ENTREVISTA

John Lydon: «La ira es una energía incomprendida»

Lydon fue el cantante de la rompedora banda punk Sex Pistols. Según, Greil Marcus en 'Rastros de carmín', «el único cantante realmente terrorífico que ha conocido el rock'n'roll». Tras la disolución del grupo en 1978, formó un nuevo grupo, Public Image Limited (PiL), de marcado cariz experimental. El próximo septiembre publica nuevo disco, 'What the world needs now...'. En la tele inglesa, también ha aparecido en 'reality shows' y documentales de naturaleza. «Me gusta explicar cosas sobre los animales a los niños», dice. Está casado con Nora Forster, heredera de un imperio editorial y madre de Ari Up, vocalista de la banda punk The Slits fallecida en el 2010. El cantante de Sex Pistols recuerda sus peripecias vitales en unas nuevas memorias, tan intensas como 'God save the queen'. El icono punk habla aquí sobre la escuela católica, las drogas, la muerte y un váter roto. De todo un poco.

John Lyndon, en el Glastonbury Music Festival, en el valle de Somerset (Inglaterra).

John Lyndon, en el Glastonbury Music Festival, en el valle de Somerset (Inglaterra).

POR juan manuel freire

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Una nota señala al principio: «El lector advertirá que la prosa de John Lydon no siempre se ajusta a las convenciones gramaticales. También hallará palabras no registradas en los diccionarios o empleadas de forma poco ortodoxa». No pasa nada. De hecho, casi se aplaude. De otra manera, La ira es energía (lanzado aquí por Malpaso) no serían las «memorias sin censura» de John Lydon, más conocido como Johnny Rotten, la voz de los iconos del punk Sex Pistols. Leer el libro es casi como tener a Lydon hablándote a la cara durante 626 páginas. Todo energía.O todo ira.

-Su libro, ya desde el título, parece inspirador.

-Gracias. Ayer hablé con un periodista español que no pensaba lo mismo. Me dijo que el libro era «cheesy» («hortera»). Por si alguien quiere saberlo, mi queso favorito es el gorgonzola. Bueno, venga, dispara. ¡Llevo puesto el chaleco antibalas!

SEnDLa ira es energía, se titulan sus memorias. ¿Se levanta por la mañana y se energiza con la lectura de según qué estupideces?

 

-Absorber el sinsentido te prepara para el futuro. De todos modos, el título va de otra cosa. De pequeño tuve meningitis. Entré en coma. Cuando desperté, no recordaba nada de mi vida. Y los doctores aconsejaron a mis padres que me pusieran las cosas muy difíciles. Era la única forma de recordar quién era y quiénes eran ellos. Según los médicos, la ira iba a acabar tirando de los recuerdos.

-¿Y funcionó?

-Fueron cuatro años de estar cabreado, pero funcionó. Y no me he desembarazado de ese enfado desde entonces. La ira no es una cuestión de violencia. ¡Es una energía incomprendida!

-¿El opuesto de la autocompasión?

-Si algo aprendí de mis padres es no sentir lástima de uno mismo. Ese es el camino a la ruina. Si tienes dudas, está bien. Antes de salir al escenario soy un desastre, pienso: «¿Habré comido algo que me ha sentado mal?». ¡Me siento horrible! Pero después, salgo y arraso. Mucha gente cree que para realizarse debe eliminar la ansiedad de su vida. Eso es estúpido, porque la duda, la ansiedad, es una parte esencial de tu personalidad. Significa que te preocupas. Si no te preocupas, ni por ti ni por los demás, ¿qué eres? Es como no existir.

-No está nada de acuerdo con el suicidio.

-Yo lo he intentado varias veces. Y no entiendo cómo alguien se lo puede plantear, echar por tierra el don de la vida. Hay que ser duro con la gente que considera esa alternativa. ¿Realmente es algo tan insoportable? Sí, de acuerdo, sé que muchas cosas lo parecen, pero ¿sabes qué? Lo soportas. Al final lo soportas. Aunque ahora estés en una mala situación, en un tiempo será diferente.

-¿Cuándo supo que era el momento adecuado para contar su historia? [O volver a hacerlo: en 1994 ya publicó unas memorias].

 

-En realidad no era el momento adecuado. Quería el dinero, pero no sabía el montón de trabajo que llevaría. Y además estaba metido en el nuevo disco de mi grupo PiL. De algún modo, conseguí hacer espacio para las dos cosas. Pero creo que hacer el libro ha ayudado al disco, y viceversa. Para mí cada episodio era como una canción: tienen rima, ritmo y pulso.

-Los libros y las bibliotecas son los que han forjado su voz, en realidad. Casi más que la música.

