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Los portugueses ven a Victoria Federica como la reina ideal para espabilar a Alfonso de Braganza

El es un joven de 27 años que lleva una vida discreta y sin escándalos que cuenta con la aprobación del mismísimo Jaime de Marichalar

Victoria Federica, en una imagen de archivo.

Victoria Federica, en una imagen de archivo. / EP

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Portugal acogió el pasado mes de octubre su primera 'boda real' en casi tres décadas. La infanta y duquesa de Coimbra, María Francisca, hija del duque de Braganza, Duarte Pio, se casó con el abogado Duarte de Sousa, de 31 años, en la basílica del convento de Mafra, a 40 kilómetros al noroeste de Lisboa.

El hecho de que la ceremonia tuviese lugar en el convento de Mafra albergaba para ella un significado destacado: tiene "un valor histórico y sentimental enorme", explicó, porque fue construido por uno de sus antepasados, el rey João V (1689-1750), bajo la promesa de lograr tener un hijo, algo que finalmente consiguió.

El Portugal republicano acudió en masa a la boda de Maria Francisca de Braganza, miembro de la dinastía que sueña con restablecer la monarquía lusa. Y ahora los portugueses se han quedado con ganas de casar al heredero,  el príncipe Alfonso de Braganza, y han encontrado en Victoria Federica a la futura reina ideal para su país.

El es un joven de 27 años que lleva una vida discreta y sin escándalos que cuenta con la aprobación del mismísimo Jaime de Marichalar, cansado, según informan los medios de Portugal, del estilo de vida de su hija.

Los portugueses creen que Victoria Federica podría espabilar al príncipe y él a su vez calmarla a ella. De convertirse en pareja oficial, Victoria Federica pasaría a formar parte de la familia real portuguesa y, por tanto, en futura reina del país en caso de que volviera la monarquía.

"Victoria -una mujer llena de salero y con una inmensa 'joie de vivre' [alegría de vivir]- es todo lo contrario de el discreto Afonso de Bragança", considera el portal luso Flash, que avanza que fue precisamente la diferencia de personalidad y postura lo que hizo creer a Jaime Marichalar que el príncipe de Beira podría ser el marido ideal para su hija. Marichalar está convencidaode que Vic necesita a alguien que le proporcione equilibrio, que la calme y le proporcione una vida más reflexiva.