DEBUTA EN EL BAILE DE LA ROSA
Su alteza real Alejandra de Hannover pide paso
Risueña y discreta, la princesa tiene una presencia cada vez mayor en los actos oficiales de Mónaco. Es afable, le gusta jugar a fútbol y participa en concursos de patinaje sobre hielo.
Es posible que el servicio de prensa del palacio de Mónaco, con tanto oficio a la hora de apagar fuegos, decidiera que el día más indicado para el debut social de la princesa Alejandra de Hannover fuera el Baile de la Rosa, celebrado hace unos días. Ya que Charlene, esposa en funciones de Alberto de Mónaco, no pensaba acudir a la gala amparada en un súbito dolor de espalda, nada mejor, pensarían los sufrientes relaciones públicas, que enviar al Sporting Club de Montecarlo a la hija pequeña de Carolina vestida de Chanel, marca blanca de la familia, por aquello de que igual así podrían evitar que los titulares volvieran a documentar la eterna crisis matrimonial del príncipe Alberto.
El 'spin off' les salió medianamente bien, y hoy sabemos un poco más de esta joven de 16 años que, a diferencia de sus hermanos, tiene tratamiento de alteza real, más títulos nobiliarios que todos los Grimaldi juntos (es descendiente de Jorge III de Inglaterra y de Guillermo II de Alemania) y una especial facilidad para llevar su vida fuera de plano. A la princesa no se le inventarían novios ni juergas monumentales -¿recuerdan a su hermano Andrea insultando a los paparazis en Eivissa con pareo y gafas de sol a las puertas del 'after'?-.
'ALEX' A SECAS
De hecho, la pequeña Hannover, conocida como 'Alex' a secas, incluso se libra de la irritante etiqueta de 'it-girl' que siempre ha arrastrado, y explotado a conveniencia, su hermana Carlota, imagen de Chanel, Gucci y Montblanc. Mientras que Carlota no da un paso sin que la corte de cronistas bendigan si está o no a la altura de su 'chic bohème', el aire más baviero de la princesa le sirve para llevar una vida tranquila: acude a la École de Condamine, como también hicieron sus hermanos, juega a fútbol y practica el patinaje sobre hielo, con un repertorio de piruetas, cabriolas y tirabuzones que despliega en campeonatos internacionales.
SEPARACIÓN
Risueña, de trato afable, amiga de su prima Camila Gottlieb y muy apegada a Carolina, Alex nació en Austria el 20 de julio de 1999, seis meses después de la boda de sus padres. Una década más tarde, se instaló en Montecarlo junto con su madre cuando esta se separó de Ernesto y lo dejó con su cuadro de achaques y el mueble bar en la casa que compartían en Fontainebleau, a las afueras de París, o en alguno de sus castillos alemanes. La leyenda cuenta que en la cláusula de separación de la pareja, que no aparece junta en público desde el 2009, consta que Carolina siempre será la esposa oficial del jefe de la casa de los Hannover. En restitución, dicen, por la mala vida que soportó a su lado. El rango no da dinero, pero en alguien tan pendiente del Almanaque de Gotha como ella,sí la satisfacción de poder firmar como «su alteza real, la princesa Carolina de Mónaco».
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