SEGÚN APUNTA LA ESCRITORA PATRYCIA CENTENO EN 'POLÍTICA Y MODA. LA IMAGEN DEL PODER'
Los políticos españoles "visten muy mal"
Obama y Sarkozy, los mejor conjuntados
"Los políticos españoles visten muy mal, pero se salvan de la quemaRuiz Gallardón yDuran i Lleida", apunta la escritoraPatrycia Centeno en el libroPolítica y Moda.La imagen del poder. La autora defiende que hoy "los cargos públicos más elegantes y mejor vestidos del mundo sonBarak Obama, la referencia porque sabe llevar el traje, yNicolas Sarkozy".
Los grandes escándalos estilísticos de nuestros representantes públicos no ocurren por utilizar una camisa u otra, sino porque la camisa no pega con el cargo", ha explicadoCenteno a EFE. "La seguridad, la cercanía y la seriedad son los pilares básicos del estilismo de un político", detalla la autora, quien asegura que "a los cargos públicos no se les puede exigir una imagen como si fueran estrellas de Hollywood, deben ofrecen una imagen coherente con lo que piensan y con lo que trasmiten o pretenden transmitir".
El público no entiende las ostentaciones de los políticos. "José Luis RodríguezZapatero fue muy criticado porque lució en plena crisis un cinturón de lujo de la firma Hermes, así como también fue muy cuestionado un reloj Rolex queCándido Méndez exhibió en su muñeca". Si se compara el estilismo de los líderes de hace años con el que lucen los de hoy, "sorprende que la imagen de antaño resulte más actual que la de nuestros coetáneos", subraya. "Basta recordar comoMarcelino Camacho creó una imagen muy creíble e íntimamente ligada al pueblo con aquellos jerséis de lana que tejía su esposa Josefina", detalla la escritora.
Obama el que mejor viste
"BarackObama es el político mejor vestido", afirma Centeno, quien asegura que "el actual presidente deEstados Unidoses muy elegante, sabe llevar los trajes y lo mejor de todo es que se siente muy cómodo con ellos, no duda en deshacerse de la americana y en arremangarse las mangas de la camisa cuanto se trata de saludar o interesarse por los niños".
Según la escritora, las incoherencia ideo-estéticas son el mayor error indumentario que puede cometer un político. "Por ejemplo,María Dolores de Cospedal, secretaria general delPP, se adornó su cuello con una versión, en tonos lilas, del pañuelo palestino", apunta Centeno. Por su parte, las mujeres políticas, en su camino al poder, han encontrado dos formas de enfrentarse al austero traje de chaqueta que luce el hombre; emular el vestuario femenino o reivindicar uno propio.
La mayoría han apostado por crear un vestuario afín a su personalidad y a su gusto, "aunque alguna como Ségoléne Royal han dando un paso más y han demostrado que la mujer política también puede ser femenina", asegura.
Los estilismos deEsperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad deMadrid, casi nunca pasan desapercibidos. "Tiene una personalidad política tan fuerte que puede permitirse hasta minifaldas", dice la autora, quien recuerda cómoAguirre compareció ante la prensa en calcetines al bajarse de un avión, tras sobrevivir a un atentado enBombay. En la publicación también destaca el estilo deMaría Teresa Fernández de la Vega, "política calificada defashion victim porque vestía con colores muy llamativos y lucía un maquillaje agresivo. Si hubiera apostado por tonos más discretos,"la opinión publica no hubiera estado tan pendiente de ella", concluye.
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