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Fabio Vieira: "La actitud vence a la belleza pero la belleza da seguridad"

Fabio Vieira, médico esteticista

Fabio Vieira, médico esteticista / Ferrran Nadeu

Anna R. Alòs

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Fabio Vieira es doctor en Medicina Estética. En sus manos se han puesto caras tan conocidas como Carmen Lomana o las influencers , Dulceida, Susi Rejano y Carla Hinojosa (madre e hija) o Nat Cebrián, entre otras.

-Se le conoce como el médico del rostro. ¿Qué es lo primero que hay que ponerse para estar mejor?

-Una sonrisa.

-¿Tan fácil? Sonreír mucho, arruga.

-Son arrugas bonitas porque van hacia arriba. Las de amargura van hacia abajo. Usted sonría y se le abrirán todas las puertas.

-O sea, la actitud por delante.

-Claro, muchos se sorprenderían del efecto que causa una buena actitud y alegría. ¡Se consigue todo!

-¿A qué edad se puede empezar a pensar en los retoques estéticos?

-Cuando preocupa de verdad, cuando te miras y piensas que quizás sí. Pero nunca porque el entorno lo haga.

-¿Preocupar es el verbo adecuado?

-Sí, porque hay personas con dieciocho años que les preocupa la estética en exceso, y otras con setenta que pasan de todo.

-En su fichero médico ¿cuál es la edad media de pacientes?

-Entre 25 y 35. Pero cada día vienen más jóvenes.

-¿Las redes sociales tienen algo que ver en ello?

-Totalmente. Hay gente que no distingue una fotografía de la vida real. Y hay muchos que viven de fotos perfectas, de un entorno perfecto, una vida feliz. La realidad no es eso.

-El retoque ocupa el trono de las redes sociales, ¿me dice eso?

-Sí, Mire, en Francia si se retoca una foto de portada o en una publicidad, es obligación indicarlo desde hace unos años. En España no se indica.

-De alguna forma está diciendo que las redes son una selva de mentiras.

-Se vive en una distorsión, todos quieren vidas de ensueño, caras perfectas, amigos perfectos, situaciones perfectas. No puede ser, es absurdo. Viajando por el mundo he visto gente con una maleta para cambiar de outfit en la foto, de nuevo absurdo. La última vez lo vi en Menorca, en les Coves den Xiroi.

-La estética y la ética ¿van solapadas?

-Sí, pero al final cada una lleva su camino. A todos nos gusta la belleza, y una persona con facciones armónicas estadísticamente triunfa más porque se le abren las puertas más fácilmente. La misma sociedad le hace la vida más fácil.

-No cumplir los patrones estéticos puede ser frustrante a veces.  

-Por eso es tanto más importante la actitud con la que se va por la vida. Sin duda la actitud vence a la belleza. También es cierto que la belleza da seguridad, y ésta abre puertas también.

-¿Atiende a muchos divorciados?

-Muchos, a ellas sobre todo. A esta paciente si el médico quiere le puede sacar todo el dinero que sea porque está dispuesta a todo para volver a eso que llaman 'mercado'. A veces no entienden que para eso no vale con que yo les arregle la cara, han de estar felices y satisfechas.

-O sea que el arreglo estético no cambia la vida.

-Por supuesto que no. Pero en estos casos concretos hay una parte que a mí me encanta, y es que la segunda vez que vienen ya lo hacen más contentas. Y es porque se gustan, porque esos retoques las han mejorado y están con más autoestima. Pero no es la cara, siempre es la actitud, insisto.

-¿Es un bucle?

-Claro, como todo. Imagine: no se gusta, no se arregla porque no se gusta, no sale de casa porque no se arregla, no se peina porque no sale de casa… y el bucle sigue su curso. Si intenta estar bien su entorno se lo dirá y su actitud cambiará. Positividad siempre.

-¿Sirve la medicina estética para pacientes seriamente enfermos?

-Mucho, por ejemplo en pacientes oncológicos. Imagine una situación crítica, y lo que puede cambiar el humor cuando está una persona quedándose calva y con fragilidad en la piel y de repente se ve mejor. Es un paciente muy agradecido.

-Entre sus pacientes, quiénes ganan, ¿hombres o mujeres?

-Mujeres, pero los hombres aumentan exponencialmente. A diferencia de lo que se pueda pensar, el hombre gay no es el que más se arregla. El hombre hetero suele ir a la consulta empujado por la esposa. El gay va por su cuenta, lo tiene muy claro.

-¿Qué paciente es más fiel y repite más?

-El hombre. Es muchísimo más fácil trabajar con un hombre, si está satisfecho nunca cambia de médico, es fiel. La mujer no lo es tanto.

-¿Cuál es su público?

-El que busca una belleza natural, mejorar sutilmente, el que no quiere llamar la atención por una intervención, sino por lo equilibrado de su aspecto. Al final la belleza es eso, equilibrio.

-Cuénteme de materiales, ¿dónde se pone la toxina botulínica?

-Eso es el neuromodulador, ahora hay que llamarlo así, y sirve como relajante muscular. Su único efecto es cuando está dentro ya del músculo, que lo frena o lo relaja. Se aplica en Frente, entrecejo y patas de gallo. También para un código de barras de fumador, el del labio superior, para alzar las comisuras y el músculo que va de la cara al hombro.

-¿Se puede aplicar a cualquier músculo?

-A todo el que quiera usted detener, porque el músculo es algo vivo que se mueve. Lo descubrieron unos oftalmólogos que se dieron cuenta de que funcionaba en pacientes con tics, se paraba el movimiento y desparecían las arrugas. También, por ejemplo, cuando hay una fuerte contracción del esófago, en parálisis…

-¿Sin cirugía se puede recuperar el óvulo facial?

-Sí, pero siempre que no esté muy deteriorado.. Si sobra piel hay que ir a quirófano.

-¿Puede rejuvenecer las manos?

-Sí, y lo hago, pero lo que no hago es solucionar la sudoración de las manos y de los pies, es doloroso y hay especialistas en eso. Las de las axilas sí la soluciono. Pero tenga en cuenta que lo que no sude por un lado lo sudará por otro, porque sudar es la fórmula para controlar su temperatura corporal.

-Cuénteme qué es el ácido hialurónico.

-Es un gel que rellena y el resultado es espectacular. Pero elija bien porque no todos los médicos saben aplicarlo. Es dinero fácil pero el riesgo es elevado, he tenido que arreglar más de un desastre de otro médico.

-¿Hilos tensores?

-Dice mi proveedor que soy el médico que más los utiliza. Para todo hay indicaciones, pero bien colocados y en el lugar que toca, dan un resultado magnífico.

-¿Se da demasiada importancia a la estética?

-Tiro piedras sobre mi tejado, pero sí, demasiada. Piense que hay personas que gastan mucho dinero, se tratan demasiado a menudo y algunas de ellas tienen sueldos bajos.

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