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Amelia Bono, la 'nepoinfluencer' castiza en trance de separarse

Amelia Bono

Amelia Bono / INSTAGRAM

Natalia Araguás

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Si, como decía Coco Chanel, “una mujer que se corta el pelo está a punto de cambiar su vida”, Amelia Bono (Madrid, 1981) ya apuntaba un giro existencial a principios de mes, cuando la 'influencer' prescindió de su impecable melena rubia para pasarse al 'long bob', un estilismo por el que antes apostaron otras famosas como Penélope Cruz y Alba Carrillo y que se supone  rejuvenece. Hija de José Bono, nuera de Raphael, Amelia Bono se casó con Manuel Martos en 2008 en la iglesia de San Juan el Bautista de Toledo, cuando su padre era presidente del Congreso. Entre los 700 invitados a la boda figuraban la plana mayor de la política, la aristocracia y el espectáculo: fue una ocasión fenomenal para que personajes tan dispares como Alberto Ruiz Gallardón, Alfredo Pérez Rubalcaba, Bisbal, Rosa Tous o Pedro J. Ramírez confraternizasen.  

Quince años y cuatro hijos después, Amelia Bono intentaba separarse por la puerta de atrás. El productor musical Manuel Martos, hasta entonces omnipresente en la cuenta de Instagram de su mujer –más de 532.000 seguidores– desaparecía de repente, sustituido por videos de ella con 'looks' de lo más festivo. En paralelo, Amelia Bono fichaba por la agencia de representación Soy Olivia, que ha lanzado la carrera de 'influencers' como Victoria Federica y hasta hace poco representaba a María Pombo y sus hermanas, en lo que muchos interpretaron como una apuesta por sacar a sus redes el máximo partido. Si el amor en los tiempos de Instagram no es algo discreto, el desamor menos, y como ha ocurrido a otras 'influencers' como Chiara Ferragni, la ausencia del maridísimo no tardó en notarse. ¡Hola! confirmó el martes pasado la separación: ambos aseguran que no hay terceras personas y que seguirá cundiendo el cariño.

Los niños

La máxima prioridad del matrimonio son sus cuatro hijos menores, Jorge, Manuel, Gonzalo y Jaime. Fuentes cercanas explican que ya fueron capaces de entender la decisión de sus padres cuando, tres años atrás, se tomaron un respiro. En aquella primera separación, Amelia Bono se consoló en los brazos del empresario Fernando Ligues, un directivo divorciado que conoció en la urbanización de Marbella donde ambos pasaban el verano. De momento, se percibe que a ella no le faltan amigas con las que hacer planes, entre las que destaca su inseparable María Gorostiza, con quien ya ha aparecido en algún post de tono humorístico.

Muy unida también a sus tres hermanos –Ana, abogada; José, periodista; y Sofía, diseñadora–, Amelia Bono ha triunfado en redes sociales cultivando una campechanía muy parecida a la de su padre. En su Instagram da ideas de estilismos para mujeres que, como ella, rondan los cuarenta, comparte sus escapadas y se muestra amante de la buena mesa y del buen vino.

Lejos de ser vegana, adora las mollejas y el cochinillo y presume de saber bailar la jota. Además de ser 'influencer', tiene franquicias de Tous en La Mancha y, junto a su marido, director general de Virgin Music Label & Artist Services y en el pasado de jurado de 'realities' como OT, comparte un nutrido patrimonio entre el que destaca un chalet en Aravaca (Madrid) de cuatro plantas, cada una de 75 m2.

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