38.280 y ahora es de 37.759, es decir, 521 árboles menos según los datos del propio Ayuntamiento.

Los grupos de la oposición de L’Hospitalet coinciden en criticar el modelo urbanístico del gobierno local. “Aquí hay una especulación salvaje, los pocos espacios libres se destinan al ladrillo”, denuncia Miguel García, portavoz de Ciutadans. En la misma línea se expresa Ana González, portavoz de En Comú Podem: “Tenemos el cambio climático encima, es urgente, y el gobierno no hace nada, solo se construye y construye”, señala González, quién plantea una moratoria urbanística para “replantear la ciudad en la totalidad y planificar nuevas zonas verdes”. También exige repensar el urbanismo de L’Hospitalet el portavoz de ERC en el consistorio, Antoni García. “El modelo urbanístico el gobierno va en contra de una ciudad verde. Hay que poner límites a la construcción, apostar por la rehabilitación de edificios y esponjar barrios donde se puedan crear espacios verdes”, apunta García.

Desde el gobierno municipal, aseveran que son conscientes de que "todavía queda mucho por hacer" y reconocen que "hay que seguir ampliando las zonas verdes y mejorando la calidad de vida de nuestros vecinos". Sin embargo, a pesar de la escasa superficie del término municipal y la importante densidad de población en esta, "contamos con un total de 1.548.288 m² de espacios verdes", añaden.

Más densidad, menos verde

Herederos de la época del desarrollismo franquista de mediados del siglo XX, donde se edificó sin tener en cuenta la necesidad de espacios y servicios para los vecinos, los barrios del norte de la ciudad (Collblanc, La Torrassa y La Florida) son una de las áreas con más densidad de población de Europa y, a su vez, las que más sufren la falta de verde en L'Hospitalet. De hecho, el Plan Director del Verde Urbano ya destacaba que el Distrito II (Collblanc-La Torrassa) es el espacio “más desfavorecido” de la ciudad. “Sabemos que el barrio está muy mal edificado, pero hay que intentar llenar de verde los pocos huecos que tenemos”, reclama al gobierno municipal Loli Colás, presidenta de la Asociación de Vecinos de Collblanc-La Torrassa.

Por parte del Ayuntamiento inciden en que "es difícil plantear soluciones de ámbito exclusivamente municipal a esta problemática", en relación a la falta de verde en los barrios más densos. "Lo que sí podemos hacer es mejorar la calidad de vida", comentan. Loli Colás apoya también las manifestaciones que entidades como Defensem el Castell de Bellvís o L’Hospitalet Verd han convocado a lo largo de los últimos años para reclamar que se paralice la tala de árboles de la calle Dr. Martí Julià, la cuál cruza ambos barrios. “Se deben buscar otras fórmulas”, añade.

Pese a que el Plan incidía en la importancia de aumentar el número de árboles y zonas verdes, también preveía la tala de otros 6.000 ejemplares. Esta contradicción se debe a que el consistorio detectó “incidencias” en estos árboles. La mayoría, unos 5.000, respondían a problemas de accesibilidad porque “obstaculizaban el paso en las aceras estrechas”. Cèsar Ornat, miembro de la plataforma Un Altre Hospitalet és Possible, recuerda cómo hace un par de años se empezaron a talar algunos de los árboles frente a la Acadèmia Cultura, en la misma calle Dr. Martí Julià, pero que se manifestaron y se detuvo la tala de ejemplares. “Ampliaron la acera y pusieron unos nuevos árboles que son muy pequeños”, explica Ornat, quien reitera que “el único refugio climático que tienen los vecinos del barrio es la calle Dr. Martí Julià”.

Desde el ejecutivo hospitalense remarcan que la Ley de accesibilidad obliga a dejar un paso libre para transeúntes de 1,5 metros y que, por esta razón, “se impide que en muchas vías con aceras de menos de 3-4 metros se mantengan los árboles”. Y este es el caso de Dr. Martí Julià. Aunque partidos y plataformas reclaman que en vez de talarlos se busquen otras soluciones, desde el consistorio reiteran que "la viabilidad de la presencia de árboles en las diferentes calles de la ciudad está determinada por el ancho de las aceras, las características de la vía, la existencia de tráfico rodado y los cruces o la visibilidad de la vía, así como las servidumbres existentes y la normativa de accesibilidad de los peatones". Así, apuntan que, hoy, el número de árboles en la ciudad en aceras inferiores a 2,5 metros es de 2.028 unidades.

Ornat explica que si se talan los árboles de la calle y se sustituyen por árboles jóvenes como los que hay frente a la Acadèmia Cultura se ampliará el efecto 'isla de calor' en la avenida y el calor será mayor, dado que la sombra que estos nuevos árboles dan es muy inferior a la que actualmente dan los árboles plantados, que sí logran dar sombra a casi todo Dr Martí i Julià.

A la espera de más espacios verdes

Desde el gobierno municipal aspiran a poder ampliar las zonas verdes de la ciudad a través de grandes proyectos urbanísticos, como el soterramiento de los 6 kms de vías de tren, la transformación del tramo final de la Granvia o la realización de la nueva plaza Europa del Norte de la Ciudad. Así, desde el consistorio recuerdan que, recientemente, "también se ha recuperado el espacio de la fábrica SAS para zona verde". "El solar, calificado como zona de renovación urbana, se prevé que se transforme en un futuro en un espacio de uso ciudadano", dicen. "Hoy, urbanísticamente, la única forma de crecer sustancialmente en nuevas zonas verdes es mediante los convenios urbanísticos que dotan al Ayuntamiento de un porcentaje relativamente importante del suelo para destinar a equipamientos públicos y zonas verdes en zonas de nueva urbanización", añaden desde el consistorio.

Sin embargo, partidos y entidades recuerdan que algunos de estos proyectos llevan años paralizados y que, por ahora, no hay garantías de que se puedan desarrollar o finalizar en los próximos años. De este modo, reclaman actuaciones más a corto plazo y que incluyan también a los barrios más densos. "Con los veranos tan tórridos que tenemos y entre el volumen de gente y la falta de zonas verdes, los vecinos se ahogan", resume Miguel García. Así, desde Esquerra Republicana reclaman que, más allá de los grandes proyectos, se apueste por crear "microzonas verdes". "Hay muchas pequeñas plazas que son casi enteras de cemento porque el mantenimiento es más sencillo y barato. Hay que redefinir estas plazas como hay que hacerlo con las calles", reivindica Antoni Garcia.

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