-Sabía leer y escribir antes de ir a la escuela. Me fascinaban las letras y la forma de las palabras. Quería conocer ese universo secreto alrededor de periódicos y libros, y aprendí muy rápido. Después contraje meningitis, olvidé lo aprendido y las monjas de la escuela católica me trataron como a un idiota. O como al demonio, solo por el hecho de ser zurdo. Pero nunca me sentí aislado o solo; simplemente pensaba que esas monjas que me insultaban estaban mal de la cabeza.

-Se educó a sí mismo, suele decir.

-El sistema educativo, o el shitstem, como yo lo llamo -contracción de shit (mierda) y system (sistema)-, no me enseñó nada. Todo lo que sé lo aprendí yo solo en bibliotecas. Y míreme, tampoco he salido tan mal. ¡Soy un tipo positivo en realidad! No he hecho daño a nadie en mi vida. Y eso que las monjas quisieron hacerme creer que era el hijo del diablo.

-Las monjas y la mucha gente que tenía miedo a los Pistols. Otros, en cambio, los vieron como un divertimento de Malcolm McLaren, su agente.

-Esa idea me traumatiza. Si los políticos, el sistema escolar o la religión no pudieron manipularme, ¿cómo iba a hacerlo un pequeño judío escocés que trabajaba de dependiente en una tienda? Es una de las falsedades más extendidas en torno a mí. Quieren quitarme todo lo que me he ganado a base de trabajo duro. Mienten y mientras viva negaré todo eso. ¡Soy lo que soy! Está fuera de duda.

-En el libro se habla mucho de drogas. ¿Cómo lo hizo usted para evitar que lo llevasen a la ruina?

-Me rijo por un sistema de valores. Y para mí las drogas son algo solamente recreativo. No interfieren en mi trabajo: cuando estoy con el trabajo, estoy sobrio al 100%. No las veo como parte de ese viaje. Tengo un gran amor por lo que hago musicalmente. Y nunca dejaré que nada me arrebate eso.

-Sid Vicious [bajista de los Pistols] no las llevó bien. 

-La mayoría de la gente usa las drogas para crear una barrera entre el mundo y ellos. Yo no soy así. He visto a gente que no sabe manejar las drogas y, siento decirlo, Sid fue uno de ellos. Él pensaba que las drogas hacen al hombre. ¡Eso no es así! El hombre hace al hombre. Hay que saber cuándo y cómo usarlas. Un poco como los cigarrillos, el alcohol, la comida basura.

-Entonces, ¿es cuestión de educación?

-Si estuviéramos educados sobre los resultados de tomar ciertas cantidades de ciertas sustancias, tomaríamos nuestras propias decisiones válidas. El embarazo adolescente pasa porque los adolescentes no reciben la educación adecuada. ¡Las escuelas deberían enseñar estas cosas!

-El libro parece una larga catarsis. ¿Se sintió mejor tras escribirlo?

-Sí. He escrito sobre cosas que antes ocultaba. Fue doloroso poner las palabras una detrás de otra, y no sabía cómo iba a resultar para mí tanta honestidad. No quería que nadie pensara que me fustigo o que uso el libro para que la gente me perdone por lo que sea. Si no limpias las telarañas de esos recuerdos, pueden retorcerse dentro de ti.

-El 5 de septiembre sale el nuevo disco de PiL.

-Es estrictamente fabuloso. Un disco de pensamiento positivo, muy feroz, bastante feliz, pero rápido y abrasivo. A veces suena tan crudo que es como si te estuvieran rascando la oreja con un rayador de queso. Es un disco que quiere inspirar y creo que lo consigue.

-El título es abierto: What the world needs now… (Lo que el mundo necesita ahora…).

-El final de la frase depende de cada uno. Con suerte, abrirá un debate. Y si nos ponemos de acuerdo, ¡igual hasta tenemos un futuro! La gente piensa que yo debería convertir un libro o un disco en un manifiesto y declarar lo que necesitáis todos. Eso estaría mal. Soy un hombre igual que todos, no soy más que ninguno.

-El single, Double trouble, tampoco parece ideológico. Trata sobre un váter roto.

-Sobre una discusión que mi chica [Nora Forster] y yo tuvimos sobre reparar un váter. Momento acalorado que desembocó en gran diversión y regocijo.

-Ella sale mucho en el libro. Su relación parece idílica.

-Sí, sí. Llevamos juntos desde hace mucho tiempo. Y no intente buscar los secretos oscuros debajo de la alfombra porque no existen. Conocí al amor de mi vida y no necesité a ninguna otra. Soy muy afortunado por haber encontrado a esa persona. Ella me ayuda mucho; me ayuda a ver la realidad de las situaciones. Sin ella, estaría perdido en un mundo de estrellas del pop y egomanía.