Entender más

Alba Florejachs: "Soy actriz de lo que me echen para llenar la nevera"

La actriz Alba Florejachs

La actriz Alba Florejachs / Joan Cortadellas

Natalia Araguás

Natalia Araguás

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alba Florejachs (Barcelona, 1981) se ha construido una carrera como actriz paso a paso desde sus inicios, cuando actuaba siendo solo una adolescente en el instituto Joan d’Àustria. En la actualidad, sigue viviendo en el barrio de Sant Martí, pero agota entradas en la reapertura del nuevo Espai Texas con 'Pongo', un espectáculo de improvisación junto a Judit Martín, forma parte del elenco de 'La plaça del diamant' y aparece en 'Polònia'.

-‘Pongo’ se está convirtiendo en una de las protagonistas de la reapertura del Texas como cine y teatro. ¿Cómo surgió la idea?

-Es un espectáculo de improvisación que hemos creado Judit Martín, Mònica Ballesteros y yo. La sala tiene la medida perfecta, Anna Rosa Cisquella, una de las productoras de Dagoll Dagom, nos hizo el encargo. Con Judit Martín nos habíamos conocido en una compañía de improvisación. Hacía siete años que yo no hacía 'impro' y al principio me lo tomé con mucho respeto, pero es un gusto. A Judit Martín se le ocurrió la idea del 'pongo', ella ha estudiado Bellas Artes y le interesaba la estética kitsch.

-Y a nivel de audiencia está funcionando muy bien, cuelgan a menudo el cartel de sold out.

-Sí, lo está petando allá donde vamos. Tarragona fue el único sitio donde fue un poco regulín, pero también eran fiestas. Aquí estamos agotando. Nosotras, sobre todo Judit Martín, somos mediáticas, al salir en 'Polònia' y 'Està passant'.

-¿Cómo se lleva lo de compaginar la televisión con el teatro?

-'Polònia' es irregular, depende de la cantidad de personajes que tienes vas más o vas menos. Ahora como estoy haciendo de Yolanda Díaz, estoy bastante a tope.

-Sí, vi el gag de 'Mafiosa'.

-Me lo preparé con la niña encima a las ocho de la tarde, en un momento personal delicadillo, mirando el videoclip de Nathy Peluso y sin coreógrafo, pero yo pensaba: ‘saco la 'coreo' por mis ovarios’. A las seis de la mañana ya me iba a grabar. A veces te mandan un guión provisional por la mañana, pero como son de rabiosa actualidad van muy pillados. Así que me lo aprendí en tres horas.

-¿Se considera una actriz sobre todo de teatro, verdad?

-Yo de lo que me echen para llenar la nevera. Siento una gratitud profunda porque desde los 30 he podido vivir solo de esto. Al principio hice mil trabajos: de monitora de comedor, animaciones en el Tibidabo... Pero a los 30 puse el pie en el teatro comercial con ‘El año que viene será mejor’ que me vinculó con 'Polònia' gracias a Toni Soler. Con el audiovisual considero que llegué tarde, estuve mucho tiempo sin representante y es muy difícil acceder a los 'castings'. Eso de que la carrera la eliges tú es relativo cuando tienes familia a la que mantener. A los 40 hice una especie de duelo de carrera: no iba a ser como yo proyectaba. Quería hacer teatro físico y en Catalunya era muy complicado, entré dentro del circuito comercial de la comedia porque se me da bien. Pero yo soy actriz y no solo cómica.

-Ahora está haciendo de Colometa, que es un cambio de registro.

-Sí, he tenido la suerte de sustituir a Vanessa Segura, estamos de gira por Catalunya y es un regalo.

Últimamente se reivindica la Colometa como icono feminista. ¿Como lo ve?

-No lo es, ¿no? Lo que sí pusieron en el centro fue el personaje de Natàlia, hay diez actrices lo interpretan. Para mi de lo más bonito de la puesta en escena es que tienes momentos que tú estás mirando a la otra actriz y es cómo si estuvieras viendo lo que ha sido o será tu vida. La Colometa es una mujer que asume el rol de la casa pero no es ningún ángel del hogar. Es una mujer luchadora, fuerte, que tira adelante con lo que le toca vivir. Yo pensé mucho en mi abuela, es un retrato de memoria histórica. Como el fascismo gana y está ganando ahora, mira Argentina.

-Dice que a los 40 pasó por un duelo de carrera, pero es ahora cuando tiene más visibilidad.

-Vaya por delante que cada día de mi vida me voy a trabajar agradecida y feliz. Pero sí que en algunos momentos he pensado me hubiera gustado tocar un clásico o una pieza de, me invento, Shakespeare o Chejov. Al final también hay una romantización de la profesión y los trabajos que elegimos. Hace un par de años tuve tres meses de trabajo y ahora llevo tres meses currando de nueve de la mañana a nueve de la noche. Me encantaría hacer una película. Carles Marqués me gusta mucho como director, o Mar Coll.

-Ahora se ha estrenado como directora de teatro con ‘Volver a Madryn’.

-Sí, me hicieron un encargo para dirigir un espectáculo. Yo había escrito un texto sobre el luto gestacional con dos chicas más. Mi segundo hijo me empoderó mucho y me entraron muchas ganas de escribir y hacer cosas. Y justo vino Tania Brenlle, la directora artística del Villaroel, y me puso en conexión con la Sala Fénix para 'Volver a Madryn', que se basa en una obra del irlandés Conor McPherson, que justo me acababa de leer, fue fuerte.

-Se formó como actriz en Cuba. ¿Que su abuela fuera una niña de Rusia (hija de republicanos españoles refugiada allí durante la Guerra Civil) tuvo que ver con esta elección?

-Sí, y tanto. Estoy completamente influenciada por mi familia a nivel político y de pensamiento y tenía mucha curiosidad. He estado metida en muchos movimientos ya en el instituto: okupas, comunistas… Tengo el privilegio de venir de una familia con mucha conciencia de clase y unos valores sociales muy firmes. Mi abuela es una ingeniera agrónoma. Todavía me dan mil vueltas, una tía con mucha cultura, ella y mi madre, que estudió magisterio. Y mi abuelo fue uno de los fundadores del PSUC. A mí una de las cosas que se me olvidó y me tienen que recordar constantemente es que el tiempo es dinero.

-Le quería preguntar sobre la maternidad, ha confesado que tuvo un inicio tremendo.

-Sí, con el primer embarazo no tuve la misma información que con el segundo. Sufrí de todo, un posparto muy duro y solitario y muy poca conciencia de donde me metía. A mí las redes y gente como Andrea Ros, una compañera de profesión que creó un grupo de difusión sobre maternidad me cambió el prisma. Con dos personas no es suficiente para criar a un niño, nos falta la tribu. Vivimos superadas, queremos criar como nuestras abuelas y vivir como nuestras madres y es imposible.

-¿Qué le diría a una chica joven que quiere ser actriz?

-Suerte en la vida, aunque es una profesión preciosa. Hay muchos factores que entran en juego: que seas normativa, la edad, el representante….Al final hay que tener mucha capacidad de trabajo y amor propio.

Suscríbete para seguir leyendo