EL RENACER DE UN POLÉMICO GÉNERO TELEVISIVO

Vejaciones sin fronteras

'¿Quién quiere casarse con mi hijo?'

'¿Quién quiere casarse con mi hijo?' / periodico

JUAN CARLOS ROSADO / OLGA LERÍN / MANUEL DE LUNA

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Vicente, 'tronista' de turno de'Mujeres y hombres... y viceversa', se cita con sus tres pretendientes en un hotel. Tras jugar con ellas -en distintas habitaciones- para ver cuál es su favorita, anuncia que conoció fuera del 'show' a otra que le gusta más, y la presenta en el programa. Lágrimas de humillación entre las despreciadas. Es denigrante. Y un gran espectáculo televisivo. Al igual que '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', que ha sido denunciado por elConsell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC) ante elMinisterio de Industriapor «posibles contenidos sexistas y discriminatorios».

El éxito en Cuatro de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, que ya ha renovado una segunda entrega y ha desatado un terremoto enTwitter, devuelve al centro de la polémica a los programas televisivos que juegan con la vejación. Este espacio es el más novedoso de los de búsqueda de pareja, pero desde el 2008 se mantiene con las mismas características Mujeres y hombres... y viceversa, dating show deTele 5en el que varios pretendientes persiguen conquistar a un hombre o una mujer (el tronista). Y para más inri, este espacio se emite en la franja de protección infantil (12.45 horas). Pero, ¿por qué hay gente dispuesta a ser humillada? y ¿por qué triunfan?

Fernando González Urbaneja, profesor deÉtica Periodística en la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid, rechaza que este tipo de programas se mantengan por audiencia. "El problema y la responsabilidad están en la oferta, y no en la demanda; la coartada de que las cadenas dan lo que la gente quiere no tiene sentido", proclama. "El público puede consumirlos por miles de razones de difícil explicación que tienen que ver con la naturaleza humana, de modo que pueden contemplar un programa abominable y pensar que es abominable". Según Urbaneja, Tele 5 "sufre problemas de credibilidad y de rentabilidad publicitaria", aun cuando se apunte grandes éxitos en los audímetros.

En ese sentido,Cristina Gutiérrez, directora de contenidos deMujeres y hombres, opina que, "por muy rocambolesco" que parezca lo que pasa en plató, "todo es real. La gente sufre y siente de verdad, y eso engancha a la audiencia".

ParaSebastián Moguilevsky, director de contenidos deEyeworks-Cuatro Cabezas, responsable de¿Quién quiere casarse con mi hijo?, el éxito radica en "una suma" de factores: un buen casting, el "potencial" y "heterogeneidad" de los protagonistas (cinco hombres que deben escoger pareja bajo la supervisión de su progenitora) y el "atractivo vínculo edípico" entre madre e hijo, "algo tan básico como la vida misma". El responsable subraya que en ningún caso los participantes son actores, y que tampoco siguen un guion. "Si fueran actores, Almodóvar me tendría que contratar, porque hemos hecho un casting mejor que los suyos", destaca Moguilevsky.

Urbaneja tiene una teoría personal sobre las razones por las que hay mucha gente que se presta a participar en estas lapidaciones públicas: "Hay expectativas de notoriedad y de rendimiento económico. ¿Por qué, si no, hay tantos individuos que se tiran a un campo de fútbol sabiendo que luego va a tener problemas?". Para Gutiérrez, quien acude aMujeres y hombreslo hace buscando el amor, aunque hay otros que solo persiguen salir en la tele. "Una vez están dentro, se dan cuenta de que no hay guion y de que los sentimientos son reales, por lo que estas mismas personas se enganchan y empiezan a sentir ilusión", agrega.

Degradación de valores

La comisión de igualdad de género delColegio Nacional de Sociólogos y Politólogos debatió hace poco esta cuestión, y planteó "el proceso de degradación de valores en la sociedad que algunos medios de comunicación utilizan", explicaCarlos Mendoza, sociólogo integrante de dicha comisión. "Se empezó por la política como espectáculo y, al ver su éxito, ahora se utiliza la sociedad como espectáculo". Mendoza cree que debería haber "unas líneas rojas" que los medios no tendrían que traspasar. "Igual que se ha legislado contra el tabaco o para limitar la velocidad, podría haberse utilizado la ley de igualdad para no permitir ese tipo de formatos". A su juicio, los poderes públicos "deben de pensar que es más importante la libertad de expresión que el derecho a la igualdad", por lo que dejan el problema en manos de la autorregulación de los medios. "Y ya se sabe el grado de eficacia que tiene eso", apostilla.

En cuanto al éxito de audiencia, Mendoza explica: "Hay un fenómeno sociológico muy antiguo que es la exposición pública de lo degradante o humillante. Eso resulta cómico y placentero desde el punto de vista de la psicología de grupo, porque uno piensa que no está ahí sufriendo y el otro sí". En resumen, "es el patio de vecindad que se ríe de una pelea, o de los que acuden en masa a ver una ejecución, una pena degradante o una lapidación". Viene a ser "un reflejo de la necesidad de reírnos de los parias, los desgraciados y los bufones para consolarnos de las humillaciones en la vida diaria". Y Mendoza vaticina subproductos televisivos de lo más preocupante: "Veremos programas con humillaciones en el trabajo o con escenas de violencia familiar entre padres e hijos".

Un papel catártico

Alejandro Perales, presidente de laAsociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), también cree que los shows vejatorios cumplen "un papel catártico": al ver que alguien sufre, genera "un cierto alivio pensando en su situación personal".

¿Y por qué participan voluntariamente? Según Mendoza, "a esas personas no les importa que su propio comportamiento sea objeto de mofa y ejemplo de transgresión de un valor por el mero hecho de que van a recibir dos efectos que son para él positivos: el dinero y la fama".

Otro problema:Mujeres y hombres... se emite en horario protegido. Perales cree que es un show para adultos, con lo que no vulneraría la ley y el código de autorregulación de las teles. "Hemos presentado reclamaciones, pero ninguna denuncia contra un programa por este motivo ha logrado el cambio de horario".

Pero Gutiérrez replica que el equipo deMujeres y hombres... tiene especial cuidado con el contenido, precisamente por el hecho de estar incluido en la franja de protección. "Emma García, la presentadora, corrige continuamente en el caso de que se diga algún taco, o algo que pueda herir la sensibilidad de cualquier espectador, sea adulto o niño. Si no cumpliésemos con el horario infantil, no estaríamos en antena", afirma. Y también responde a los que piensan que el show, producido por Magnolia TV, hace gala de un trato vejatorio: "Eso es que no han visto el programa. No somos machistas, xenófobos ni homófobos".

Moguilevsky también rechaza las críticas a¿Quién quiere casarse...? "Es el producto lo que se juzga, no el programa", advierte. "Cada uno ve lo que quiere ver y, a veces, un show se juzga solo por 30 segundos, de un total de hora y media de emisión", añade. E insiste en el hecho de que son los cinco protagonistas los que acaban por hacer el contenido del espacio: "Quien quiere echar el freno, lo hace. A nadie se le pone una pistola en la cabeza para que se morree con uno u otro, y somos cuidadosos cuando creemos que hay un exceso o una falta de respeto".