RADIOGRAFÍA DE UNA CUESTIONADA 'CELEBRITY'

El círculo de Kim Kardashian

La reina de las famosas-por-ser-famosas triunfa tras haber construido un lucrativo imperio del entretenimiento

El círculo de Kim  Kardashian_MEDIA_1

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LUIS ALBERTO MORAL
BARCELONA

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«Obama no debería mencionar el nombre de la madre de mi hija». Ese nombre es Kim Kardashian. Y en ese tono se refería el cantante de rap Kayne West al presidente de los Estados Unidos, que en el 2013 afirmó que la pareja reflejaba un cambio brusco en los valores de las nuevas generaciones: «Antes, los chavales no estaban pendientes todo el día de cómo se viste Kim Kardashian o adónde se va de vacaciones Kanye West, ni pensando constantemente en que eso es el ejemplo de éxito». El rapero, reconocido ególatra que se ha comparado con Nelson Mandela y Jesucristo, lo disculpaba así, en una radio de Filadelfia: «Creo que ambos somos iconos del pop, y al presidente le gusta hacer referencia a esas cosas para que la gente piense que está al tanto de todo».

Según ForbesKim Kardashian ha ganado casi 21 millones de euros (28 millones de dólares) en el último año, poco menos que los 22,3 millones que ha ingresado su marido. Ambos figuran en el ranking de la revista de negocios como los 100 famosos más poderosos del mundo. Ella es la 80ª; él, el 20º. Una lista de elegidos que lidera Beyoncé. El portal TMZ estima que la fortuna de la hija del desaparecido Robert Kardashian es de 30 millones de euros. La de su esposo, unos 74,5. Si bien el rapero es un músico de éxito, ella desafía las mentes tradicionales como la del presidente. Su oficio es ser, simplemente, conocida. Como mucho, es actriz de su propio reality, el de toda su familia, Keep up with The Kardashians (Al día de los Kardashian), que ya va por la novena temporada.

Y una empresaria multimillonaria. El último ejemplo: Kimmie protagoniza un videojuego para móviles, el segundo más descargado en iTunes este verano. La socialité, pongamos que ese es su oficio, guía al usuario por los entresijos de Hollywood. Hay que seguir sus consejos para ser famoso, en lo que es, en realidad, un entretenido mercado virtual. Se prevén unos ingresos de 149 millones de euros. Aunque sus inicios no fueron tan audaces.

21 MILLONES DE SEGUIDORES EN TWITTER / La mediana de los Kardashian saltó a la popularidad por un vídeo porno casero con su pareja en el 2007, el rapero Ray J. La estrella de los realities demandó a la distribuidora, Vivid Entertainment, que se forró con la explotación de la cinta: la recaudación llegó a los 37 millones de euros. Kim se conformó con una compensación de 3,7 millones.

Pero aprendió a moverse en los negocios rápido. Kourtney y Khloé, sus hermanas, y su madre, Kris Jenner, han montado un emporio alrededor de su marca como familia: tiendas de moda, vídeos de fitness, joyería, tarjetas de crédito y líneas de productos dietéticos y estéticos. Cada miembro es una franquicia personalizada, unida por la inicial común, la K, proyectada en las redes sociales donde congregan una clientela -sobre todo Kim, con 22,1 millones de seguidores en Twitter-.

TRASERO VOLUPTUOSO / El símbolo de la Kardashian es su trasero voluptuoso, que polariza el debate amor-odio en torno a su figura. Para unos, los internautas de la revista Zoo, son «las mejores posaderas del mundo», un premio otorgado en enero de este año. Para otros, es más sencillo: su culo es gordo. La actriz confesó haberlo pasado muy mal durante su embarazo, tras el que dijo en el programa de Jay Leno, en el 2013, lo siguiente: «Estaba aumentando de peso porque estaba embarazada, y era muy difícil leer todas esas historias y escuchar cosas tan crueles».

Tras nacer su hija North, en junio del año pasado, la dieta Atkins rebajó unos 22 kilos su figura y las críticas. Presume de naturalidad y solo admite haberse inyectado bótox en un cuerpo que no obedece a los estrictos cánones de belleza. Pero sus facciones han cambiado y ha potenciado su físico; algunos expertos apuntan al paso por quirófano y al uso de ácido hialurónico. Sin embargo, uno de los atractivos es su (aparente) normalidad: conecta con las mujeres con curvas que la sienten más cercana que cualquier otra celebrity. Como declaró a W Magazine en el 2010: «Ellas me ven como una hermana, y es un honor para mí».

EXITOSA EMPRESARIA / La misma Kim habla con sus fans a través de sus perfiles: propone opciones comerciales como el color de un nuevo producto, o les pregunta sobre qué modelito debe elegir. La chica que dice ser normal es, además de una exitosa empresaria, una de las reinas de los nuevos dominios tecnológicos, que cuida su imagen igual o más que una modelo. Sabe qué quieren los fotógrafos: ha inventado el belfie, porque en casi todas sus apariciones destaca su trasero por forzado que parezca.

No solo eso. Ha moderado su estilismo, pero no la imagen atrevida que la convierten en noticia. Escotes de vértigo, portadas provocativas, desnudos. Lo sexual es una trama fuerte de su reality, en el que se ha construido a sí misma al tiempo que ha perfilado los caracteres de los miembros de la familia. «Y la gente pensaba que los reality shows iban a venir y se iban a ir. Ellos se han apoderado de las telenovelas. Es una versión moderna», dijo en el 2012 a The Guardian. Cuenta en esa entrevista el ritmo trepidante que precipita que las cosas pasen para alimentar a la audiencia. Como su boda con el baloncestista Matthew Humphries, y el divorcio en 72 días. Y la boda de su hermana Khloé con el jugador Lamar Odom, y el embarazo de Kourtney: argumentos que han llenado temporadas y que, según ella, ocurren «de manera orgánica».

La estrella de la telerrealidad no goza del respeto de otras celebritiesBeyoncé, Di Caprio y Jon Hamm la han repudiado públicamente. Parece un deporte nacional, al contrario que los millones de fans que la adoran. El actor de Mad Men dijo: «Da igual que seas Paris Hilton o Kim Kardashian. Ser un idiota es algo valorado porque a los idiotas se les recompensa significativamente». Las Kardashian se defienden, dicen que trabajan duro. «¿Cuál es mi talento? Bueno, un oso puede hacer malabares y de pie sobre una pelota y él es talentoso, pero no es famoso. ¿Sabes lo que quiero decir?».

La imagen actual no es la misma que en sus inicios, cuando alternaba con su examiga Paris Hilton. Ha pasado de lo choni a la portada de Vogue, este abril. Del escándalo de su famoso vídeo a ser madre de familia. Y en esa metamorfosis, ha consagrado un imperio del entretenimiento. Pasó del porno a la erótica del poder. Dijo ser más celosa de su privacidad. Su vida, aunque guionizada, y su físico como señuelo, son la mercancía de una manera de hacer dinero. La reina de las famosas-por-ser-famosas, como la define Forbes, sigue, entre la atracción y el rechazo, dividiendo al público cada vez más fuerte, siendo cada vez más rica. Ese nombre, apellido del negocio: Kardashian.